miércoles, 6 de marzo de 2019

CAPÍTULO 94: LA CONVERSACIÓN DEFINITIVA

Tras dos días en los que hemos decidido posponer el inicio de los ensayos, ha llegado el día. Nos vamos encontrando conforme vamos llegando. No vamos juntos. Cuando le veo entrar, siento que el corazón se me acelera un poco. Va abrazando a todos, uno por uno, hasta que llega a mí, me sonríe y se me abraza de forma cariñosa. Sonrío sin querer, abrazándome a él. Algunos estamos emocionados. Cuando Hugo se separa de mí, noto que él también está algo emocionado.

-Nada de llorar eh? – digo actuando de Jefa suprema – vamos a empezar?

Todos asienten, incluido Hugo, aunque, antes de que comiencen a montar todo lo necesario, en un momento dado, se acerca a mí y me toca el brazo.

-Podemos hablar un segundo?

Le miro como interrogante y asiento. Nos apartamos de todos y vamos a un lugar un poco menos… concurrido. Se sienta en el suelo y hace que me siente a su lado, apoyados en la pared, sin entender mucho qué es lo que quiere.

-A ver… - dice algo nervioso – como vamos a trabajar juntos, ahora ya en serio… quería… - le miro atenta – quería que dejásemos claro todo…

Trago saliva, no me lo esperaba. Dejar claro el qué? Lo que tenemos supongo. O, mejor dicho, lo que tuvimos. Yo también tengo la sensación que, después de lo que ha pasado, necesitamos aclarar muchas cosas. Por un momento pienso en dejarme llevar, olvidarme de pensar que no soy suficiente, y decirle que ojalá nunca hubiera escrito esa carta… pero me contengo, quiero escucharle hablar primero.

-Me sigues pareciendo una mujer maravillosa… - dice sin mirarme – esa opinión no va a cambiar nunca Malú… - sonríe – incluso ahora lo pienso más después de haber ido a buscarme el otro día, con todo lleno de coches ardiendo… - niega con la cabeza mientras le miro – estás muy loca y eres muy valiente… - sonrío avergonzada, apartando la mirada – sé que podemos tener una relación muy buena… - trago saliva – sé que, a pesar de lo que pasó… - respiro hondo – podemos ser amigos…

Siento como si me clavaran puñales en el pecho. Amigos. Yo también quiero serlo pero, por un momento, había pensado que… sacudo mi cabeza durante un segundo. Tiene razón. Lo que teníamos ya no lo tenemos y ya no lo volveremos a tener. Fue ese momento, ese lugar, y ese tiempo exacto… y ya no se puede retomar.

-Yo… - digo algo temerosa – a mí me encantaría que pudiéramos tener una buena relación Hugo… - sonrío – me sigues pareciendo un tío genial… - sonríe mirándome – y el otro día… si no es por ti…

-Dejemos lo del otro día – me corta – vamos a trabajar juntos… - dice con voz segura – podemos hacerlo tratándonos bien verdad? – dice mirándome y asiento – genial… - sonríe ampliamente – me va a encantar ver como vuelves a llenar ese palacio y lo revientas…

Se me pone un nudo en la garganta al pensarlo y al escuchar esa frase. Le veo sonreír con una sonrisa como de alivio. Yo no sé si siento alivio, si siento pena, si siento arrepentimiento… no sé lo que siento, solo sé que me apetece abrazarle y lo hago.

Sentados los dos, en el suelo, nos abrazamos. Como aquella noche. La última noche. La noche en la que decidí que lo mejor era desaparecer de su vida. Me equivoqué. Y hay equivocaciones que pueden solucionarse… pero ésta… ésta no. 

1 comentario:

  1. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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