Antes de salir de la habitación, mientras está en el baño,
cojo un papel. Dudo un instante, pero lo apunto. Me guardo el papel, no me
atrevo a dárselo. Por qué no me atrevo? Tengo que hacerlo, me da miedo no
volver a verla. Me da miedo, qué significa esto? Nunca me había sentido así, me
parece una sensación muy rara. Guardo el papel en el bolsillo de mi chaqueta
justo al escuchar como la puerta del baño se abre.
-Mis pintas son importantes… - dice sin mirarme – espero que
no haya mucha gente por la calle…
-No te preocupes por eso… - digo sonriendo mirándola –
súbete la capucha y estás irreconocible.
-Muy gracioso… - dice haciéndome burla – de verdad, es que
me van a caer los pantalones… - dice apretando bien el cordón en su cintura y
haciendo un nudo fuerte –
-Eso sería interesante… - digo con tono sugerente, haciendo
que sonría levemente – vamos?
Me mira extrañada. Creo que no se esperaba que la
acompañase. Sonrío y me acerco a ella despacio.
-No pensarás que voy a dejar que la Eminem española vaya por
la calle sola – digo de forma graciosa refiriéndome a su ropa ancha –
-Eres imbécil! – exclama dándome un manotazo en el brazo –
es mejor que me cambie…
-No no… - la detengo – el vestido está mojado, tu chaqueta
todavía también… - digo dándole la bolsa con su ropa – y, sinceramente, si
sales con ese vestido a la calle, de día… - alzo las cejas – entonces si que se
van a girar para mirarte…
-Por favor… - pone los ojos en blancos con una leve sonrisa
y se da la vuelta hacia la puerta –
La sigo medio riéndome y agarro la tarjeta de la habitación.
Cierro la puerta y cambio el cartel para que pasen a limpiar la habitación. Van
a tener trabajo, porque entre que las sábanas están empapadas y la que hemos
liado, igual hasta me cobran un plus de limpieza. Le oigo reírse mientras
camina hacia el ascensor.
-Qué pasa? – digo dándole al botón –
-La cara que pusiste ayer cuando abrí la puerta para poner
el cartel… - se ríe abiertamente –
-Pensaba que te ibas, te lo digo en serio… - digo poniéndome
una mano en el pecho en señal de sinceridad – no está bien reírse del susto de
la gente… - digo haciéndome el ofendido –
-Pero no me fui… - entra al ascensor y la sigo –
-Y menos mal que no te fuiste… - digo en tono sugerente
dándole al botón del parking –
Se me queda mirando unos segundos e, instantes después,
agacha la cabeza sonriendo.
-Salimos por el parking si te parece… - me mira asintiendo y
agradeciéndomelo –
La verdad es que tiene unas pintas de rapera de los 90 muy
graciosas. La camiseta de manga corta ancha debajo, con mi sudadera encima con
cremallera y capucha que le queda enorme y unos pantalones de chándal, grises
también, que, además de largos, también le quedan enormes. Todo eso con sus
zapatos de ayer, aunque eso es lo de menos, porque no se le ven. Parece que
viene de una rave. Me río sin querer y le oigo resoplar.
-Deja de reírte de mí vale? – dice mientras el ascensor baja
–
-Es que estás muy graciosa… - digo sin poder reprimir una
carcajada –
-Mira, de verdad… - espeta indignada y se sube la capucha al
sonar el timbre del ascensor, hemos llegado –
-Ahora si que eres una auténtica rapera… - digo mirándola –
-Camina si no quieres que te mate – dice en tono distendido,
cruzándose de brazos y saliendo del ascensor antes que yo –
Me pongo a su altura al salir del parking y paso un brazo
por sus hombros, pegándola un poco a mí, como intentando darle algo de
tranquilidad, porque creo que está nerviosa por si alguien la reconoce. Se
agarra a veces los pantalones para subirlos un poco porque arrastran por el
suelo. Efectivamente, lo que yo pensaba. Nadie repara en ella y tampoco hay
mucha gente. Noto como se destensa pero no la suelto. Noto como pasa una mano
por mi espalda y seguimos caminando, llegando al callejón donde está su casa.
No hablamos, no decimos nada. Al ver la verja verde, noto como mi corazón se
acelera un poco. De nuevo pienso que igual no vuelvo a verla y no quiero eso.
No es una chica que yo quiera que sea de una noche, ni mucho menos. No lo es.
No sé lo que es, pero eso seguro que no.
Al llegar a la puerta de su casa, me aparto un poco de ella,
dejándole espacio. Veo como se queda parada, sin moverse, como sin saber qué
hacer.
-Bueno… - digo sin saber bien cómo seguir – no te ha
reconocido nadie… - digo con tono de broma –
-Ya… - sigue con la capucha puesta y no me mira –
-Malú… - digo con algo de temor y llevo mi mano a mi
bolsillo – toma… - alargo el papel y lo agarra temerosa, esta vez mirándome –
es mi teléfono… - digo nervioso – imagino que no sueles dar el tuyo pero… -
carraspeo intentando aclarar mi voz – no quiero que me lo des eh? – me apresuro
a decir - pero me… - balbuceo – me gustaría que lo tuvieras por si…
-Piensas que no vamos a volver a vernos? – pregunta
mirándome con gesto tierno –
La miro y aparto la mirada y me alzo de hombros. Estoy
nervioso. Muy nervioso. No sé qué estoy haciendo, pero pensar que no voy a
verla más, que esto ha sido solo una noche, me provoca algo de angustia.
-Anda pasa… - dice abriendo la verja y dejándome paralizado
en la puerta – pasa, en serio…
-Malú… - digo algo agobiado – que pase? – pregunto incrédulo
–
-Tendré que devolverte tu ropa no? – veo como se guarda el
papel en el bolsillo de la chaqueta –
-Pero… - agarro su brazo – estarán tus padres… y… Vero… -
digo algo asustado –
-Y? – pregunta de lo más normal –
-Pues… - digo todavía sin entrar por la verja – Malú, no
pasas la noche en casa y apareces en casa de tus padres conmigo? – se ríe
negando con la cabeza – es como decirles: hola, qué tal? Me he tirado a tu
hija… - digo en voz baja –
-Jajajajajaja! – estalla en una carcajada bastante sonora –
tú no decías que había que dejarse llevar?
Nos miramos y frunzo el ceño. Me responde con una sonrisa y
me hace un gesto para que pase. Me lo pienso. Me lo pienso varios segundos, pero
mis pies se mueven sin que les de permiso. Pasan dentro del jardín. Lucho se
acerca a nosotros de forma tranquila y vuelve a su caseta. Subo las escaleras
del porche y escucho a su madre. Qué nervioso me estoy poniendo.
-Hija madre mía – escucho a su madre a la que todavía no veo
– menos mal que avisaste a Vero sino hubiera avisado a la policía…
Veo a su madre por fin, con un delantal puesto. Mira a su
hija de arriba abajo y luego me mira a mí. Noto como su mirada se dirige de
nuevo a su hija. Está de perfil, veo como Malú sonríe tímida. Debo ser un
tomate ahora mismo.
-Hola Pepi… - acierto a decir –
-Hola hijo… - me mira frunciendo el ceño levemente y luego
destensando el gesto al mirar de nuevo a su hija – de qué vas vestida? – dice
de forma graciosa –
-Es la nueva moda mamá… - dice riéndose –
Camina hacia dentro de la casa y la sigo de forma cautelosa.
Noto la mirada de su madre analizarme por completo. Entonces escucho la voz de
la pequeña repitiendo mi nombre. Veo como viene corriendo y me agacho levemente
hasta agarrarla en brazos.
-Hola enana… - digo dándole un beso en la mejilla –
-Te quedas a comer? – pregunta ilusionada –
-Claro que se queda… - dice Malú mirándome – verdad mamá?
Su madre me mira y mira a su hija alternativamente. Aprieto
los labios un poco cortado, no soy capaz de aguantarle la mirada.
-Claro – responde con tono amable –
-Hombre! – escucho la voz de Vero – la desaparecida en
combate… - noto como se me queda mirando un poco sorprendida y luego mira a
Malú, con esa ropa, y noto como reprime una carcajada – por si el día podía ir
peor… - señala de arriba abajo a Malú –
-Idiota… - susurra –
-Hola Hugo… - me saluda y le hago un gesto sonriente –
-A qué te refieres con lo de que el día podía ir peor? –
pregunta Malú sentándose en el sofá –
-No lo has visto no? – frunzo el ceño al ver como saca el
móvil y veo como Malú se pone algo seria – estaba claro que iba a salir esto…
Me planto detrás del sofá, casi sin querer, y veo el vídeo
que Vero le enseña a Malú. Es el vídeo de cuando sacamos a Carlota del agua. Apoyo
mis manos en la parte trasera del sofá y resoplo.
-Tú te crees? – dice Vero indignada – gente grabando esto… -
niega con la cabeza – menos mal que le han pixelado la cara – dice señalando a
Carlota – sino estaba ya poniendo una denuncia…
Malú no dice nada, solo mira el móvil y noto como sus manos
se tensan un poco. Noto que Vero se lo ha tomado de forma normal.
-Eres trending topic nena… - dice quitándole el móvil – te
ponen por las nubes… - dice medio riéndose –
Malú sigue sentada en el sofá, sin moverse. Yo sigo a su
espalda. No sé qué cara está poniendo, pero vuelvo a observar sus manos,
apretadas.
-Malú salva a una niña de morir ahogada… - dice Vero
haciendo un gesto de titular – tienes a las maluleras al borde de la muerte… -
se ríe – ni siquiera saben que es tu ahijada… - niega con la cabeza – y éste… -
me señala – que si donde vive ese socorrista… que si yo también quiero ahogarme…
- ríe de nuevo –
Me sorprende la reacción de Vero. Es su hija la que sale en
ese vídeo pero me impresiona que le da a todo una normalidad muy sana. Sabe que
su mejor amiga es una tía tan conocida, que es normal que salgan cosas de vez
en cuando.
-Era lo que querías no?
La voz de Malú resuena en todo el salón. Una voz seca,
seria, dura. No la entiendo muy bien hasta que se levanta y me mira. Su mirada
es tremenda. Me impresiona.
-Te ha faltado tiempo… - señala el móvil –
La miro extrañado, sorprendido. De verdad piensa que tengo
algo que ver.
-Espera… - le hago un gesto con la mano – piensas que tengo
algo que ver en esto? – señalo el móvil de Vero, que sigue en la mesa. Veo como
Vero nos mira con cara de circunstancias –
-No me lo puedo creer… - me mira y niega con la cabeza seria
– y tienes la poca vergüenza de difundir esto… - alza un poco su voz y noto
como su madre sale de la cocina y se mantiene en la puerta, mirándonos – con
Carlota de por medio… - la miro con los ojos como platos –
-Pero… - digo mirando a Vero que suspira y se levanta de la
silla –
-Malú… - le dice con tono cansado –
-Ni Malú ni hostias – dice alzando más la voz – eres un
sinvergüenza…
-Qué? – pregunto sin poder creérmelo – de verdad piensas que
yo…?
No me deja terminar, viene rápidamente y se pone a mi
altura. La miro y me mira con una mirada diría que de odio.
-Fuera de mi casa… - dice seria –
-Pero Malú… - muevo mis manos – cómo voy a hacer yo eso? –
señalo de nuevo al móvil mientras hablo nervioso – si salgo yo joder! – exclamo
– lo he grabado yo? – digo irónico –
-Lo tenías todo planeado… - dice segura y me mira negando
levemente con cara de decepción –
-Planeado? – pregunto sin poder creérmelo todavía – claro! –
exclamo irónico – yo tengo una bola de cristal y sé cuando una niña va a
ahogarse en una playa y tengo un colega que tiene el móvil preparado para
grabarlo porque sé que tú estás allí! – exclamo con toda la ironía y toda la rabia
que puedo –
-Eres un hijo de puta… - dice de nuevo voz dura –
-Malú… - vuelvo a escuchar la voz de Vero que me hace
mirarla un segundo. Noto como se agobia por momentos –
-No me insultes… - digo indignándome bastante –
-Que no te insulte? – pregunta extremadamente enfadada –
todo esto era un paripé para conseguir lo que has conseguido… - dice,
seguramente, refiriéndome al hecho de habernos acostado –
-Malú joder, pero que coño estás diciendo? – exclamo
nervioso – había gente grabando, yo lo vi! – exclamo – pero no tengo nada que
ver joder!
-Malú… - Vero vuelve a intervenir – yo también vi como había
gente con los móviles grabando… - resopla y cierra los ojos negando y bajando
la cabeza – ha podido ser cualquiera, pero Hugo…
-Fuera de mi casa… - vuelve a repetirme – lárgate de aquí… -
me empuja levemente hacia la puerta del salón – cuánto te han pagado? – me hace
mirarla completamente sorprendido por saber que está pensando eso de mi –
cuánto te habrán pagado por las fotos que nos sacarían anoche eh?
-Pero qué mierda me estás diciendo? – alzo la voz –
-Mami… - escucho la voz de Carlota, que se abraza a la
pierna de su madre y me mira –
-Fuera… - vuelve a empujarme – no vuelvas a acercarte a esta
casa… - camino de espaldas, mirándola, intentando que me mire, pero no lo hace
– si vuelvo a verte cerca o vuelvo a verte acercarte a ellas – señala a Vero y
Carlota – te juro que no vas a tener dinero suficiente para buscarte un
abogado…
Mis pies están al borde de la escalera del porche.
-Malú… - escucho la voz de su madre, como con tono de
reproche –
Mi mirada se cruza de nuevo con la de ella. Es de rabia, de
absoluta rabia hacia mí. Está convencida que he hecho esto. Está convencida que
soy un aprovechado. Está convencida de todas esas cosas que no soy.
-Te estás equivocando… - digo bajando las escaleras de
espaldas, sin dejar de mirarla – nunca haría algo así… ni a ti ni a nadie…
-Cállate! – grita y señala de nuevo la puerta – vete de mi
casa ahora mismo! – grita con más fuerza –
La miro ya desde cerca de la verja. Sigue plantada arriba,
en las escaleras. Sin moverse y sin apartarme la mirada. Niego con la cabeza y
aprieto mi mandíbula. Bajo la cabeza y abro la verja. Ya desde ella me giro y
la miro, sigue mirándome allí plantada.
-Eres la persona más injusta que he conocido en mi vida… -
digo con tono de enfado, de rabia… de todo lo que estoy sintiendo ahora mismo –
te has equivocado por completo…
Justo tras esta frase, paso por la puerta y cierro la verja con fuerza. No me detengo, camino hacia la salida de ese callejón que, ahora mismo, no pienso pisar más en mi vida. Le ha faltado tiempo para desconfiar de mi, para insultarme, para no dejar que me explique… para echarme de la casa a la que, pocos minutos antes, me ha invitado a entrar. Es la persona más injusta que he conocido, sin duda. Y la más imbécil. Y la más… Cuando me doy cuenta, estoy caminando por la playa, a toda prisa. No quiero entrar a mi habitación, no quiero volver allí, no sé donde quiero ir… tengo demasiada rabia acumulada ahora mismo.
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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