Paro el coche a pie de la pequeña cala después de habernos
metido por un pequeño camino. Sonrío al ver que, como es normal, no hay nadie.
Nunca hay nadie aquí.
-Y esto? – dice sorprendido mirándome mientras bajo del
coche –
-Aquí solo he venido con mi familia… - digo abriendo el
maletero – no hay nadie nunca… - sonrío – es pequeñita pero de arena… - sonríe
cogiendo las bolsas y cojo la sombrilla y las dos toallas que he cogido de casa
–
-Vamos a acampar aquí? – dice sonriendo mirando hacia la
orilla –
-Te gusta? – digo dejando la sombrilla y las toallas en el
suelo –
-Joder Malú… - susurra bajando la cabeza y tocándose la
frente –
-Eh… - acaricio su espalda sabiendo que ha pensado de nuevo
en el día que es – menos mal que me has hecho caso y te has puesto el bañador
no? – bromeo y le señalo las piernas y sonríe –
-Pensaba que íbamos a alguna piscina de tu familia o algo… -
dice de manera inocente y me hace reir –
-Mejor esto no? – asiente sin mirarme – los dos solos… con
cervecita… - digo de manera dulce – hasta yo voy a beber cerveza contigo… -
sonríe sin mirarme – oye… mírame… - me mira – no pasa nada vale? – digo de
forma dulce – si quieres volvemos al hotel…
No dice nada, solo me mira de forma intensa hasta que agarra
mi cara y me besa. Me besa lento, como parece que ya los dos sabemos que nos
gusta. Cuando termina el beso, vuelve a mirarme de esa manera, sin separarse
demasiado.
-Gracias… - susurra – es que eres un cielo… - dice mientras
acaricia mis mejillas – me quiero quedar aquí contigo… - asiento sonriente –
Una vez montada la sombrilla, nos sentamos a la sombra y le
ofrezco un bote de cerveza. Lo abre y bebe un buen trago. Hago lo mismo. No me
gusta mucho la cerveza pero… fresquita… entra mejor. Está callado, pensativo.
Tampoco quiero agobiarle, supongo que está… acordándose de cosas…
-Quieres bañarte? – le pregunto y me mira fugazmente negando
con la cabeza –
Tuerce el labio y mira hacia la lata de cerveza, rozándola.
-Estaba a punto de prejubilarse… - le miro sin articular
palabra – mi cuñada estaba embarazada de 7 meses… - sonríe – estaba tan
ilusionado… - sonríe melancólico y aprieto los labios al verle así – mi
paquito, decía… - sonríe de nuevo – no sabes lo que fue ese día… - trago saliva
– los gritos de mi madre y de mi hermana se escuchaban en todo el bloque…
subieron hasta los vecinos… - le miro emocionada mientras veo como mira hacia
la orilla con gesto serio – yo no pude ni siquiera llorar… - noto su mirada
perdida - llamamos a la ambulancia, mi madre se desmayó… - suspiro imaginándome
el agobio – con sonar el teléfono yo ya lo supe… - dice rozando la arena – mi
madre preguntaba en qué hospital estaba, una y otra vez… - suspira – pero yo ya
sabía que… - traga saliva – que mi padre ya no estaba… - no puedo evitar
emocionarme al escucharle – no quise verle… no me atreví… - dice mientras veo
que aprieta un poco la arena – si lo veía, esa imagen me iba a perseguir para
siempre… - suspira – pero si quise saber qué pasó… - me mira fugazmente – intentaba
sacar a una familia de un coche que estaba ardiendo después de un accidente en
cadena con un camión cisterna… - resoplo sin poder evitarlo – sus compañeros le
gritaban y no les hizo caso… - veo como aprieta más fuerte la arena – y
entonces explotó… - no sé ni cómo mirarle, ni qué cara poner – murió intentando
ayudar a los demás… - niego con la cabeza – por eso quise ser como él… -
suspira – pero nunca era suficiente… - encoge sus piernas – siempre pensaba que
haría mi padre en las situaciones en las que yo me encontraba… - sonríe irónico
– sus compañeros me decían que era igual de kamikaze que él… - sonrío levemente
– mi madre nunca quiso que me metiera en eso… - niega con la cabeza – sé que no
dormía cuando sabía que tenía turno… - sonríe – cuando le dije que lo dejaba,
sé que volvió a respirar tranquila… casi 8 años después… - niega con la cabeza
– siempre quise ayudar a los demás pero… - resopla y sonríe – de joven era
voluntario en la cruz roja – sonrío – colaboraba con algunas causas locales… -
niega con la cabeza de nuevo – pero no fue suficiente cuando mi padre se fue… -
sonríe melancólico – era suficiente, pero yo creía que no… - pongo mi mano en
su hombro y me mira fugazmente – hace mucho que no hablo de esto…
-Puedes contarme lo que quieras… - digo de forma comprensiva
– si lo necesitas…
-Llevo años sin ver su tumba… - trago saliva – mi hermano
tampoco va… - resopla – cuando iba, salíamos de allí con una sensación de
rabia… de… impotencia… - asiento levemente – para mi hermana y mi madre era un
alivio ir pero… para mi hermano y para mi… - niega con la cabeza – hoy habrán
ido las dos supongo… - sonríe levemente – mi hermana me ha mandado un whatsapp
esta mañana… - se alza de hombros – ni me había acordado…
-Hugo, no pasa nada por no acordarte… - digo restándole
importancia –
-Ya… - dice sin mirarme – no soy capaz de llamar a mi madre
hoy… - confiesa – no puedo hacerlo… pero sé que espera que lo haga…
-Quizá… - me acerco un poco a él y paso mi brazo por sus
hombros, acercándole un poco a mí – si te relajas un poco, luego puedas
llamarla… - me mira y me sonríe – le vendrá bien a ella y a ti también… - no me
aparta la mirada y dirige mi mano a mi mejilla –
-Cada día que pasa… - dice mirándome – me gustan más cosas
de ti… - le miro sorprendida y luego avergonzada – bueno, diría que cada minuto
que pasa… - dice mientras continúa con su mano en mi mejilla – tienes
demasiadas cosas buenas… - bajo la cabeza automáticamente, me muero cuando me
habla así – sabes? – alzo mi mirada – creo que sé por qué acabé aquí… - desvía
su mirada hacia la orilla – mi padre me trajo… - siento un nudo en la garganta
– dejé de creer en que había algo ahí arriba cuando pasó lo de mi padre… -
señala al cielo – a veces necesito creer que lo hay… - resopla – a veces
consigo creerlo, pero normalmente me cuesta… - asiento – pero sí creo en que mi
padre no se ha ido del todo… - sonrío algo emocionada – mi hermana dice que soy
el que más se parece a él… - sonríe – en carácter y todo eso… - sonrío – no
sabes cómo era… - me mira sonriendo emocionado e intento disimular que me estoy
emocionando mucho – es imposible que alguien así desapareciera sin más… - noto
de nuevo un nudo en la garganta – su alma… o algo… - se alza de hombros – sigue
aquí… - sonríe – y me trajo aquí… a donde siempre había querido venir… - alzo
mis cejas sorprendida – siempre que íbamos de vacaciones a Málaga decía que él
quería ir al sitio de donde era Paco… - sonrío enternecida – nunca lo hizo… -
aprieta su mandíbula fuerte, como con rabia – por eso creo que yo tenía que
venir aquí… y no lo sabía hasta que llegué… - se ríe – vas a pensar que estoy
como un cencerro por pensar en estas cosas…
-Para nada Hugo… - acaricio su pelo – es muy bonito que
pienses así… - me mira sonriendo levemente – yo pienso igual que tú… - suspiro
– pienso que algo de mi tío se quedó aquí… - veo como asiente –
-Anda que si mi padre me ha visto estos años… - niega con la
cabeza – con la de veces que me han puteado… - sonríe – seguro que ha dicho:
“vete a Algeciras que hay allí una chica increíble que tienes que conocer… -
sonrío negando con la cabeza – y te va a invitar a la casa de Pepe y vas a
tocar la guitarra de Paco…” - noto como se emociona – ojalá pudiera contárselo…
- noto como sus ojos se llenan de lágrimas –
-Ya se lo estás contando Hugo… - acierto a decir intentando
no ponerme a llorar –
Me mira y no puedo con esa mirada, llena de lágrimas. Sonríe
mirándome de forma tierna y se abraza a mí, sentados en la arena, bajo la
sombrilla. Se pone a llorar de nuevo y no puedo evitar acompañarle, abrazados. Lloramos
juntos. Esto es demasiado fuerte. Siempre he creído que llorar con alguien crea
un vínculo irrompible. Es muy fácil compartir momentos buenos con alguien, pero
los malos… los malos son más intensos.
-No llores tú joder… - dice riéndose mientras deshace el
abrazo –
-No lo puedo evitar… - digo sollozando mientras me río sin
querer –
-Ves? – dice volviendo a acariciarme la cara – cada minuto
que pasa… - dice mirándome con los ojos rojos – eres tan especial… - agacho la
cabeza, como ya es costumbre – creo que no tienes ni idea de lo especial que
eres…
-Joder Hugo… - susurro intentando no volver a ponerme a
llorar –
-Sabía que eras especial… - dice sin dejar de acariciarme –
-No sería por cómo te traté al principio… - digo irónica, negando
con la cabeza –
-Desde el primer momento… - dice mirándome – aunque
reconozco que, en ese momento, me pareciste la tía más borde de la tierra… -
río sin poder evitarlo – si te beso aquí… - dice comedido – pasa algo? – sonrío
– aunque bueno… - se queda pensativo – ya te he besado antes…
Le miro automáticamente. Sabe que estamos al aire libre, que
alguien nos puede ver. No, no nos puede ver nadie. Y, aunque fuera así, ahora
mismo, me da la sensación de que me da igual. Ni siquiera había caído antes, en
el anterior beso. Sonrío mirándole y doy yo el paso. Me acerco a él lentamente
y comenzamos a besarnos. Despacio, lento, con nuestras lenguas contactando poco
a poco, sin prisa. Le oigo suspirar justo antes de que me haga tumbarme en la
arena. Se tumba encima de mí y comenzamos de nuevo a besarnos. Creo que no me
he besado con nadie en la playa hasta ahora. Creo que es la primera vez que lo
hago. Y no me importa, no me importa en absoluto.
La cosa se pone peor por momentos. Comienzo a notar que se
excita, y yo también. Resopla dejando de besarme y apoya su cabeza en mi
hombro.
-Te iba a decir que nos bañemos, pero no se si es buena idea
meterme en el agua contigo… - dice sin levantar la cabeza, haciendo que me ría
– lo que pasa es que tengo mucho calor ahora mismo… - dice mirándome –
-Y yo… - digo susurrando – anda vamos… - hago que se incorpore – que la liamos al final…
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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