Mi padre y él, mano a mano, dándole la vuelta a las chuletas
y a todo lo demás que han comprado mis padres para hacer la barbacoa. Es
surrealista la situación, pero me encanta. En la playa, cuando Hugo hablaba con
su familia por teléfono, mi madre ha sentenciado. Cada vez que habla lo hace.
Recuerdo la conversación y sé que la voy a recordar mucho tiempo.
-Me gusta – dice de repente haciendo que me gire para
mirarla y que Vero se ría y mire para otro lado –
-El qué exactamente mamá? – le pregunto haciéndome la tonta
–
-Hugo – dice de lo más normal –
Miro a mi padre, que me mira disimuladamente.
-Mamá… - digo algo avergonzada – sólo nos estamos
conociendo…
-Por eso… - dice convencida – los líos en los que te has
metido últimamente… no han sido iguales ni de lejos…
-Ay mamá… - digo cansada, sabiendo por qué lo dice –
-Parece un chico honesto… - sonrío, quizá esa es la palabra
que mejor le defina –
-No te olvides de cómo es con Carlota… - dice Vero interviniendo
y mirando a mi ahijada, que juega en la arena sin enterarse bien de lo que
hablamos – lo has visto igual que yo…
-Que tú puedes hacer lo que quieras hija… - dice mi madre
mirándome – pero que me gusta, te lo tengo que decir… - sonrío bajando la cabeza
–
-Sois unas liantas… - digo negando con la cabeza mirándole
hablar en la orilla –
-Me cae bien – dice mi padre sin apartar la mirada del
periódico – Sonríes… - me mira fugazmente – eso hacía tiempo que no pasaba…
Le miro sorprendida. Para que mi padre diga eso. Nunca ha
sido suficiente, siempre he notado que mi padre, aunque es muy buen anfitrión,
ha tenido cierto resquemor con algunas de mis parejas anteriores. Sonrío. Se
nota que sonrío, que estoy cómoda. Los líos en los que me he metido últimamente
dice mi madre. Niego con la cabeza. Si lo recuerdo, tengo ganas de nuevo de ser
invisible.
-Por qué no le invitas a cenar esta noche? – dice mi madre –
y hacemos una barbacoa Pepe?
-Por mi bien… - dice mi padre con su habitual tono
indiferente, aunque noto algo distinto –
Vuelvo a mirarle en la barbacoa y no puedo evitar morder una
de mis uñas. Lo hago cuando algo me pone nerviosa pero me gusta al mismo
tiempo.
-Quieres un babero? – susurra Vero a mi lado –
La miro y pongo los ojos en blanco mientras se ríe. Me mira
y sonríe tiernamente. Es la última noche que pasa aquí. Echo de menos cuando no
está. Es como mi hermana, como mi pepito grillo. Suspiro mirándole de nuevo.
-Es demasiado normal todo… - digo sin mirarla – demasiado
fácil…
-Y? – pregunta Vero haciendo que la mire – ya estaba bien
no? – sonrío levemente – hasta ahora, todo era muy difícil… - asiento levemente
– y aquí está, con tu padre haciendo una barbacoa, tu madre encantada, tu
ahijada enamorada de él… - río levemente – y, lo más importante – alza su dedo
índice – yo lo apruebo – río de nuevo –
-Demasiado rápido? – pregunto mirándola –
-No tiene por qué… - se alza de hombros – esto ha sido
forzado? – la miro y niego con la cabeza – entonces no es demasiado rápido, no
te parece?
Sonrío mirándola y vuelvo a mirarle de nuevo. Mi padre se
ríe con él. No sé de qué estarán hablando, pero mi padre se ríe. Síntoma de que
le cae bien de verdad. Sino, se notaría.
-Me da mucho vértigo Vero… - confieso sin querer –
-Normal… - dice con tono comprensivo – dejarse llevar
después del historial que llevas… - niega con la cabeza – pero si te ha salido
así es por algo, no te parece? – la miro y sonrío levemente – deja de pensar
demasiado Malú… - resoplo – te diría que lo pensaras si viera algo raro… - le
señala con la cabeza – pero tú ves algo raro ahí? – le miro y, de nuevo, le veo
mantener una conversación distendida con mi padre – hombre, ver a tu padre
reírse con uno de tus ligues es raro… - me río – al menos tan pronto… - la miro
– pero tía, tú te has visto la cara que tienes de felicidad? – niego con la
cabeza un tanto avergonzada – ni te has parado a pensar en maquillarte o en
cambiarte de ropa… como si te sintieras tan cómoda que no te hiciera falta
hacer nada…
-Sí lo he hecho… - digo rápidamente – pero es que me dice
unas cosas tía… - digo con algo de vergüenza – cuando ha llegado y me ha visto
con estas pintas – me señalo – lo primero que me dice es que qué guapa estoy… -
se ríe y me mira enternecida – y le digo que voy a cambiarme y a arreglarme un
poco y me dice que no, que voy perfectamente así… - noto como me voy poniendo
colorada – no sabes lo que me dijo el día que salimos a cenar… - niega con la
cabeza y me mira atenta – me dijo que no le hiciera esperar como la noche que salimos
los 5 – asiente – y le dije que es que me estaba arreglando – sonríe – y me
dice que las cosas hay que arreglarlas cuando hay algo mal, pero que él no veía
que hubiera nada mal… - digo todavía sorprendida – con las pintas que se llevan
cuando vuelves de la playa Vero…
-Hostias… - se ríe – qué envidia me estás dando…
-Le gusto Vero… - digo todavía con tono de incredulidad –
sabes la cara que tengo recién despierta, y aún así, le gusto…
-Es que eres tonta nena… - dice negando con la cabeza –
-No sabes lo que hablamos anoche… - niego con la cabeza –
sabes todas las movidas que tengo siempre con los complejos, conforme tenía mi
autoestima… - asiente – y mírame… - me señalo de nuevo – con estas pintas y sin
arreglarme porque sé que… - resoplo –
-Que le gustas y hace que lo sepas – termina la frase – que
te sientes cómoda Malú… - asiente – que se nota…
-Tan rápido Vero? – vuelvo a pensar en el tiempo que nos
conocemos –
-Es que no es el tiempo Malú… - dice mirándome seria – es lo
que pase en ese tiempo… - sonrío levemente – solos bien? – me pregunta y me
hace ponerme colorada –
-Demasiado bien… - digo sincera – me trata… - suspiro – no
sé, no me había pasado nunca sentirme tan así… y tan rápido… - reflexiono en
voz alta – me asusta mucho…
-Pues que no te asuste tanto… - dice Vero rápidamente – que
si encima en la cama bien, ya me dirás tú qué más necesitas…
-Qué bruta eres… - digo avergonzada - No toques ese tema… -
digo riéndome – que todavía te puedo dar más envidia…
-No me des detalles… - dice haciendo un gesto con la mano –
pero si llevas dos noches durmiendo allí, ya me puedo imaginar que mal no está
la cosa…
-Y esta noche también… - digo de lo más normal y me mira
alzando una ceja – te crees que voy a quedarme a dormir aquí mientras él duerme
en el hotel? – se ríe – ni de coña… - sonrío –
-Se queda entonces más días? – pregunta interesada –
-Dice que hasta que yo le diga… - Vero me mira hasta con
cara de ilusionada – además Vero, es que vive en Madrid… - digo con cierto tono
de ilusión – es que cuando me vaya… - resoplo – nos podemos seguir viendo sin
problema…
-No te estás viendo la cara… - dice Vero mirándome sonriente
– qué tiempo ni qué tiempo? – dice alzando las manos – a la piscina Malú… - me
río – alguna vez tiene que salirte bien… - resoplo – que ya llevas mucho…
Le miro de nuevo y veo como viene con dos platos en las
manos. Mi madre aparece con varias bebidas desde la cocina, seguida de Carlota,
que lleva los cubiertos.
-La primera tanda – dice dejando los platos encima de la
mesa –
-Esto es la primera tanda? – digo sorprendida al ver la
cantidad de comida –
-Tú no te preocupes hija, que Hugo y yo nos ponemos mano a
mano con lo que queda… - veo como se ríen y miro fugazmente a Vero que asiente
de forma aprobativa –
La cena transcurre entre risas. Yo sentada entre Vero y
Hugo, mi padre al lado de él, seguido de mi madre y, entre mi madre y Vero,
Carlota. Una cena familiar. En toda regla. En 6 días que lleva aquí. Vero tiene
razón. Qué más dará el tiempo si lo que importa es lo que pase. Y lo que ha
pasado en estos días es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Sin duda.
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ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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