sábado, 23 de febrero de 2019

CAPÍTULO 41: LA FAMILIA

Me siento en la arena, al lado de la silla donde está Pepi, enfrente de Pepe y Vero, y al lado de Malú. Carlota se sienta casi pegada a su madre. Cuando veo como Pepi empieza a sacar los bocadillos y a repartirlos no puedo evitar reírme. Todos me miran, incluida Malú, que creo que no entiende muy bien la risa.

-Siempre hacemos esto – dice Pepi como justificándose – aunque Malú hace mucho tiempo que no estaba aquí… - la miro y baja la cabeza algo avergonzada –

-No Pepi, si no me reía por eso… - digo rápidamente – es que… - sonrío algo melancólico – es exactamente lo que hacíamos antes cuando íbamos con mis padres a la playa mis hermanos y yo… - sigo sonriendo – me ha recordado a buenos tiempos…

Hay un silencio de unos segundos. Sigo sonriendo, totalmente melancólico, incluso diría que noto un pequeño nudo en la garganta que desaparece al notar como Malú acaricia mi pierna. Pepi me mira con un gesto un tanto emocionado mientras me da el bocadillo y Pepe… Pepe tiene la intensidad de su hija. No hace falta que diga nada para saber lo que piensa, o eso me parece. Vero, directamente, sonríe mirándome y mirando a Malú, como si le encantase que me pusiera así.

Pepi me da una lata de cerveza y me hace una carantoña sutil que me hace ponerme algo colorado. Miro a Malú, sigue mirándome con un gesto de ternura total y posa fugazmente su cabeza en mi hombro, de forma cariñosa. Nada más dar un pequeño bocado al bocata, hago un sonido de placer. Pepi se ríe a mi lado.

-Dios, que bueno está esto… - digo con la boca algo llena todavía –

-Los bocatas de Pepi son míticos… - dice Vero riéndose –

-Eso es lo único que echo de menos de ella… - dice Pepe con tono irónico –

No entiendo lo que ha dicho, pero Pepi se ha reído y le ha dado un manotazo en la pierna. Miro a Malú y me hace un gesto que no entiendo. Se acerca a mi oído y me lo dice. No están juntos. Sus padres no están juntos??? La miro con gesto de sorpresa. Pero si parece, por como se llevan, todo lo contrario.

-Si hijo, estamos separados… - dice Pepi notando como me he sorprendido –

-No nos aguantábamos como pareja – añade Pepe – pero como amigos y padres, nos soportamos bastante bien… - dice como si tal cosa haciéndome reir –

-En fin… - suspira Pepi – tenía que haberte puesto en el bocadillo un poco de lejía… - dice bromeando –

Veo como se ríen y todavía no me lo explico. Miro a Malú que me mira sonriente y se alza de hombros.

-La familia hijo – dice Pepi – siempre unida, pase lo que pase… - sonrío de medio lado y asiento –

Pienso en mi familia. Mi madre vive sola, mi hermana con su novio, mi hermano con su mujer y sus hijos… y, a veces, siento que hemos perdido vínculo desde lo de mi padre. Como que cada uno vamos por libre, pero, seguimos estando unidos en las fechas señaladas. Pienso en los días que llevo sin llamar a mi madre… y a mis hermanos… y me da cargo de conciencia. Creo que ni siquiera sabían que estaba aquí hasta que apareció lo del vídeo.

Cuando me termino el bocadillo, de repente siento unas ganas terribles de hablar con mi madre. Evidentemente, sin contarle nada de lo que está pasando aquí. Malú no ha dejado de observarme durante toda la comida. Apenas he hablado. Me he quedado muy pensativo.

-Venga Carlota, túmbate en la sombra que hay que hacer la digestión – escucho a Vero y veo como la niña accede –

-Has comido bien? – pregunta Pepi –

-Si Pepi – respondo sonriendo – muchas gracias…

Me mira como sabiendo lo que me pasa. Me da la sensación que tiene la misma sensibilidad para estas cosas que su hija. Pepe se recuesta en la hamaca, haciendo gestos de como estar lleno. Sonrío.

-Qué te pasa? – pregunta Malú en voz baja –

-Nada – respondo rápidamente fingiendo una sonrisa –

-Mientes fatal… - responde sonriendo –

De repente, siento ganas de llorar. Me las aguanto pero no sé por qué han aparecido. O sí. La nostalgia.

-Cuéntamelo anda… - dice dándome un leve codazo –

-Nada que… - sonrío nervioso – me ha dado nostalgia, solo eso…

Me mira apretando los labios, como algo emocionada y, sin decir nada, me abraza. Justo lo que necesitaba. Lo ha vuelto a hacer. Necesitaba un abrazo y lo ha sabido.

Río algo nervioso al deshacer el abrazo, por aguantarme las ganas de llorar. Voy hacia mi mochila y agarro el móvil. Voy a llamar a mi madre. Malú me observa un tanto cariacontecida pero me sonríe de forma tierna. Supongo que sabe lo que voy a hacer.

-Hijo! – le oigo exclamar al otro lado del teléfono – pasa algo?

-No mamá… - sonrío, casi siempre que la llamo es porque ha pasado algo – cómo estás?

-Pues… - noto como no se entera de nada – bien hijo, pero qué pasa?

-Nada mamá… - camino por la orilla – solo quería llamarte… y hablar un rato…

Le oigo suspirar.

-Estoy en la playa… - digo mirando la mar – te acuerdas cuando veníamos con papá todos, con las sombrillas… - escucho como ríe algo emocionada – las sillas… la nevera… - sonrío emocionado – no hemos vuelto a irnos todos juntos… - digo tímido – podríamos hacerlo este verano…

-Hugo… cariño… - escucho como comienza a llorar –

-Mamá… no llores… - digo intentando no llorar yo – solo quería que supieras que… - me tapo la boca un segundo reprimiendo el llanto – que te quiero mucho y… - escucho como llora levemente – y aunque no te lo diga y solo consigamos juntarnos todos de vez en cuando… - suspiro – me gustaría que volviéramos a hacerlo…

-Claro hijo… - responde emocionada – Hugo cariño pero tú estás bien?

-Si – respondo sonriendo ampliamente – me está viniendo muy bien estar aquí… - sonrío todavía más –

-Y cuando vuelves? – pregunta mientras noto como se va serenando –

-Pronto mamá… - me giro para mirar hacia Malú, que me observa atentamente – de momento me apetece quedarme unos días más…

-Como quieras hijo… - dice de forma cariñosa –

-Bueno mamá… - suspiro sentándome en la orilla – te quiero mucho…

-Y yo a ti cariño… - dice emocionada –

-Te mando luego una foto de la playa? Es preciosa… - digo ilusionado –

-Claro, sabes que me gusta mucho que me mandes fotos… - dice emocionada –

-Vale, luego te la mando vale? – digo dulcemente – un beso mamá

-Un beso cariño…

Cuelgo el teléfono y me quedo con el apoyado sobre mis labios. Las ganas de llorar no se han ido pero me he quedado más tranquilo. Sé que estaba preocupada y también sé que es de ese tipo de personas que no le gusta agobiar a los demás, aunque sean sus hijos. Llevo meses ausente, meses sin prestar la atención que debería a mi familia. Y la familia de Malú, sin querer, me lo ha recordado. Me apetece llamar a mi hermano, pero me apetece verle, cara a cara, así que, sin pensármelo mucho, me pongo de espaldas a la orilla, para que se vea la playa y no haya posibilidad de que vean a la familia de Malú, e inicio una videollamada. Sé lo que estará pensando. Tarda en cogerlo y, cuando lo coge, escucho a mis sobrinos de fondo gritar “tito” y sonrío.

-Hermano, qué pasa? – su cara es de estar preocupado –

-Nada Jose! – exclamo riéndome – qué tal? Donde están los enanos! – aparecen casi quitándole el móvil y gritándome a la vez – hola enanos! – Les hago un gesto con la mano para saludarles – qué hacéis?

-Papá ha cocinado pizza! – grita Paco ilusionado –

-Y le hemos ayudado! – grita Lucía haciéndome reír –

-Que no gritéis! – exclama mi hermano por detrás –

-Hola Hugo! – me saluda Laura, la mujer de mi hermano –

-Hola! – saludo de forma efusiva –

-Estás en la playa? – pregunta Paco sorprendido –

-Si, a que mola? – pregunto haciendo que se vea un poco más el mar – este verano venimos si queréis

Les escucho gritar emocionados y veo como mi hermano le hace un gesto a Laura. Se piensa que no le he visto, pero el gesto ha sido como para que se lleve a los niños.

-Venga niños, vamos a hacer los deberes – dice Laura –

-Pero que está el tito! – exclama Lucía – y no tengo deberes…

-Si que tienes – dice Laura haciéndome reir – venga, dadle un beso al tito

Me gritan de nuevo y no paran de mover las manos saludándome o despidiéndose mejor dicho. Desaparecen de la imagen, en la que se queda mi hermano mirando primera en la dirección en la que se han ido y luego mirándome a mí.

-Menudo jaleo tienes en casa siempre… - digo riéndome –

-Eh nano… - dice acercándose un poco más el móvil. Así me llama de forma cariñosa – va todo bien?

-Claro! – digo riéndome – mamá me ha preguntado lo mismo… - me mira sorprendido –

-Has hablado con mamá? – pregunta –

-Si bueno… - digo bajando la cabeza – ya sabes que la playa me ayuda a pensar… - miro la pantalla y mi hermano me mira como preocupado – estoy bien, de verdad… - digo sincero –

-Seguro? – pregunta no muy convencido – sigues en Algeciras?

-Si – respondo sonriendo – es que estaba aquí y… - río algo nervioso – Jose, sé que he estado muy ausente estos meses… - veo como niega con la cabeza –

-No estabas bien Hugo, todos lo hemos entendido – dice de forma comprensiva –

-Ya pero… - sonrío – me estoy perdiendo muchas cosas de los críos, lo sé…

-Nah, no te creas… - le resta importancia – ya has visto que siguen igual de locos que siempre…

-Os echo de menos Jose… - digo sonriendo – cuando vuelva nos reuniremos todos…

-Me parece perfecto hermano… - sonríe – pásalo bien, recarga pilas y nos vemos pronto – asiento mientras escucho a los niños gritar – tío esto es para cortarse las venas, te lo juro… - dice de forma graciosa haciendo que me ría – no tengas hijos nunca, consejo de hermano.

-Anda tira… - digo riéndome –

-Me alegro de haber hablado contigo nano – dice sonriendo –

-Yo también… - sonrío – hablamos pronto vale? – asiente – y dale un beso a mis sobrinos anda…

-Si se dejan… - se ríe –

Me despido y cuelgo con una sensación como de paz. Queda casi lo más difícil. Mi hermana Rocio, aunque es la pequeña, es la que más me impone. Quizá porque siempre ha sido la más cabal de los 3. Y tiene un genio… joder, me recuerda a Malú a veces. Sonrío al ver su nombre en el móvil y vuelvo a iniciar una videollamada. Tarda segundos en cogerlo.

-Hombre!!!! – exclama haciéndome reir – el gaditano desaparecido! – río –

-Qué tal hermanita? – pregunto mirándola –

-Aquí en casa con Nacho… - mira a la izquierda – bueno, creo que está cagando, ahora te saludará…

-La madre que te parió… - digo riéndome a carcajadas –

-La madre que te parió a ti, que me haces una puta videollamada donde se ve la playa… - dice fingiendo enfado – sigues en Algeciras de mi corazón? – asiento sonriente – hostia, pues sigues allí porque has encontrado algo que te hace quedarte o qué?

La madre que la trajo. Me conoce mejor que mamá. Niego con la cabeza rápidamente y, sin querer, miro hacia Malú, que sigue atenta a lo que hago.

-La cara lo dice todo – dice riéndose – y estás feliz?

-Ro! – exclamo – que no te líes joder, que estoy aquí porque estoy bien… porque necesitaba desconectar…

-Ya ya… - dice con gesto de no creerse nada – bueno pues yo que sé… ya me la presentarás…

-Y dale… - pongo los ojos en blanco y sonrío –

-Hacía tiempo que no te veía sonreír así… - dice poniéndose seria de repente – sea lo que sea, me cae bien… - Ya te digo, pienso para mí, y no puedo evitar reírme –

-No quieres saber por qué te llamaba? – digo intentando cambiar de tema –

-Para enseñarme que estás en la playa y que quiera matarte? – dice de forma irónica – a ver, dispara…

-En realidad… - río nervioso – tú sabes más cosas que Jose… - digo en referencia a lo que ha ido pasando los últimos meses – he hablado con él… y con mamá… - me mira sorprendida – necesitaba llamaros…

-Y eso? – me mira preocupada – ha pasado algo?

-No no – me apresuro en contestar – solo que… - suspiro – sé que he estado muy ausente en los últimos meses… - sonríe mirándome con ternura – sabes más o menos lo que ha ido pasando y… - bajo la cabeza – que lo siento enana…

-Me estás pidiendo perdón por haber estado superando una depresión, haber cambiado de trabajo y haberte encontrado con una hija de puta que te ha engañado? – dice de corrido – qué quieres, que te mate? – río sin querer – deja de decir tonterías anda…

-Me ha dado mucha morriña estar aquí… - digo sin mirar el móvil – te acuerdas cuando nos íbamos con papá y mamá a la playa en la furgoneta aquella que se caía a cachos? – ríe y me contagia – que no sé ni cómo llegábamos a Málaga con eso…

-Estás melancólico eh? – pregunta mirándome – no hemos vuelto a hacerlo… - dice reflexiva - no me vas a hacer llorar, capullo – dice algo emocionada –

-Te digo lo mismo que a Jose… - sonrío – este verano nos iremos todos a la playa, como antes… todos juntos… - asiente – aunque falte papá…

-Ay Hugo joder… - se queja tocándose los ojos – cuando vuelves?

-No lo sé exactamente… - digo sonriendo –

-Claro, estarás ahí con gente que has conocido y eso… - dice mirándome –

-Y dale… - vuelvo a poner los ojos en blanco –

-Quédate el tiempo que necesites, hermano… - dice mirándome sonriente – cuando vuelvas, quiero ver esa sonrisa… - sonrío avergonzado – y dale las gracias a quien te la esté provocando…

-Eres imposible, en serio… - niego con la cabeza –

-Mira, ya ha vuelto Nacho de cagar – le enfoca y Nacho le mira alzando las cejas – saluda a tu cuñado, que está en la puta playa mientras nosotros estamos viendo Netflix como enfermos… - me río –

-Hola cuñado – me saluda Nacho y le saludo con la mano – tenías que decirle que estaba cagando?

-Pues hijo – veo a mi hermana – cagar cagamos todos… - río de nuevo –

-Os dejo con esos temas escatológicos – digo sonriendo – nos vemos pronto…

-Llámame más joder, o escríbeme… - me exige – que al final tendré que ir a Algeciras a verte… - sonrío bajando la cabeza – pásalo bien hermanito…

-Te quiero enana… - digo sonriendo –

-Me quieres? – pone cara de sorpresa – Nacho, tú eso ya ni me lo dices…

-Cómo que no? – le escucho de fondo y me hace reir –

-Yo también te quiero Hugo – sonrío enternecido –

-Y yo cuñado! – escucho a Nacho por detrás –

-Hablamos vale? – veo como mi hermana asiente – un beso…

Al colgar, siento unas ganas inmensas de llorar. Tenía que haber hecho esto antes. Qué ha pasado desde que he llegado aquí? Es como si hubiera tenido que venir hasta aquí para volver a poner toda mi vida en orden. Me giro de nuevo, hacia la orilla, y encojo mis piernas, con mi móvil en la mano.
De repente, noto una mano en mi espalda.

-Todo bien? – sonrío al escuchar su voz –

-Si… - respondo de forma corta –

-Has llamado a tu familia verdad? – pregunta sentándose a mi lado –

-Si… - vuelvo a contestar y aprieto los labios – qué cojones tiene este lugar? – pregunto mirándola – no sabes la de cosas que he puesto en su sitio desde que estoy aquí…

Sonríe enternecida y aparto la mirada hacia el mar. Noto como se pega un poco más a mí y posa su mano derecha en mi muslo izquierdo.

-No han sido unos meses fáciles… - digo reflexivo – eso lo compartimos creo, no? – me mira sonriendo levemente y asiente – he dejado de lado cosas importantes… - niego con la cabeza – llevaré como 2 meses sin ver a mis sobrinos… - agacho la cabeza –

-Hugo… - aprieta levemente mi muslo – por lo que me has contado, los últimos meses has estado pasando por una época mala… - asiente – medicándote… - sonrío algo avergonzado – a veces, cuando pasan esas cosas, necesitas estar solo…

-Ya pero he tenido que venir aquí para poder pensar… - tuerzo la boca – necesitaba disculparme con ellos… - sonrío sin querer – no me he dado cuenta hasta que he visto como te llevas con tu familia…

-Tenemos nuestras cosas eh? – dice de forma divertida – a mi hermano no lo conoces… - se ríe – de pequeños nos matábamos y ahora no puedo vivir sin él…

-Eso me pasaba a mí con mi hermana… - sonrío – es más pequeña que yo, y no paraba de putearme…

-Pues igual que yo con mi hermano… - ríe –

-Le compadezco… - me mira fijamente – tenía que ser difícil aguantarte de pequeña…

-Oye! – exclama dándome un manotazo – si era un amor… - dice haciéndose la chula – lo que pasa que los hermanos mayores sois cabrones…

-De cabrón nada… - digo rápidamente – mi hermano Jose si que era más capullo… - sonrío –

-Te ha venido bien hablar con ellos no? – dice con voz dulce y asiento –

-Mi hermana te da las gracias…

Le miro y noto su mirada asustada. Comienzo a reírme.

-Quita esa cara… - digo riéndome – te prometí que no le contaría nada a nadie… - la escucho resoplar aliviada – solo que ha notado que estoy sonriente… - me mira con una ceja alzada – y me conoce, así que ha supuesto que estoy… - le miro fijamente – conociendo a alguien especial…

-Especial… - dice susurrando y acercándose un poco más a mí –

-Si… - digo susurrando y notando como se va a acercando –

-Pfff… - resopla – si no tuviera miedo de que me echaran una foto, te comía a besos ahora mismo…

La miro automáticamente, sorprendido, y noto como, al decir la frase, se pone colorada y baja la cabeza. Lo ha dicho sin pensar. Sonrío entre enternecido y excitado.

-Yo también te comía a besos… - digo susurrando con tono sugerente – pero tu padre me acojona mucho…

-Jajajajaja! – estalla en una carcajada – es más serio… - dice cambiando de tema – pero le conozco, le caes muy bien…

-Está bien saberlo… - sonrío – oye, te has echado crema? – digo observando sus hombros –

-Si, me tengo que embadurnar entera siempre… - dice algo avergonzada – me salen unas ronchas… - le miro extrañado – algo así como una alergia al sol… - sonríe – pero con embadurnarme y protegerme en las horas clave en la sombra… - se alza de hombros – no pasa nada…

Me quedo mirándola unos segundos. Nos quedamos mirándonos. Por un momento, pienso en besarla, aunque sea fugazmente, pero me imagino su cara de pánico y su enfado posterior, y me contengo. Ojalá no tuviera que contenerme.

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar