domingo, 10 de febrero de 2019

CAPÍTULO 11: LA ENTREVISTA

Le observo sin hablar, sin que se note que le estoy mirando. Soy experta en hacer eso. Soy una observadora estupenda. En la arena, sentado, con su camiseta puesta. Se la ha puesto. Si fuera un chulo, podría estar aquí con el torso al descubierto, pero se la ha puesto.

-Y qué hace aquí un chico tan guapo solo? – pregunta mi madre, recibiendo una mirada sorprendida por mi parte –

-Eh… - mira a mi madre y aparta la mirada, bajando la vista a la arena – bueno… - carraspea – cosas que pasan… - dice algo nervioso –

-Pero eres de por aquí? – pregunta de nuevo mi madre, haciéndome revolverme en la toalla –

-Eh… bueno… - vuelve a mirar a mi madre y al suelo alternativamente – vivo en Madrid… - Noto como Vero me mira, pero paso de mirarla – mis… - traga saliva – mi madre es de Málaga y mi padre era de Almería…

Era. Me quedo con ese dato. Mi padre “era”. Falleció supongo. No se si mi madre o Vero han caído en el comentario, pero yo si. De vacaciones. Otro dato con el que me he quedado. Vive en Madrid y está de vacaciones? Ahora? No, no cuadra.

-O sea que tienes sangre andaluza! – exclama mi madre – y habías estado alguna vez por aquí?

-No – niega sonriendo – la verdad es que no…

Le miro durante un segundo y vuelvo a bajar la mirada. La verdad es que parece un chico muy tímido. Tiene que estar agobiado por las preguntas de mi madre, que sé que no van a parar.

-Y qué te parece? – pregunta interesada –

-Muy bonito… - dice mirando a la orilla – bueno, en realidad… - sonríe – he visto poco… apenas he estado todo el tiempo en la playa… - vuelve a sonreír y vuelvo a apartar la mirada. Ni siquiera me mira. Normal –

-Oye pues si estás solo, necesitarás a alguien que te enseñe esto – dice mi madre decidida –

Veo su cara casi de pánico. Se parece un poco a la mía. Demasiado lejos para darle un codazo a mi madre. Demasiado lejos para darle un codazo a Vero, que asiente tras beber de su cerveza.

-No si… - intenta escapar – si ya tenía pensado visitar varios sitios y eso… - dice restándole importancia –

-Es que Pepi, a lo mejor ha quedado con alguien o conoce a alguien de aquí… - dice Vero con clara intención de saber algo y agacho la cabeza para que no se vean las ganas que tengo de matarla –

-No… - responde tímidamente – la verdad es que no…

-Pues ya está! – exclama Pepi – mira, pa empezar, te vas a venir a cenar esta noche a casa

Su cara de pánico vuelve a parecerse a la mía. Ríe casi sin querer y, ahora si, miro a mi madre que me hace un gesto en plan “qué pasa?” y miro a Vero que sonríe y me alza una ceja. Pongo los ojos en blanco.

-No no… - alza las manos – que va, pero muchas gracias…

-Claro que si hijo! – exclama Pepi – es lo mínimo después de lo que hiciste ayer… - va a hablar pero mi madre le corta – que encima también nos recogiste todo esto y lo dejaste ahí – señala el chiringuito – un chico tan buena gente solo en Algeciras pudiendo cenar en casa? – niega con la cabeza de manera dramática – ni hablar.

-No… - ríe nervioso – en serio, que no es necesario… - le observo, está comenzando a sudar, parece que lo está pasando mal –

-Mamá… - acierto a decir, con tono de intentar que deje de agobiarle –

-Hijo, tú conoces a Pepe de Lucía? – pregunta de repente haciéndome poner cara de no entender nada –

-Cómo? – pregunta sorprendido y con una leve sonrisa – joder… - ríe negando con la cabeza –

-Tú lo quieres conocer? – pregunta mi madre, dejándome muerta – ayer cuando le contamos lo que había pasado, lo primero que dijo fue que te invitásemos a cenar… - nos mira alternativamente a las 3 durante un segundo – es una buena oferta no?

-Vas a cenar con nosotros?

La voz de Carlota aparece a su derecha. Es hija de Vero, no hay duda. Qué mirada de pena. Hugo la mira con la boca entreabierta, como queriendo poner una excusa, pero es imposible. Le entiendo por un momento. Es imposible.

-Emm… - mira a Vero y a mí fugazmente, pero vuelvo a bajar la mirada con una leve sonrisa que no sé por qué tengo – vale… - dice con tono de resignación –

-Guay! – exclama abrazándose a él y sale corriendo a la orilla a seguir con su castillo de arena –

-De mayor que estudie algo para convencer a la gente… - dice mirando a Vero – tipo abogada o algo así… - se me escapa una leve risa, pero la reprimo y vuelvo a quedarme seria. Sigo sin fiarme – le irá bien…

-Jajaja – ríe Vero – oye, voy a bañarme con la niña… - alzo la mirada y veo que mira a mi madre, no puede ser – te vienes Pepi?

-Si! – exclama levantándose como un resorte y desapareciendo de debajo de la sombrilla – echadle una miradita a las cosas – dice mirándome y mirando a Hugo, que asiente un tanto contrariado.

Las voy a matar. Qué tipo de broma es esta? Me dejan aquí con él? El silencio se hace dueño de la situación. Diría que hasta inunda toda la playa. Estoy incómoda. Muy incómoda.

-Qué tal tu pie? – pregunta de repente –

Le miro sorprendida. Sabe lo de mi pie. Querrá enterarse de cómo estoy. Es un paparazzi o algo así, seguro.

-A qué te dedicas? – pregunto con cierto tono borde –

Me mira con gesto contrariado, como no entendiendo nada, pero le mantengo la mirada, de forma desafiante.

-Soy… - veo como tiene un ligero tartamudeo – soy ingeniero de imagen y sonido… - levanto una de mis cejas, no me creo absolutamente nada –

-Ya… - respondo seca – claro… - digo irónica – deja de fingir, porque sé lo que quieres…

Su mirada se clava en la mía. Frunce el ceño y mira fugazmente hacia la orilla, donde están Vero y mi madre con la niña.

-No… - le noto nervioso – no sé a qué te refieres…

-Venga ya… - digo irónica de nuevo – vienes aquí, te sientas con unas cervezas… y me preguntas por el pie? – digo algo indignada – qué quieres, una entrevista? Unas fotos? – mi tono comienza a ser molesto –

-Para para… - hace un gesto con las manos – no estoy entendiendo nada de lo que dices…

-Lo entiendes perfectamente – digo segura – vienes aquí, casualmente – digo remarcando la palabra – sabiendo que yo estoy aquí… y comienzas a hacer preguntas…

Me mira serio, callado, sin hablar. Suspira con media sonrisa, como de forma irónica, lo que me enerva todavía más.

-Piensas que soy un periodista o algo así? – pregunta como incrédulo –

-O algo así no – digo segura – lo eres verdad? Porque si lo eres, ya te puedes ir yendo – digo con todo mi tono borde -  

-En fin… - veo como se levanta de la arena de repente, cosa que me sorprende – ayer también era un periodista que quería sacarte una foto mientras se ahogaba una niña no? – me mira intensamente, como molesto… comienzo a pensar que he metido la pata – solo me he acercado a vosotras porque la niña me ha visto… - dice cogiendo su botellín de cerveza – el del chiringuito me había dicho que estabais aquí pero no me he acercado… - sonríe de medio lado – precisamente por no molestar… y porque me parecía raro hacerlo… - niega con la cabeza – no soy periodista, ni fotógrafo ni nada de eso… - dice mirándome, haciéndome sentir mal – puedes estar tranquila, por mí nadie sabrá nada de lo de ayer… - da dos pasos a un lado – yo no soy así… - se da la vuelta – por cierto – se gira de nuevo mirándome – espero que tu pie esté bien.

Sin decir nada más, se va caminando hacia la salida de la playa. Por un momento pienso en levantarme y disculparme, pero no lo hago. Al momento, veo venir a Vero y a mi madre con la niña, sorprendidas.

-Dónde va? – señala Vero mirándome –

-Tenía prisa… - digo mintiendo –

-No me lo puedo creer… - dice indignada dándome la espalda – eres increíble Malú… - niega con la cabeza como si supiera lo que ha pasado – increíble…

Veo como sale corriendo por la arena tras él mientras mi madre me mira con gesto de desaprobación y Carlota me mira sin entender nada. Decido no hablar, me pongo las gafas de sol y me tumbo boca abajo. Alcanzo a ver cómo Vero llega a la altura de Hugo y, por lo que veo, mantienen una breve conversación.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

-Hugo espera!  - escucho a mi espalda la voz de Vero, la madre la niña… resoplo y paro de caminar – oye… - llega a mi altura y toca mi brazo izquierdo – te vas?

-Eh… - miro hacia la arena y veo a la niña, que nos mira en la distancia – si… - me rasco la cabeza sin saber bien qué decir – es que tengo prisa…

-Prisa… - dice irónica y vuelve a agarrarme del brazo al ver que iba a comenzar a andar de nuevo – ha sido borde contigo verdad? – sonrío sin querer, negando con la cabeza –

-No te preocupes… - digo mirándola – no quiero molestar a nadie, de verdad – digo sincero – sentarme ahí con vosotras ha sido una sobrada por mi parte… - digo restándole importancia – me alegro de que Carlota esté bien, de verdad… - toco su brazo derecho con cariño –

-Hugo… - vuelve a cogerme del brazo – no te vayas así… - dice con algo de insistencia – Malú es desconfiada… no está pasando un buen momento… y sé que puede llegar a ser muy borde pero…

-Vero – la corto – no te preocupes… - toco de nuevo su brazo derecho de forma cariñosa al ver el apuro que está pasando – ya te he dicho que no quiero incomodar a nadie…

-Pero lo que hiciste ayer… - voy a hablar pero me corta – me siento en deuda contigo y…

-No tienes una deuda con nadie – la corto de forma segura – ni nadie tiene que ser amable conmigo por eso… - niego con la cabeza – ni invitarme a su casa si no quiere… - va a hablar pero lo impido – tienes una cría muy bonita… - digo de forma dulce mientras frunce el ceño – dile que he tenido que irme… - resopla – es muy lista… - sonríe sin querer – lo de ayer… - resoplo y bajo la cabeza – te aseguro que fue importante para mí poder ayudaros… - digo sabiendo lo que digo, pero dejándola descuadrada – me alegro de que todo saliera bien, de verdad… - veo como niega con la cabeza – pero esto está de más… - señalo hacia las sombrillas – es meterme donde no me llaman – intenta hablar pero la corto – no, de verdad… - resopla – dale un beso a Carlota vale?

Me mira no muy convencida, pero supongo que sabe que voy a irme, así que asiente. Vuelvo a tocar su brazo derecho en señal de agradecimiento y comienzo a andar, esta vez por la acera, con paso lento, consciente de que Vero sigue mirándome. No es que haya sido borde… es que ha sido una auténtica imbécil conmigo. Espero no tener que volver a cruzármela, la verdad.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Veo como se marcha mientras Vero se queda plantada durante unos segundos. Me siento tan mal en este momento… pero no soy capaz de admitir que, muy probablemente, me he equivocado con ese chico. Mi gesto de cansancio se acentúa cuando veo venir a Vero muy seria, con paso firme y rápido, hasta llegar a nosotras.

-Carlota cariño, ve a jugar un rato a la orilla… - dice seria –

-Por qué se ha ido Hugo? – pregunta inocente, haciéndome sentir fatal –

-Tenía prisa cariño… - dice sin mirarme – haz un castillo de esos grandes vale?

Me incorporo un poco, viendo como la niña asiente no muy convencida y va hacia la orilla con su cubo y su pala.

-De verdad te lo digo Malú… - comienza a hablar y decido apartar la vista – que hagas sentir mal a una persona hasta el punto de que se vaya de aquí…

-Ay Vero, de verdad… - digo desganada – ni que fuera el rey… - digo irónica –

-No – dice agachándose para mirarme de frente – solo es el tío que ayer le salvó la vida a tu ahijada… - resoplo y bajo la cabeza – a mi hija – remarca alzando un poco más la voz – y tú, con tus neuras, con tus desconfianzas hacia todo lo que se mueve… - gesticula con las manos – haces que se largue de aquí como si hubiera hecho algo malo…

-Ahora resulta que es normal que un desconocido se ponga a tomarse una cerveza aquí, como si nada – digo intentando aguantar mi argumento –

-Lo que no es normal es que pienses que eres el ombligo del mundo – la miro con gesto serio, ofendida – todo el mundo quiere perjudicarte… - dice poniendo voz de mofa – todo el mundo se acerca por interés…

-Basta Vero… - le digo cansada –

-No, basta no – se arrodilla delante de mí – ese chico ayer nos ayudó sin conocernos de nada… - miro al suelo – sin ni siquiera saber quien eras… - sonríe un tanto irónica – que, por otra parte, ni que fueras la persona más famosa del universo… - dice molesta – y tú, a cambio de lo que hizo ayer, poco más que le echas de aquí… - voy a hablar pero me corta – te crees que no sé lo que le habrás dicho? – niega con la cabeza – si incluso te ha justificado de lo mal que se sentía… - la miro con sentimiento de culpabilidad – mira a tu ahijada – la señala – no hubiéramos podido sacarla ayer y lo sabes – resoplo apartando la mirada – mírala y pregúntate qué mierda estás haciendo con tu vida para tratar así a alguien que nos ayudó de esa manera…

El silencio vuelve a apoderarse de la escena. Noto la mirada de mi madre clavada en mi rostro, pero no me atrevo a mirarla.

-Eres imposible Malú…

Es lo único que sale de su boca. Mi madre, que tantas palabras tiene siempre, solo tiene que decirme eso. La he cagado mucho, mucho más de lo que pensaba. 

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaáaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar