Cuando llego a casa, mi madre sale sorprendida y me mira con
esa mirada suya que solo ella y yo entendemos. Niega con la cabeza, medio
sonriendo, mirándome. Agacho la cabeza algo avergonzada.
-Anda que… - dice mi madre dándome dos besos – desaparecida
en combate…
-Vengo a comer con vosotros… - digo excusándome –
-Y Hugo? – pregunta sentándose conmigo en el sofá –
-Me da mi espacio… - digo sonriendo –
-Esa sonrisa hija… - miro a mi madre y me mira hasta
emocionada – no te la veía desde hace mucho…
Sonrío y agacho la cabeza. Escucho unos pasos. Mi padre.
-Hombre! – exclama – casi pongo carteles para buscarte…
-Papá! – digo avergonzada –
-Todo bien? – pregunta mirándome y asiento sonriente – así
me gusta… - sonríe – os dejo que habléis, que os ponéis muy pesadas…
Una caricia en el hombro y ya está. Mi padre es así. De pocas
palabras. Desaparece del salón y miro a mi madre, que me sigue mirando como
interrogante.
-Dile que se venga a comer… - dice mi madre apoyándose en la
parte trasera del sofá – si tu padre está encantado… - la miro sorprendida – no
le había visto yo así nunca, fíjate…
-Mamá… - digo avergonzada – hemos dicho que nos vemos
después, por la tarde… - respondo con voz de niña –
-Yo también estoy encantada eh? – me aclara – y más por
verte así… - sonrío –
-Vamos a seguir viéndonos cuando volvamos a Madrid – suelto
de golpe y mi madre se queda mirándome con media sonrisa – lo hablamos ayer…
-Me parece estupendo hija… - responde mirándome – estás
contenta… - afirma mirándome –
-Mucho… - contesto sin mirarla – y cagada también…
-Mira, te va a decir una cosa tu madre – alza un dedo y me
hace reír al ver como se pone de trascendental – con lo que ha pasado en los
últimos meses, lo último que tendrías que estar es cagada… qué más puede
pasarte? - me río sin querer – además, el chico parece tan normal… - sonrío
mirándola – y no es conocido ni nada… - tuerzo el gesto –
-Se va a asustar… - digo sin pensar – si esto sigue y sale…
se va a asustar…
-O no hija… - responde mi madre rápidamente – pero que en
unos días esté aquí en casa tan normal… - me tapo la cara – no sé hija, parece
como una señal no? – la miro – no habías traído a nadie tan rápido a casa…
-Ya lo sé… - respondo reflexiva – es que… - suspiro – es… -
me quedo en silencio – no sabes cómo es mamá… - digo algo avergonzada y noto
como mi madre me observa – me dijo una cosa que… - resoplo y miro a mi madre,
que me mira expectante – me dijo que pasara lo que pasara, me prometía que no
iba a hacer nada que me perjudicara ni que me hiciera daño…
La cara de mi madre es un poema. Me mira primero sorprendida
y luego con un gesto de aprobación absoluto, hasta emocionada.
-Sabe lo que hay… - digo convencida – lo sabe y le da igual
mamá… - sonríe tiernamente – sabe hasta el miedo que me puede dar esto… -
sonrío mirando al suelo – cada cosa que conozco… me gusta más…
-Ay hija… - dice algo emocionada – qué rápido, pero qué poco importa eso, verdad?… - sonrío mirándola –
No hay comentarios:
Publicar un comentario