Estoy nervioso. Porqué cojones me he arreglado para cenar en
la habitación de mi hotel? Resoplo al mirarme al espejo. No sé si voy excesivo.
Llevo hasta chaqueta. Una americana negra encima de una camisa negra, por fuera
del pantalón. El pantalón vaquero oscuro. Demasiado oscuro todo? Joder, venga a
mirarme al espejo, para de hacer eso Hugo. De repente, mi móvil vibra. Es ella.
“Me abres?”. Me falta tiempo. Corro hacia la puerta como si me fuera la vida en
ello. Antes de abrir, me arreglo un poco la chaqueta, respiro hondo y abro la
puerta.
Al abrir la puerta, me encuentro algo que no esperaba. Se ha
arreglado igual que yo. Un vestido más corto, oscuro, ajustado, todavía con la
chaqueta puesta, también oscura. Sus piernas al descubierto hasta por encima de
las rodillas. Lleva unos zapatos con algo de tacón. Me he dado cuenta porque
está algo más alta. Me sonríe y me mira de arriba abajo. Se ríe y me contagia.
-Pasa… - digo riendo y cierro la puerta –
Pasa por mi lado y detecto de nuevo ese olor. Suspiro sin
querer. Camina hacia dentro de la habitación y la mirada se me vuelve a ir a
sus piernas, solo un segundo, y luego miro su espalda. Se quita la chaqueta y
no puedo evitar mirar su espalda. El vestido es ajustado, marca toda su figura,
y la espalda está parcialmente al descubierto. Su pelo suelto, ondulado, la
tapa un poco. Se gira hacia mí, sigo en la puerta. Entonces veo la parte delantera
del vestido, la tapaba la chaqueta. Otra vez un escote de pico. Sonríe irónica
al ver como la estoy mirando.
-Me vas a permitir que haga una cosa… - dice subiendo una de
sus piernas y quitándose los zapatos – me estaban matando… - me río acercándome
a ella – pensaba que era buena idea pero no veas cuando llevaba un minuto
andando… - sigo riéndome – está muy bien eso de que me hayas dejado la tarjeta
para entrar por el parking… - sigo observándola, ahora ya con su altura normal
– he visto de refilón que la entrada del hotel estaba llena de gente…
-Creo que hay un evento de algo de un congreso… - digo sin
dejar de mirarla –
-Estás muy guapo… - sonríe – parece que nos hemos vestido
para ir a un sitio de postín…
-Bueno… - señalo la habitación – una suite con vistas al mar
no está mal no?
Niega con la cabeza y baja la mirada. Al acercarme por
completo a ella, cojo su barbilla suavemente y hago que me mire.
-Estás preciosa… - intenta apartarme la mirada pero no
suelto su barbilla – bueno – alzo un dedo – eres preciosa… - remarco –
-Ya empezamos… - consigue bajar la mirada y veo como se
ruboriza un poco –
Vuelvo a coger su barbilla y nos miramos unos segundos.
Arqueo mi espalda para llegar a su altura y beso sus labios. Noto como sonríe.
Alargo un poco el beso, llevando mis manos a su espalda y acariciándola. Cuando
el beso se intensifica, pone una mano en mi pecho, haciendo que pare.
-No tienes hambre? – pregunta sonriente –
-Mucha… - contesto con doble sentido –
-Idiota… - consigue zafarse de mi y se va directa a la
terraza –
Cuando abre la terraza, se gira instantáneamente para
mirarme. Sonrío triunfante.
-No he pedido nada de comida porque quería que eligieras tú…
- digo acercándome – pero esto es cosecha mía…
Se queda mirando de nuevo la mesa. Un par de velas, una
botella de vino metida en hielo y una rosa blanca en una parte de la mesa.
-Lo he comprado esta tarde al irme de tu casa… - digo
abrazándola por la espalda – el vino si que lo he pedido antes de que llegaras…
-Joder Hugo… - me acaricia las manos, que están cruzadas en
su abdomen, abrazándola – me da que eres muy romántico…
-No sé en qué lo notas… - digo en tono chulesco – ven… -
hago que se meta de nuevo a la habitación – vamos a mirar lo que tienen y
pedimos…
Se gira sin que deshaga el abrazo. Ahora mis manos están
cruzadas por detrás. Me mira y, sin decirme nada, me besa. Comienza a besarme
de una manera distinta, como más desenfrenada. Doy dos pasos hacia atrás y
tropiezo con la cama. Me empuja y me hace sentarme. Sube un poco su vestido y
se sienta sobre mi, volviendo a besarme hasta con lujuria. Mueve sus caderas
lentamente, haciéndome respirar profundo. Cuando lo considera, para de besarme,
de moverse, y se me queda mirando.
-Pedimos? – pregunta como si tal cosa, dejándome a cuadros –
Comienza a reírse a carcajadas y se levanta, dejándome
sentado todavía en la cama, flipando. Veo como se baja un poco el vestido y se
gira para mirarme de nuevo.
-Yo voy a cenar con este vestido… - dice mirándome – y no me
lo voy a quitar antes de cenar…
Resoplo mirándola y niego con la cabeza. Se ríe de nuevo. Me
levanto de la cama y me acerco a ella otra vez.
-Eres mala eh? – digo mirándola –
-Yo? – pregunta haciéndose la sorprendida – yo no he hecho
nada… - se alza de hombros – va, vamos a pedir – dice cogiendo la carta –
Intento serenarme y decidimos pedir. Una ensalada para dos,
jamón, mucho jamón según ella. No tienen coquinas. Su cara de decepción me hace
reír. Pedimos algo de marisco y, de plato principal, carne. Cordero. El postre
no lo hemos pedido porque tengo lo que quiero es que el postre sea otro. Me da
calor de pensarlo. Mucho calor.
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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