martes, 5 de marzo de 2019

CAPÍTULO 89: UNO DE ELLOS

Me quedo casi parado, caminando como torpemente entre los coches mientras no dejo de mirar el fuego. Escucho las sirenas. Ya vienen. Ya vendría yo. Cuando todo hubiera ocurrido.

-Hugo

De nuevo su voz me hace conectarme con la realidad. Se agarra con las dos manos a mi cuello y me abraza durante unos segundos. Me agarro a ella casi por inercia.

-Estás bien? – pregunta deshaciendo el abrazo y agarrándome la cara con las dos manos. Asiento casi sin mirarla – no vas a hacer nada más, me oyes? – dice casi llorando – te has quemado? – dice mirando mi espalda mientras niego con la cabeza y miro a los demás, que se acercan a mí. Han debido ver que mi chaqueta se quemaba –

-Vamos lejos… - digo, ahora si, notando el cansancio –

Comenzamos a caminar rápido, sin dejar de mirar atrás. Han llegado. Ni siquiera me había dado cuenta. No sé el tiempo que ha pasado. Están con las mangueras. Les oigo darse órdenes y distingo a algunos de ellos. Mis antiguos compañeros. A mi lado, los nuevos. Me paro en seco al ver que Santi, uno de los más veteranos, del que mi padre fue casi su mentor y él pasó a ser el mío, está apagando los coches que se han quedado al final de la zona donde los hemos separado. Malú no me suelta la mano y tira de mi, cojeando, pero me suelto de ella.

-Hugo joder! – exclama poniéndose a mi altura y agarrándome del brazo –

-Malú, vete – digo sin mirarla, sin poder dejar de mirar a Santi – tengo que hacer una cosa – digo mirándola – ve con Jose – digo mirándole a él, que agarra a su hermana y me mira como diciéndome que no haga nada más –

No voy a hacer nada más. Solo necesito caminar hasta Santi y verle. Cuando llego a su altura, casi todos los coches están prácticamente apagados. Le escucho dar órdenes. Sonrío sin querer.

-Santi – digo su nombre casi a su espalda, hasta donde me ha dejado llegar la policía, que también ha hecho acto de presencia y organiza todo junto con ellos –

Santi se gira. No tiene manguera, pero sé que si la tuviera, se le habría caído de las manos al verme.

-Hugo… - se acerca a mí de forma rápida y los policías se hacen a un lado dejándome pasar –

Me abraza. Me abraza casi como me abrazaba mi padre. No puedo evitar emocionarme, notar un nudo en la garganta tan grande que me impide hasta tragar saliva.

-Qué haces aquí? Estás bien? – pregunta agarrándome de los hombros –

-Si… - digo mirándole – Ha sido casualidad – respondo sonriendo algo emocionado – la furgoneta donde iba estará por allí – señalo lejos en dirección camión –

-Estabas cerca? – pregunta mirándome frunciendo el ceño y asiento – nos han dicho que un chico había sacado un niño de un coche… y había empezado a ordenar que saliera todo el mundo de los vehículos - resoplo – tú… - dice convencido y bajo la cabeza –

-Había más gente ayudando… - digo sin mirarle –

-Ya… - responde mirándome – pero has sido tú… - bajo la cabeza - Estás solo? - me agarra cariñosamente de la cabeza –

-No… - miro hacia atrás y les veo alejados, mirando hacia donde estoy – mis compañeros… - me mira sonriendo levemente – mis nuevos compañeros… - aclaro mirándole –

-Lo has conseguido al final eh? – dice cariñosamente, refiriéndose a recuperar mi verdadera profesión, supongo que se ha enterado – ve con ellos – señala con la cabeza – nosotros vamos a seguir… - asiento – te llamaré – vuelvo a asentir y comienzo a dar pasos de espaldas hasta que me doy la vuelta – Hugo – me giro al escuchar que dice mi nombre – eras buen bombero – le miro algo emocionado – sabes por qué? – se acerca algo a mí – porque eres buena persona… como tu padre… - respiro entrecortado y noto como las lágrimas se me acaban de agolpar en los ojos – está orgulloso… estoy seguro… - llega a mi altura y vuelve a darme un abrazo, esta vez más fugaz, pero que me permite aferrarme a su espalda como si lo hiciera con mi padre –

Deshace el abrazo y me mira algo emocionado durante unos segundos hasta que se da la vuelta y comienza a dar órdenes de nuevo. Le miro y camino de nuevo, de espaldas, lentamente, mirándoles. Veo como se afanan en no dejar rastro del fuego en esos coches. Luego miro hacia el camión, todavía ardiendo, aunque con menor fiereza. Les veo enfocando con las mangueras hacia el fuego mientras camino de espaldas, entre los coches, como arrastrando los pies.

Me giro, caminando, y les veo. La veo esperándome, a lo lejos. Les miro. Mis nuevos compañeros. A mi espalda, los anteriores. Camino despacio y me giro, mirándoles de nuevo y caminando de espaldas. Es simbólico. He elegido. Siempre tendré ese impulso, pero ya no es mi trabajo. Siempre sentiré el impulso que he sentido hoy, pero ya no será por trabajo, sino porque sí, simplemente. De nuevo pienso en lo simbólico que significa ese espacio que estoy caminando. Mi nuevo trabajo, el que nunca debió dejar de ser. A mi espalda, el que fue porque sentía que tenía que ser como él. Le he visto. Le he escuchado. Fruto de la adrenalina, me lo he imaginado seguro… pero era muy real.

Llego a su altura y escucho como todos dicen mi nombre o me agarran, hasta que noto que ella me coge la mano. Mis ojos están a punto de reventar. La miro y trago saliva. De nuevo, como aquel día en su casa, cuando me conocía de unas horas, sabe que necesito un abrazo. Me lo da sin decir nada y el llanto aparece en mí, como un torrente imparable. Lloro en su hombro, arqueado hacia adelante, abrazado a su cintura.

-Tranquilo… - susurra – tenías que verle verdad? – pregunta emocionada y asiento – era compañero tuyo? – asiento sin parar de llorar – ya está Hugo… - dice acariciándome la espalda – vamos… cálmate…

Deshago el abrazo todavía llorando y reprimo el llanto en cuestión de segundos. Vuelvo a mirar un segundo hacia el fuego, casi extinguido. Simbólico. Para mí lo es. El paso que tanto me costó dar, lo di. Y sé que no me equivoqué, aunque hoy me haya sentido de nuevo uno de ellos.

1 comentario:

  1. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar