jueves, 28 de febrero de 2019

CAPÍTULO 61: NO TE PUEDO CREER

Me he quedado rayada con los whatsapps de Hugo. He estado a punto de llamarle. Creo que ha vuelto a darle un bajón por el día de ayer. Siento la necesidad de saber si está bien pero no quiero agobiarle…

Cuando me doy cuenta, estoy caminando hacia la playa. Quizá el encuentre allí, corriendo para desestresarse. O quizá está en el hotel. Si no le encuentro, iré allí. Si pienso en que esté llorando solo, o triste sin que nadie le consuele, se me parte el alma.

Con mis gafas y camuflada, sin maquillar, nadie me reconocería. Y menos con el moño que llevo, que parece que acabo de salir de un manicomio. Llego a la playa y camino hacia la orilla, buscándole. 

Escucho que alguien dice su nombre y dirijo mi mirada hacia el lugar. A lo lejos. Una chica en el agua abrazada a Hugo. Es él. Salen riéndose del agua, de la mano, y se tumban en la misma toalla, abrazados. Siento miles de puñales en el pecho. No me lo puedo creer. No puede ser. Por un momento dudo que sea él, hasta que escucho de nuevo como esa tía grita su nombre por las cosquillas que le está haciendo. Es él. Estoy lo suficientemente lejos para que no me vea, pero yo le veo perfectamente. Hijo de puta. Maldito hijo de puta. Siento tantas ganas de ir allí y partirle la cara… pero no me atrevo. No se siquiera si puedo andar. Siento una sensación de ganas de llorar inmensa. Me ha engañado. De la forma más ruín. Jugando con mis sentimientos, diciéndome lo que quería oír. Y yo pensando que tendría que estar hecho polvo y por eso necesitaba estar solo. Necesitaba estar solo para estar con otra. Y se la llevará al hotel y se la tirará en la misma cama en la que lo ha hecho conmigo. Maldito hijo de puta…

No puedo seguir mirando, ya he visto bastante. Deshago mis pasos con una rabia y una tristeza entremezclada que pocas veces he sentido. Decepción. Decepción es la palabra. Dolor, me duele mucho. Demasiado. Me aguanto las ganas de llorar por la calle, pero sé que, en cuanto llegue a casa, romperé a llorar. Me ha traicionado cuando prometió no hacerlo. Quién sabe cuántas mentiras más me ha contado. Entro a casa, dispuesta a llorar lo que no está escrito, pero me encuentro a mi madre en el porche.

-Hija, es que no llevas el móvil? – pregunta mi madre y la miro con algo de indiferencia – Sol está intentando hablar contigo…

-Ahora no mamá… - digo con desgana intentando entrar a casa –

-Hija, me ha mandado esto… - me enseña el móvil –

Cojo el móvil abriendo los ojos de par en par. Fotos. Una portada de una revista importante en la que hay una foto de Hugo y mía abrazados. El día de la lluvia. Otra foto más pequeña de nosotros en la playa, en el agua, abrazados de nuevo. La tristeza se transforma en una rabia inmensa.

-Hija… - mi madre me mira con pena – por el vídeo sabían que estaban aquí y han venido y…

-Déjame mamá… - me aparto de ella – no me lo puedo creer… - murmuro caminando hacia mi habitación –

Al llegar a ella, cojo mi móvil. Varios mensajes de Sol avisándome que esto va a salir mañana. Que lo ha conseguido antes, todavía no está publicado, pero es imposible pararlo. Y que hay más fotos. Una dándonos un beso en mi coche, seguramente ayer. Hijo de puta. Lo tenía todo calculado. Cómo he podido fiarme de él? Cómo he podido? Rompo a llorar sin consuelo, notando todavía esos miles de puñales en mi pecho. Me duele. Me había creído que le estaba pasando lo mismo que a mí y lo único que quería era esto. Y está con otra al mismo tiempo. No he conocido a nadie más ruin. Y le he metido en mi casa. Y ha tocado la guitarra de mi tío. Es el mayor hijo de puta que me he encontrado en toda mi vida… y esto no se queda así. Nadie va a hacerme esto sin pagarlo. 

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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