No sé cómo he decidido esto, pero ha sido como una
revelación. Justo antes de salir de su casa, he pensado en lo cruel, frío y
distante que estaba siendo. Justo lo que critico de ella. No, yo no soy así.
Además, me ha dado hasta pena ver cómo contaba que, al no encontrar a nadie,
las fechas que tenían pensadas, tendrían que volver a echarse atrás. Sé lo
mucho que le importa volver. Sé que nadie lo va a entender, pero bueno, esa es
la decisión que he tomado.
Mi llamada ha sido recibida con los brazos abiertos, me han
dado plazos y me han propuesto varias reuniones en las que no sé si estará ella
o no, pero poco importa. Esto es un pedazo de proyecto y, siendo egoísta por
una vez en mi vida, no puedo rechazar algo así. Siempre he querido esto.
-Pero Hugo… - mi hermana se rasca la cabeza nerviosa – estás
seguro de lo que estás haciendo?
-No – respondo automáticamente – o sí… - digo dudoso – no se
Ro… - suspiro – sabes lo importante que es el proyecto? Y lo mucho que me
apetece volver a trabajar de lo mío? – niego con la cabeza – qué tengo que
hacer? Negarme a hacerlo por haber tenido algo con… - no digo su nombre, solo
me callo –
-No eres capaz ni de decir su nombre… - dice mi hermana
poniéndose seria – me vas a contar qué es lo que pasó?
La miro y resoplo. Nacho no está en casa, estamos los dos
solos. Mi hermana vive a las afueras de Madrid, en una población más tranquila.
Casualmente, en la misma que ella, aunque en la otra punta. Muchas veces he
pensado en mudarme por aquí, pero ya me compré un piso. Tendría que venderlo y
comprarme otro. Niego con la cabeza al pensarlo, venirme a vivir a la misma
población que ella… sonrío sin querer, de forma irónica, mientras mi hermana me
sigue mirando, esperando una explicación.
-Joder Hugo, que no voy a contar nada… - dice de forma seria
– ni a Nacho… - resoplo – creo que necesitas desahogarte…
La miro de nuevo y suspiro. Tiene razón, necesito
desahogarme. Cuando narro todo lo que ocurrió y por qué se acabó, mi hermana va
haciendo gestos, cambiándolos conforme avanza la historia, hasta que llega el
momento en el que todo se acabó y se queda seria.
-O sea que me estás diciendo que fue culpa mía? – dice en
tono triste –
-Ro joder, no has escuchado nada de lo que te he contado? –
digo enfadado levantándome del sofá – cómo va a ser tu culpa joder?
-Y, de verdad no te ha llamado en este tiempo ni has
intentando contactar tú con ella? – niego con la cabeza –
-La primera vez que la he vuelto a ver fue en esa reunión…
ni ella sabía que yo era el del proyecto ni yo sabía que era para ella… -
suspiro – me llamó para disculparse… y… - suspiro de nuevo – para pedirme que
aceptara…
-Y ya está? – dice extrañada – y ninguna explicación?
-Alguna me dio… - digo desganado – en fin, que no tenemos
nada ni vamos a tenerlo nunca más… pero… - suspiro – Ro… - bajo la cabeza – no
encuentran a nadie, no va a cumplir los plazos… y… - resoplo – y le prometí que
nunca haría nada que le perjudicase… - mi hermana me mira de manera tierna – si
decía que no, la jodía demasiado…
-Sientes cosas… - dice segura mirándome, haciéndome quedarme
sorprendido –
-Qué dices? – intento disimular dándome la vuelta –
-Hugo… - suspiro – sabes que la adoro… - escucho como se
levanta y va hacia mí – aunque no la conozca – sonrío levemente – pero tú eres
mi hermano… - me giro y la miro, me mira seria – si te vas a hacer daño, no te
aconsejo que lo hagas…
Me quedo pensativo. Me voy a hacer daño? O quizá afianzo mi idea de que ya no podemos estar juntos. No lo sé, pero, cuando fui a su casa, sentía una mezcla de ganas de abrazarla al verla por fin, y de ganas de tratarla fatal. No sé donde acabará esto, pero he tomado una decisión… y cuando tomo una decisión, no suelo recular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario