Estoy haciendo tiempo pero llevo ya media hora listo. Es que
puede parecer muy desesperado presentarme allí sin más, 30 minutos después de
que me hayan invitado. Son las 8 de la tarde. Suspiro mirando el móvil hasta
que, sin esperarlo, vibra. Es ella. “Tanto tardas en arreglarte? Si no hay nada
que arreglar…” y un emoticono con cara pícara. “Jajajajaja” Respondo. “Llevo
media hora listo pero no me atrevía a ir tan pronto” confieso sincero. “Eres
muy tonto…” sonrío “Vente ya que parece que no has escuchado antes que tengo
ganas de besarte”. Trago saliva. Espero que no se le ocurra hacerlo delante de
sus padres, ni delante de nadie. Me muero de la vergüenza. “A sus órdenes,
jefa” contesto como esta mañana y me responde con varios emoticonos riéndose.
Me pongo nervioso, me miro un momento más en el espejo y salgo
de la habitación. Camino rápido por la calle, como si quisiera llegar cuanto
antes. La realidad es esa, ciertamente. Toco al timbre y me abren en seguida.
Al entrar, Lucho sigue allí y repite la misma dinámica. Se acerca a mí, le
acaricio y se marcha.
-Hola – su voz me hace alzar la mirada –
Vestida con una camiseta ancha negra de manga corta y unas
mallas. Sencilla, de estar por casa. Me encanta. No se ha maquillado y tiene
todavía el pelo mojado.
-Hola… - subo las escaleras del porche mirándola – qué guapa
estás… - susurro –
-Si claro… - se señala – ahora me cambio, que hace 5 minutos
que he hablado contigo y no me ha dado tiempo.
-No te cambies… - digo agarrando su mano – Vas perfectamente
así… - baja la cabeza colorada completamente – vale, ya paro… - carraspeo – me
pongo muy estilo canción romántica no?
-Ven… - agarra mi mano y me lleva a una esquina del porche –
Me arrincona. Se muerde el labio. Me ve mirar a todos lados
y sonríe pícaramente. Sin decir nada más, me besa. Me besa con los labios
entreabiertos. Nada de un beso casto. Mis manos van directas a su cintura y la
acerco un poco más a mí. Se me olvida que estamos en su casa, en la entrada,
algo escondidos, pero a la vista. Cuando soy consciente, le pongo una mano en
el pecho suavemente y se separa sonriendo.
-Para para… - le susurro – que tu padre puede cortarme los
huevos…
-Ala! – exclama riéndose – no tengo 15 años eh? – dice
mirándome – qué pasa, no te apetecía besarme? – dice retándome –
-Pfff… - resoplo – no me hagas decirte lo que me apetece… -
digo de forma insinuante –
-Ummm… - hace un sonido insinuante – anda, vamos para
dentro…
Me agarra la mano. Hola? En mi cerebro se produce un
cortocircuito. Me ha cogido la mano. En su casa, sin que nos vea nadie de la
calle, vale. Pero me ha cogido la mano. Entramos en su casa de la mano. Su
madre y su padre aparecen en el salón y ven que vamos cogidos de la mano. La
mirada de su madre es fugaz, pero ahí ha ido, directa. La de su padre también,
pero mucho más fugaz.
Aparece Vero en escena. No es para nada discreta. Nos mira y
se ríe. SE RÍE. Por primera vez, tengo ganas de matarla. Carlota viene
corriendo hacia mí y, como ya es tradición, pega un salto y la agarro en
brazos. Evidentemente, tengo que soltar la mano de Malú para agarrarla.
-Has venido! – exclama Carlota –
-Pues claro! – digo riéndome –
-Vamos a hacer barbacoa – dice ilusionada –
-Ah si? – pregunto dejándola en el suelo –
-Te gusta? – pregunta Pepe, mirándome y asiento –
-Soy experto en barbacoas – digo sin intención de parecer
chulesco –
-Pues ala, ya tienes pinche – dice su madre mirándome – a
ver si enciendes de una maldita vez eso, que cenamos a las 12…
Miro a Malú instantáneamente. Que voy a ayudar a hacer una
barbacoa a su padre? Es decir, voy a estar a solas con él, con lo que me
impone, un rato aunque sea? Malú sonríe de medio lado y se alza de hombros.
-Venga – Pepe me da una lata de cerveza – a ver si tú
consigues encender esto porque… - niega con la cabeza – he perdido práctica y
se han empeñado en barbacoa – señala a Pepi y a Malú –
Le sigo girándome sutilmente hacia Malú que me hace un gesto
asintiendo levemente y sonriendo. Esta parte de la casa no la conozco. Una
terraza dentro de la casa, al fondo del salón, con una mesa y unas sillas. Veo
la barbacoa, de obra, de las que están preparadas para hacerlas bien. Parecida
a la que tiene uno de mis mejores amigos en su casa.
-No prenden bien las cosas estas… - dice Pepe enseñándome la
bolsa – así que te doy libertad mientras no me quemes la casa…
Me río sin querer y comienzo a hacer lo que me ha pedido.
-Tienes servilletas de estas de cocina Pepe? – pregunto y me
señala a la derecha. Asiento y cojo un trozo – y aceite? – me señala abajo y me
observa atentamente – espero no quemarte la casa, te lo digo en serio Pepe… -
digo sin mirarle – tengo miedo…
-Jajajaja – es la primera que le escucho reírse tan fuerte –
no sé qué experimento estás haciendo pero bueno… - se asoma un poco y me
observa – eras bombero no? – le miro un tanto avergonzado -
-Esto nos pasa mucho cuando hacemos barbacoas con los
amigos… - le miro – a veces el carbón es difícil que prenda bien… - miro a la
derecha – cuando coja bien, metemos algo de leña – asiente –
Cojo la servilleta, esparzo bien todo el carbón y echo un
poco de aceite en la servilleta, apartando un poco el carbón. Con el mechero
que he visualizado un poco antes, prendo las cuatro esquinas y comienzo a poner
cuidadosamente los trozos de carbón sobre la servilleta, a modo de montaña. Voy
observando, creo que va a surtir efecto. Me giro y Pepe mira atentamente lo que
estoy haciendo. Va prendiendo y voy tapando con un poco más de carbón, sin
pasarme para no ahogarlo.
-El bombero sabe encender un fuego – escucho a Vero a mi
espalda – curioso…
-Jajajaja – me río por la ocurrencia y me giro, también está
Malú, Carlota y Pepi detrás de nosotros – se me daba mejor apagarlos… - niego
con la cabeza – pero sigo acojonado eh? – miro a Pepe que sonríe – imagínate…
exbombero quema la casa de Pepe de Lucía…
-Jajajajajajaja – escucho la carcajada sonora de la madre
Malú, además de las risas del resto –
-Joder niño… - dice Pepe mirando el carbón – ese truco me lo
guardo… - el carbón está prendiendo poco a poco. Sonrío mientras cojo más
piezas de carbón y voy tapando cada vez más la zona – pero cógelos con las
pinzas que te vas a quemar! – exclama –
-Ya me he quemado muchas veces… - digo en referencia a mi
profesión – soy inmune… - digo de forma graciosa – todavía no queman las que no
han prendido – aclaro mirándole –
-Te has quemado muchas veces? – pregunta Vero interesada –
-Bueno… - me alzo de hombros siguiendo de espaldas a ellas,
concentrado en encenderlo bien – nada grave nunca, aunque alguna vez… -
chasqueo la lengua – poco más y no salgo…
-Pfff – resopla Pepi – es que es una profesión muy
arriesgada…
-Si – respondo girando la cabeza – prefiero mis maquinitas…
- digo sonriendo –
Miro a Malú que me observa, sin hablar. Sin decir nada se
acerca a mí y pone una mano en mi espalda. Giro la cabeza hacia la barbacoa
rápidamente. Qué hace? Me está tocando la espalda. Aléjate que están aquí tus
padres joder! Sin más, me da un sonoro beso en la mejilla y pasa su mano por mi
cintura como abrazándome. La mato. Juro que la mato. No se si tengo más calor
por la barbacoa o por lo que acaba de hacer. Silencio absoluto hasta que,
Carlota, siempre tan oportuna, interviene.
-Mamá…
-Calla Carlota – Vero interviene rápidamente, se ve que
conoce a su hija, yo también pensaba que iba a hacer un comentario que todavía
me iba a hacer querer enterrarme aquí mismo –
Noto como Malú sonríe a mi lado. No me suelta. La madre que
la parió. Me está poniendo muy nervioso. La miro fugazmente haciéndole un gesto
para intentar que me suelte, pero sonríe triunfante y no se aparta.
-Bueno… - digo disimulando un poco lo nervioso que me acabo
de poner – habemus fuego… - digo cogiendo las pinzas y moviendo un poco el
carbón – hay que esperar a que se hagan brasas…
-Vamos a tener que invitarle más veces… - dice Malú a mi
lado – si es por ti – mira a su padre – cenamos mañana…
-Niña! – exclama – tú sabes encender una barbacoa? – le
pregunta y Malú se ríe – pues eso…
Sonrío y dejo las pinzas en un lado. Malú no me suelta la
cintura. Agarro la cerveza y la miro de nuevo fugazmente, me alza una ceja.
Pues muy bien, si esto significa que le importa muy poco que estén delante sus
padres, pues voy a hacer lo que haría en una situación normal. Dejo la cerveza
en la repisa de la barbacoa y paso mi mano por su cintura, agarrándola también.
Me mira instantáneamente y me guiña un ojo. Así que eso era lo que quería. Que
me soltara del todo. Que me destense.
-Ay hijo, vales pa todo eh? – dice su madre acercándose a mí
– mira cómo ha prendido esto… - me hace sonrojarme – cenamos aquí fuera no? – mira
para arriba – qué buena noche hace…
Malú sigue agarrada a mi cintura y no parece que vaya a soltarme.
Su padre me da una palmadita en la espalda y coge las pinzas para mover las
primeras brasas que van apareciendo. Me parece una situación tan surrealista y,
a la vez, tan normal, que me hace tener la sensación de que no es la primera
vez que ceno en esta casa. Es como si no fuera la primera vez que estoy así, en
esta situación. Veo de reojo como su madre, Vero, su padre y Carlota
desaparecen parcialmente de la escena, preparando la mesa redonda que está en
la terraza.
-Tú quieres que me explote la cabeza no? – susurro a Malú
cogiendo de nuevo las pinzas sin que se me suelte de la cintura –
-Te incomoda? – dice sin soltarme –
-No – respondo rápidamente mirándola – pero me sorprende…
-Dejarse llevar no? – responde mirándome –
Sonrío, dejo las pinzas y vuelvo a pasar mi brazo por su
cintura. Nos miramos. Sonríe ampliamente y vuelve a darme un beso en la
mejilla. En la boca hubiera sido más heavy. Poco a poco supongo. Poco a poco
también por mí, que Malú tiene que haber sacado ese carácter de alguien y me
veo a su madre gritándome y me cago vivo. El caso es que su madre se comporta
conmigo como si le pareciera todo perfecto. Y su padre. Su padre ya no me
tensa.
-Después de cenar vas a querer dormir conmigo? – me pregunta
susurrando haciendo que la mire de forma instantánea – me encanta cuando me
miras así, cagado vivo.
-Cagado? – digo haciéndome el chulo – es que esto es muy
fuerte… - hablo en voz baja – o sea que después de cenar les dices a tus padres:
venga, nos vemos mañana que me voy al hotel de éste – me mira riéndose –
-Has alargado la reserva? – pregunta dándome la cerveza y
asiento – hasta cuando?
-Hasta cuando tú me digas… - respondo mirándola de forma
intensa, haciendo que alce ambas cejas y esboce una ligera sonrisa – me ha
quedado bien la frase eh? – digo desviando la mirada y escuchando cómo se ríe –
-Hablas en serio? – la miro y me está mirando, ahora sí, de
forma tierna –
-Muy en serio… - sonrío – de hecho… - bebo un trago de cerveza
– le he dicho a la chica: alárgalo una semana o así… - empieza a reírse de
nuevo – y me dice: pero no tienes fecha? – me río – y le digo: no, yo sigo
órdenes…
-No has dicho eso! – exclama riéndose –
-Te lo juro… - aprieto un poco su cintura – tú eres la jefa…
- alzo mi mano izquierda – tú decides… - se ríe – es como si estuviera nominado…
- sigo la broma refiriéndome al programa de televisión mientras sigue riéndose
–
-Cuando te sueltas eres muy gracioso… - dice de forma
cariñosa, haciendo que me gire y abrazándome con su otra mano, haciendo que me
quede de frente a ella – y te asustas en seguida… - dice viendo mi cara de
circunstancias mirando hacia la mesa, donde Vero nos acaba de mirar de reojo –
si te doy un beso, te desmayas? – dice en voz baja –
-Joder Malú… - aparto la mirada notando como me ruborizo –
-Que no gordo… - dice de forma cariñosa – que no te asustes
tanto… - dice mirándome –
Sonrío y, a pesar de tener muchas ganas de darle un beso, me
las aguanto y le doy un beso en la frente, acariciando su pelo de forma
cariñosa y soltando su cintura para coger de nuevo las pinzas. La miro y me
está sonriendo. Sonríe mucho.
-Tu pie bien? – digo refiriéndome al percance en la playa –
-Si – responde agarrándome de nuevo por la cintura – no para
dar saltos, pero bien… - sonrío mirándola -
No nos apartamos la mirada. Es como si nos estuviéramos hablando. Esas punzadas en el estómago aparecen de nuevo. Ese escalofrío. Esa sensación de que algo está pasando y no sé explicarlo.
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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