CAPÍTULO 106: RAYADA

-Pues fue espectacular mamá… - dice mi hermana, llevándose un trozo de carne a la boca – Malú estuvo… - resopla –

-Y tú? – pregunta mi madre cambiando de tema, evitando hablar de ella – todo bien?

-Si mamá… - asiento fingiendo una sonrisa – me gusta mucho el trabajo…

-Como te veo tan serio… - dice dejándolo caer, me conoce demasiado –

-Estoy muy cansado… - digo fingiendo risa – ayer terminamos tarde arreglándolo todo…

Mi madre me mira de reojo y sigue comiendo, sin decir nada más. Mi hermana no se entera de nada, solo repite una y otra vez lo simpática que fue Malú y le enseña a mi madre las fotos sin parar. A mi madre sigue sin gustarle. Se le nota.

Más todavía viéndome hoy. Estoy cansado, si, pero estoy serio. Serio porque esta mañana le he mandado un whatsapp y no he obtenido respuesta. He decidido no insistir, pero sé que lo ha leído. “Hola jefa, todo bien?” Eso ha sido lo que le he escrito. Comedido, como para iniciar una conversación… pero nada, no ha dado pie.

Vuelvo a casa mirando mi móvil en cada semáforo. Como esperando que me conteste. Pero nada. No va a escribirme. Lo de ayer fue un error. Eso es lo que debe pensar ella y eso es lo que pienso yo ahora.

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Miro mi móvil y dudo. No debo contestarle. Lo de ayer no estuvo bien. No debí haberme dejado llevar así. Todo estaba bien hasta ayer. Ayer la cagué. La cagué yo y la cagó él… pero yo puse más de mi parte. De repente, me apetecía tanto volver a tocarle… tuvo que ser el alcohol. Tuvo que ser eso, pero ahora no hay vuelta atrás. Ahora no puedo solucionar esto.

-Bueno bueno… - Sol aparece en el salón, haciéndome desconectar de lo que estaba pensando – te ponen por las nubes… - dice mirando su móvil – que menudo show, que el mejor montaje de toda tu carrera… - se sienta a mi lado – podrías ponerte a gritar, a pegar saltos… - dice mirándome raro y resoplo – uh… - susurra mirándome – qué pasa?

-Sol… - necesito contárselo a alguien – ayer la lié… - resoplo de nuevo – mucho…

Narro lo que ocurrió omitiendo detalles, evidentemente. La cara de Sol es un poema conforme le voy contando. Comienza a reírse, quizá porque no sabe cómo me siento. No lo va a saber hasta que no se lo cuente. Al verme seria, se queda sorprendida.

-Qué problema hay Malú? – me pregunta inocente – habéis retomado lo que no teníais que haber dejado… - dice sin más –

-Sol por favor… - me levanto del sofá negando con la cabeza – esto es un error detrás de otro… - me apoyo en el sofá – lo nuestro se terminó allí, Sol… - me mira sorprendida – yo no puedo estar con nadie ahora mismo… - niego con la cabeza segura de lo que digo – y ahora no sé qué decirle, ni qué hacer… - Sol resopla – me ha escrito y no soy capaz de contestarle… - digo agobiada –

-Pero… - se levanta del sofá – tú querías que eso pasara?

La miro intensamente. Claro que quería. Estaba deseando que volviera a ocurrir. Pero ha vuelto el miedo, ha vuelto la inseguridad y ha vuelto la idea de que yo, ahora mismo, no puedo tener una relación, y menos con Hugo. Demasiado bueno para mí, le he hecho demasiado daño.

-Claro que quería… - confieso – había bebido pero no tanto… - Sol suspira – voy a hacerle daño otra vez Sol… - digo de nuevo agobiada – no paro de cagarla…