miércoles, 20 de febrero de 2019

CAPÍTULO 31: UNA NOCHE MÁS


Estoy nervioso. Porqué cojones me he arreglado para cenar en la habitación de mi hotel? Resoplo al mirarme al espejo. No sé si voy excesivo. Llevo hasta chaqueta. Una americana negra encima de una camisa negra, por fuera del pantalón. El pantalón vaquero oscuro. Demasiado oscuro todo? Joder, venga a mirarme al espejo, para de hacer eso Hugo. De repente, mi móvil vibra. Es ella. “Me abres?”. Me falta tiempo. Corro hacia la puerta como si me fuera la vida en ello. Antes de abrir, me arreglo un poco la chaqueta, respiro hondo y abro la puerta.

Al abrir la puerta, me encuentro algo que no esperaba. Se ha arreglado igual que yo. Un vestido más corto, oscuro, ajustado, todavía con la chaqueta puesta, también oscura. Sus piernas al descubierto hasta por encima de las rodillas. Lleva unos zapatos con algo de tacón. Me he dado cuenta porque está algo más alta. Me sonríe y me mira de arriba abajo. Se ríe y me contagia.

-Pasa… - digo riendo y cierro la puerta –

Pasa por mi lado y detecto de nuevo ese olor. Suspiro sin querer. Camina hacia dentro de la habitación y la mirada se me vuelve a ir a sus piernas, solo un segundo, y luego miro su espalda. Se quita la chaqueta y no puedo evitar mirar su espalda. El vestido es ajustado, marca toda su figura, y la espalda está parcialmente al descubierto. Su pelo suelto, ondulado, la tapa un poco. Se gira hacia mí, sigo en la puerta. Entonces veo la parte delantera del vestido, la tapaba la chaqueta. Otra vez un escote de pico. Sonríe irónica al ver como la estoy mirando.

-Me vas a permitir que haga una cosa… - dice subiendo una de sus piernas y quitándose los zapatos – me estaban matando… - me río acercándome a ella – pensaba que era buena idea pero no veas cuando llevaba un minuto andando… - sigo riéndome – está muy bien eso de que me hayas dejado la tarjeta para entrar por el parking… - sigo observándola, ahora ya con su altura normal – he visto de refilón que la entrada del hotel estaba llena de gente…

-Creo que hay un evento de algo de un congreso… - digo sin dejar de mirarla –

-Estás muy guapo… - sonríe – parece que nos hemos vestido para ir a un sitio de postín…

-Bueno… - señalo la habitación – una suite con vistas al mar no está mal no?

Niega con la cabeza y baja la mirada. Al acercarme por completo a ella, cojo su barbilla suavemente y hago que me mire.

-Estás preciosa… - intenta apartarme la mirada pero no suelto su barbilla – bueno – alzo un dedo – eres preciosa… - remarco –

-Ya empezamos… - consigue bajar la mirada y veo como se ruboriza un poco –

Vuelvo a coger su barbilla y nos miramos unos segundos. Arqueo mi espalda para llegar a su altura y beso sus labios. Noto como sonríe. Alargo un poco el beso, llevando mis manos a su espalda y acariciándola. Cuando el beso se intensifica, pone una mano en mi pecho, haciendo que pare.

-No tienes hambre? – pregunta sonriente –

-Mucha… - contesto con doble sentido –

-Idiota… - consigue zafarse de mi y se va directa a la terraza –

Cuando abre la terraza, se gira instantáneamente para mirarme. Sonrío triunfante.

-No he pedido nada de comida porque quería que eligieras tú… - digo acercándome – pero esto es cosecha mía…

Se queda mirando de nuevo la mesa. Un par de velas, una botella de vino metida en hielo y una rosa blanca en una parte de la mesa.

-Lo he comprado esta tarde al irme de tu casa… - digo abrazándola por la espalda – el vino si que lo he pedido antes de que llegaras…

-Joder Hugo… - me acaricia las manos, que están cruzadas en su abdomen, abrazándola – me da que eres muy romántico…

-No sé en qué lo notas… - digo en tono chulesco – ven… - hago que se meta de nuevo a la habitación – vamos a mirar lo que tienen y pedimos…

Se gira sin que deshaga el abrazo. Ahora mis manos están cruzadas por detrás. Me mira y, sin decirme nada, me besa. Comienza a besarme de una manera distinta, como más desenfrenada. Doy dos pasos hacia atrás y tropiezo con la cama. Me empuja y me hace sentarme. Sube un poco su vestido y se sienta sobre mi, volviendo a besarme hasta con lujuria. Mueve sus caderas lentamente, haciéndome respirar profundo. Cuando lo considera, para de besarme, de moverse, y se me queda mirando.

-Pedimos? – pregunta como si tal cosa, dejándome a cuadros –

Comienza a reírse a carcajadas y se levanta, dejándome sentado todavía en la cama, flipando. Veo como se baja un poco el vestido y se gira para mirarme de nuevo.

-Yo voy a cenar con este vestido… - dice mirándome – y no me lo voy a quitar antes de cenar…

Resoplo mirándola y niego con la cabeza. Se ríe de nuevo. Me levanto de la cama y me acerco a ella otra vez.

-Eres mala eh? – digo mirándola –

-Yo? – pregunta haciéndose la sorprendida – yo no he hecho nada… - se alza de hombros – va, vamos a pedir – dice cogiendo la carta –

Intento serenarme y decidimos pedir. Una ensalada para dos, jamón, mucho jamón según ella. No tienen coquinas. Su cara de decepción me hace reír. Pedimos algo de marisco y, de plato principal, carne. Cordero. El postre no lo hemos pedido porque tengo lo que quiero es que el postre sea otro. Me da calor de pensarlo. Mucho calor.

1 comentario:

  1. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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