jueves, 21 de marzo de 2019

CAPÍTULO 141: EL PRECONCIERTO

-Proponed alguna de cuando terminábamos los ensayos… - digo levantándome del sofá, cogiendo algo de confianza –

-Esa de Mónica – suelta Katia haciéndome levantar las dos cejas – qué? Lo hacías muy bien – comienza a reírse –

-No voy a cantar una de Mónica Naranjo aquí – levanto mis manos hacia Malú que me mira sonriente –

-Yo esto lo grabo y se lo mando… - escucho a Malú y la veo sacar el móvil –

-No, ni de coña… - pongo mi palma de la mano delante del móvil –

-Es que además… molaba mucho la letra… - dice Julián riéndose – y lo hacías genial – se ríe –

Pongo los ojos en blanco ante la insistencia de todos. Cojo una silla, levantándome definitivamente del sofá y me siento con la silla al revés, con las piernas abiertas, al lado de Rubén. Katia coge su saxo y Jessica su trompeta. La vamos a liar, verás. Va a venir alguien a llamarnos la atención. Cuando miro para atrás, hay gente entrado a la sala, entre ellos, Cato y Víctor que se hacen gestos con el resto. Niego con la cabeza y le vuelvo a pedir a Malú que no grabe, pero está muerta de risa sentada en el sofá, al lado de Sol, que me sigue mirando algo avergonzada.

-Eres capaz de mandárselo – digo mirando a Malú, que me graba ya en serio –

-Hombre pues claro… - le miro asustado – le va a encantar

-Que no! – exclamo –

-Que te calles! – exclama riéndose – venga va, que yo quiero ver esto

La observo. Recuerdo las palabras del principio, de Rubén. La jefa nunca se queda a estas reuniones preconcierto. La primera vez que lo hizo fue en el primer concierto y se lo pasó bomba. De hecho, Rubén estaba convencido que el concierto había ido bien por eso. Y ahora parece que tiene la intención de hacer lo mismo. Coge un dulce de la mesa sin dejar de grabarme y vuelve a sentarse el sofá mientras se lo come. La miro y niego con la cabeza.

-La jefa comiendo antes de un concierto? – pregunta Paco sorprendido – en 21 años – me mira – nunca! – exclama –

-Que tengo hambre joder! – exclama de forma graciosa – eso que íbais a hacer pa cuando? – pregunta mirándome –

-Mónica – digo mirando a su móvil – si alguna vez ves esto, te aseguro que no es culpa mía – me pongo una mano en el pecho mientras Malú ríe de fondo – la madre que me parió…

Susurro cuando escucho el piano de Rubén. Carraspeo aclarándome la voz y me meto en el papel, como si estuviéramos en aquella sala de los primeros ensayos donde todo era mucho más distendido. Cuando Malú escucha el piano creo que reconoce la canción y me mira sorprendida. Decido adquirir una actitud más segura y comienzo a cantar, imitando los dejes de Mónica en la primera parte de la canción, cosa que causa risas y también asombro a partes iguales.



-Mira esa cansada humanidad, hundida – miro a Malú que me mira boquiabierta mientras me graba - Quiere cambiar de vida en el sofá – la señalo y empiezan a reírse - y olvida penas que se alejan imaginando – escucho a Katia reírse con Yaiza al fondo - Seres de fortuna y gran corazón – me toco el pecho dándole más énfasis… me he soltado, son como mi familia y he vuelto… y me hace estar feliz - Héroes adorados tan ciegamente – escucho algún “wow” al escuchar que canto en un tono bastante alto, evidentemente, no como la original - Condenados a vivir – aguanto la última nota -

Hago gestos con la mano arriba, marcando el ritmo y me levanto de la silla, dispuesto a saltar en esta parte.

-Amor y lujo – el equipo canta conmigo mientras bailamos - Cuerpos de gloria… Grandes historias… Queremos más, queremos más – saltamos todos juntos, hago gestos para que sigan saltando - Esas estrellas – señalo al techo - lucen tan bellas… Aman la música – señalo hacia Malú, que sigue grabándome pero muerta de risa – Y son como tú…

-No, no, no soy perfecta, ya lo sé, no hay duda – cojo la silla y subo una pierna sobre el asiento, simulando ser sexy y arrancando las risas de los demás al escucharme que vuelvo a imitar el deje de la original en esta parte, miro a Malú y la señalo - Pero soy la perfecta para ti – simulo que me toco una pierna y se descojona tumbándose en el sofá, acompañada por Sol, que también parece que está a punto de mearse encima - La tuya – abro mis brazos, dándole énfasis a esta parte - Somos esos ídolos que inventamos… - hago un gesto de locura – locos, ellos son como tú y yo – vuelvo a señalarla, ha vuelto a sentarse para poder grabar bien - Héroes adorados tan ciegamente – vuelvo a subir el tono y empiezan a gritar - Condenados a vivir – aguanto de nuevo la última nota –

-Amor y lujo – volvemos a cantar todos juntos y no puedo evitar subirme a la silla para saltar -  cuerpos de gloria, grandes historias… Queremos más, queremos más – estoy eufórico, no sé si por haber vuelto o por estar con Malú, o por todo a la vez - Esas estrellas lucen tan bellas – la miro y le señalo - Aman la música… Y son como tú

-Son como tú – me hacen los coros por detrás -

-Asómbrate, son como tú… - me siento en la silla dispuesto a recitar la parte siguiente - Soy la desesperada – escucho a Malú decir “no puede ser” muerta de risa - La sombra del amor fugaz – digo poniéndole mucho énfasis, levantándome de la silla otra vez - La que tuvo y lo perdió todo – parezco un actor en una obra de teatro - La que no se arrepiente de nada – digo remarcando la última frase -

-Amor y lujo – volvemos a saltar y me vuelvo a subir a la silla, pasándome al sofá de un salto, al lado de Malú, que se aparta dando un gritito y viendo como, al otro lado del sofá, se sube a saltar Katia - Cuerpos de gloria – hago un gesto tocando mi cuerpo como si fuera el tío más sexy del mundo - Grandes historias, queremos más, queremos más – salto y hago que Malú se ponga de pie, sin dejar de grabarme y sin dejar de reírse - Esas estrellas lucen tan bellas – le señalo con gesto de amor - Aman la música, y son como tú

-Son como tú – vuelven a hacerme los coros -

-Asómbrate… son como tú – señalo a Malú y a la cámara –

Una vez terminado, me bajo del sofá y hago un gesto de “se acabó”. La vergüenza viene a mí hasta que se me acercan y empiezan a saltar a mi lado gritando el típico “eh eh eh eh”. Parece que hemos ganado la champions. La champions del ridículo como ese vídeo llegue a manos de la amiga de Malú. La madre que me parió, no sé como he podido soltarme tanto, pero es que esta canción cuando nos quedábamos en los ensayos era de acabar muertos de risa por el suelo todos.

-No me puedo creer lo que acaba de pasar… - dice Malú sentándose en el sofá, muerta de risa – este vídeo es oro… - dice mirándome – sabes que te puedo extorsionar para siempre con esto no?

-Me voy a callar… - digo mirándola con cara pícara y sonríe mirándome –

Si se pudiera adivinar, solo con una mirada, que dos personas están juntas, esa mirada sería la delatadora. Sol ya lo sabe, evidentemente, y se ríe sin mirarnos, tapándose la cara. Pero el resto todavía no lo sabe, o lo intuye pero no lo sabe cierto. Veo como Jose mira a su hermana, muerta de risa repasando el vídeo con Sol y luego me mira a mí y sonríe levemente. Bien, el cuñado ya no va a volver a darme una patada en los huevos, o eso creo.

-No, pero vamos a cantar otra – dice Rubén sentándose al piano – de Alejandro – mira a Malú – y se la mandas también para que vea que nos acordamos de él antes de los conciertos

-Espérate – se incorpora en el sofá – vas a cantar una de Alejandro? – me mira –

-Yo? – pregunto irónico – quién ha dicho eso?

-Va tío – me ruega Rubén – Cuando nadie me ve, que quedaba genial…

-30 minutos chicos – dice Cato a mi espalda –

Miro a Malú y no parece querer moverse del sofá. Me mira de una manera muy inquietante. La miro como preguntándole qué pasa pero no me contesta. Sol me hace un gesto que no consigo descifrar.

-Conseguirá Malú no llorar con esta canción? – dice Julián de forma irónica –

-Cállate! – exclama y me mira –

-Es de sus canciones favoritas – dice Jose, mirándome a mí y después a su hermana –

La miro y baja la cabeza negando. Así que una de sus canciones favoritas también es la mía. Es el empujón que me faltaba para sentarme en la silla, de nuevo con la silla al revés y con las piernas abiertas, al lado de Rubén.

-Estamos seguros que los coros los tengo que seguir haciendo yo y no él? – pregunta Julián de forma divertida y le hago un gesto con el dedo de forma negativa –


Rubén comienza a tocar el piano y oigo a Malú resoplar mientras le pide a Sol que grabe. Se apoya con sus codos en las rodillas, mirándome fijamente. Tanto, que me hace tragar saliva. Me siento muy observado, pero no lo suficiente como para cortarme y no cantarla. Esta canción me encanta y, ahora que sé que a ella también, me parece una bonita forma de volver a estar juntos en esta sala.

-A veces me elevo, doy mil volteretas – veo como baja la cabeza sonriendo, como avergonzada - A veces me encierro tras puertas abiertas – intento entonar lo mejor que puedo, no es una canción fácil y mi voz no es que sea muy prodigiosa - A veces te cuento por qué este silencio, y es que a veces soy tuyo y a veces del viento – me mira todavía con sus codos apoyados en las rodillas y sus manos sujetando su cabeza, mirándome fijamente - A veces de un hilo y a veces de un ciento – cierro los ojos - Y hay veces, mi vida, te juro que pienso… ¿Por qué es tan difícil sentir como siento? – la miro y está medio sonriendo - Sentir, ¡cómo siento! Que sea difícil…

Se revuelve en el sofá y se sienta en el borde, mira a Sol de manera fugaz y ella le sonríe, mientras Sol no para de enfocarme con el móvil de Malú.

-A veces te miro y a veces te dejas – canto mirándola y sonríe algo avergonzada - Me prestas tus alas, revisas tus huellas – sonrío - A veces por todo, aunque nunca me falles – veo como va marcando con sus labios la letra y estoy tentado de decirle que cante conmigo, pero no me atrevo a parar de cantar ahora - A veces soy tuyo y a veces de nadie – baja la cabeza un segundo y vuelve a mirarme - A veces te juro de veras que siento no darte la vida entera, darte solo esos momentos – mi mente se va a Algeciras por un segundo… a aquellas primeras veces, y no puedo evitar sonreír de forma melancólica - ¿Por qué es tan difícil? Vivir sólo es eso, vivir sólo es eso – cojo aire, me está faltando por la forma en la que me está mirando - ¿por qué es tan difícil?

Marco con la mano el ritmo de la canción y el golpe de percusión que hace Jose con la caja. No me lo esperaba. Va a acompañar la canción él también. Noto como nos mira de forma alternativa y, casi sin darme cuenta, observo como todos nos están mirando. La vergüenza vuelve a mí, no pero no lo suficiente como para pararlo.

-Cuando nadie me ve puedo ser o no ser – veo como vuelve a marcar la letra con sus labios y le hago un gesto para que cante conmigo pero niega con la cabeza sin dejar de mirarme - Cuando nadie me ve pongo el mundo al revés – cierro los ojos - Cuando nadie me ve no me limita la piel – abro los ojos y descubro que me está mirando incluso con algo de emoción en sus ojos - Cuando nadie me ve puedo ser o no ser… Cuando nadie me ve – nos miramos fijamente - A veces me elevo, doy mil volteretas – sonríe tímidamente - A veces me encierro tras puertas abiertas – sonrío mirándola - A veces te cuento por qué este silencio… Y es que a veces soy tuyo y a veces del viento…

Miro alrededor otra vez sin querer y descubro que Julián se ha unido con la guitarra. No me había dado cuenta hasta ahora. El resto, nos mira. Nos mira a los dos. Incluso Sol, con el móvil de Malú fijo en sus manos, enfocándome, me mira y sonríe.

-Te escribo desde los centros de mi propia existencia – me toco el pecho - Donde nacen las ansias, la infinita esencia – la miro por la frase siguiente - Hay cosas muy tuyas que yo no comprendo – sonríe y baja la cabeza - Y hay cosas tan mías, pero es que yo no las veo – me alzo levemente de hombros - Supongo que pienso que yo no las tengo – nos miramos de fijamente - No entiendo mi vida, se encienden los versos… que a oscuras te puedo, lo siento no acierto – arquea su cabeza hacia un lado, como mirándome con mucha ternura… o algo más… - No enciendas las luces que tengo desnudos… - hago una pausa y sonríe - El alma y el cuerpo…

No he podido evitar acordarme de la tarde en la que volvió a esa habitación y supo todo lo que sentía por ella. Me sentí desnudo por completo. Vuelvo a marcar el golpe seco que hace Jose en la caja y sigo cantando, aunque con un nudo en la garganta que no sé muy bien cuándo ha aparecido.

-Cuando nadie me ve puedo ser o no ser – canto casi en voz baja - Cuando nadie me ve me parezco a tu piel – la señalo levemente, casi sin querer - Cuando nadie me ve yo pienso en ella también – alzo mi tono de voz, sabiendo que esa frase va directamente mandada hacia ella - Cuando nadie me ve puedo ser o no ser… - mi tono de voz ya es todo lo alto a lo que alcanzo  Cuando nadie me ve puedo ser o no ser… cuando nadie me ve no me limita la piel… - la miro y tiene los labios apretados, como intentando que la emoción no le supere porque sabe perfectamente que se la estoy cantando a ella - Cuando nadie me ve… - sonríe tiernamente -  puedo ser o no ser, cuando nadie me ve no me limita la piel… - meto un pequeño falsete y sonríe ampliamente, haciéndome sonreír - Puedo ser, puedo ser o no ser… - vuelve a apoyar su cabeza en sus manos, mirándome con cara totalmente embobada, haciendo que me ruborice un poco - Cuando nadie me ve…

La canción va terminando pero las miradas siguen. Entre ella y yo y entre los demás y nosotros. Todos se han dado cuenta. Estoy seguro de ello.

-A veces me elevo, doy mil volteretas… Te encierro en mis ojos tras puertas abiertas – sonreímos - A veces te cuento por qué este silencio… - canto ya en un tono bajo, casi susurrado - Y es que a veces soy tuyo y a veces del viento… - hago una pequeña pausa, mirándola - A veces del viento… - escucho el piano de Rubén, el cajón de Jose y la guitarra de Julián - Y a veces del tiempo – canto esta última frase con algo más de énfasis –

La canción termina con varios golpes de cajón. Sonrío avergonzado al escuchar de nuevo como todos se acercan a mí, algunos me dicen que se alegran de que haya vuelto, otros no dicen nada. Jose solo me choca la mano, es suficiente… y Rubén… Rubén me revuelve el pelo de forma cariñosa.

-Yo sigo diciendo que los coros los tiene que hacer este – dice Julián quitándose la guitarra que llevaba colgada –

Todos se ríen. Todos menos Malú, que sigue mirándome, sentado en la silla, sin apenas poder moverme. Sol le devuelve el móvil y veo como se levanta. Se levanta pero no va hacia la puerta, sino que viene hacia mí. Trago saliva por temor a lo que pueda hacer. Mis temores se confirman cuando arquea su espalda, coge mi cara con las dos manos y me planta un beso en los labios que hace enmudecer la sala. Sin decir nada, sale acompañada de Cato y Sol, que me miran fugazmente con una leve sonrisa. Acaba de hacer eso y me acaba de dejar allí, desprotegido, bajo la atenta mirada de todos? Acaba de confirmar lo que creo que muchos sospechaban y, sin más, desaparece? Voy a matarla. Quiero meterme bajo tierra.

-Y hace boom y digo, ya está aquí la guerra!

El comentario viene por parte de Rubén, haciendo que, hasta yo, estalle en una carcajada. Ingenioso, sin duda. Nunca le agradeceré lo suficiente que haya destensado la situación de esta manera. Carraspeo disimulando y me levanto de la silla. Estoy dispuesto a salir de la sala, sin más. No soy capaz ni de mirar a Jose, que tiene que estar, bajo mi punto de vista, queriendo darme una patada en los huevos. O no, por lo que he estado viendo antes. Pero no pienso mirarles, ni a él ni a nadie. Sol ha salido detrás de ella, dedicándome una sonrisa cómplice. Salgo de la sala sin decir nada, dispuesto a buscarla, aunque tenga que hacer su ritual, me da igual.

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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