jueves, 28 de febrero de 2019

CAPÍTULO 58: MI MADRE

Cuando llego a casa, mi madre sale sorprendida y me mira con esa mirada suya que solo ella y yo entendemos. Niega con la cabeza, medio sonriendo, mirándome. Agacho la cabeza algo avergonzada.

-Anda que… - dice mi madre dándome dos besos – desaparecida en combate…

-Vengo a comer con vosotros… - digo excusándome –

-Y Hugo? – pregunta sentándose conmigo en el sofá –

-Me da mi espacio… - digo sonriendo –

-Esa sonrisa hija… - miro a mi madre y me mira hasta emocionada – no te la veía desde hace mucho…

Sonrío y agacho la cabeza. Escucho unos pasos. Mi padre.

-Hombre! – exclama – casi pongo carteles para buscarte…

-Papá! – digo avergonzada –

-Todo bien? – pregunta mirándome y asiento sonriente – así me gusta… - sonríe – os dejo que habléis, que os ponéis muy pesadas…

Una caricia en el hombro y ya está. Mi padre es así. De pocas palabras. Desaparece del salón y miro a mi madre, que me sigue mirando como interrogante.

-Dile que se venga a comer… - dice mi madre apoyándose en la parte trasera del sofá – si tu padre está encantado… - la miro sorprendida – no le había visto yo así nunca, fíjate…

-Mamá… - digo avergonzada – hemos dicho que nos vemos después, por la tarde… - respondo con voz de niña –

-Yo también estoy encantada eh? – me aclara – y más por verte así… - sonrío –

-Vamos a seguir viéndonos cuando volvamos a Madrid – suelto de golpe y mi madre se queda mirándome con media sonrisa – lo hablamos ayer…

-Me parece estupendo hija… - responde mirándome – estás contenta… - afirma mirándome –

-Mucho… - contesto sin mirarla – y cagada también…

-Mira, te va a decir una cosa tu madre – alza un dedo y me hace reír al ver como se pone de trascendental – con lo que ha pasado en los últimos meses, lo último que tendrías que estar es cagada… qué más puede pasarte? - me río sin querer – además, el chico parece tan normal… - sonrío mirándola – y no es conocido ni nada… - tuerzo el gesto –

-Se va a asustar… - digo sin pensar – si esto sigue y sale… se va a asustar…

-O no hija… - responde mi madre rápidamente – pero que en unos días esté aquí en casa tan normal… - me tapo la cara – no sé hija, parece como una señal no? – la miro – no habías traído a nadie tan rápido a casa…

-Ya lo sé… - respondo reflexiva – es que… - suspiro – es… - me quedo en silencio – no sabes cómo es mamá… - digo algo avergonzada y noto como mi madre me observa – me dijo una cosa que… - resoplo y miro a mi madre, que me mira expectante – me dijo que pasara lo que pasara, me prometía que no iba a hacer nada que me perjudicara ni que me hiciera daño…

La cara de mi madre es un poema. Me mira primero sorprendida y luego con un gesto de aprobación absoluto, hasta emocionada.

-Sabe lo que hay… - digo convencida – lo sabe y le da igual mamá… - sonríe tiernamente – sabe hasta el miedo que me puede dar esto… - sonrío mirando al suelo – cada cosa que conozco… me gusta más…

-Ay hija… - dice algo emocionada – qué rápido, pero qué poco importa eso, verdad?… - sonrío mirándola – 

No hay comentarios:

Publicar un comentario