viernes, 15 de marzo de 2019

CAPÍTULO 125: IMÁGENES


“Vero, necesito que me pases todas las fotos que tengas en las que salgamos Malú y yo”

“Qué? – pregunta sorprendida – ni de coña, qué vas a hacer?”

“Confía en mí joder…” – respondo con una idea fija en la cabeza -

“Hugo, que tengo algunas en casa de Pepe y todo… - alzo mis cejas y pongo un emoticono de sorpresa – claro, os las sacaba sin que os dierais cuenta”

“Pues pásamelas…”

“Dime qué vas a hacer con ellas. Sabes que te mato si esto sale publicado”

“Vero… - suspiro antes de escribirle – voy a intentar volver al principio”

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Conduzco cansada, pero con ganas de llegar. Todavía me queda bastante y ya se ha hecho de noche. He intentado durante el viaje, pensar lo menos posible, pero no se puede. He dado el paso de escribirle, y no he recibido contestación por su parte. Con lo que me ha costado… y no me ha respondido. Lo ha leído, lo sé, pero no me ha contestado. De repente, vuelvo a ponerme a llorar, intentando contenerme para poder ver bien la carretera.

Recuerdo el último abrazo. Estaba tan roto como yo. Cuando le vi marcharse, tuve ganas de ir tras él, de decirle exactamente lo que sentía, pero tenía la sensación de haberle dicho ya todo. Y él también me lo dijo todo. Sobre todo con ese “no puede ser”. No puede ser. Ese es el final, pero no me puedo creer que esto acabe así. Me niego a creerlo, por eso ese mensaje. Porque sé que gran parte de culpa de esto, es mía y yo debería de arreglarlo… pero no sé cómo hacerlo.

Huyo, no paro de huir. Esa noche quise huir después de sus palabras tan duras. Quise huir cuando le escuché cantar. Quise huir cuando le canté yo. Quise huir cuando vi como se iba y Vero vino a consolarme. Y ahora vuelvo a huir al lugar donde pienso mejor.

Mis ganas de llorar no han mermado con los días. Hace 2 días de aquello y creo que jamás he llorado tanto. Tengo la culpa, lo sé. Lo he hecho todo mal y a destiempo. Y ahora ya es imposible volver al principio. Me partió el corazón ese abrazo. Era el abrazo del adiós, del no quiero irme pero tengo que hacerlo… del te quiero pero es imposible… le quiero. Si pienso eso, se me pone un nudo en el estómago. No puede estar pasándome esto. Encontrarme con alguien así, después de todo lo que ha pasado en los últimos meses… y huir como una gilipollas. Por la inseguridad, por el miedo… y, aún así, me lo perdonó… y, aún así, había tan buen rollo. Y, aún así, nos ayudamos el día del accidente. Y, aún así, el día del primer concierto volvió a pasar. Su beso antes de esconderse me dio a entender que la había cagado. Había vuelto a liarla. No tuve que hacer algo así, me dejé llevar demasiado y le hice daño. Mucho.

Cuando le vi con esa chica en aquel desayuno, me quise morir. Les escuche esa noche. Me da una náusea si lo pienso. Seguramente eran ellos. Lo hizo por despecho, para joderme… y lo consiguió. Porque, como bien me dijo, zanjé algo que no tenía que haber zanjado por el miedo que me da tener una relación. No puedo tenerla. Sale mal siempre, mi vida es tan difícil y tengo tanto detrás… pero a él le daba exactamente igual y yo no supe verlo.

Veo el cartel. Afortunadamente ya he llegado. Estoy que me caigo del sueño. Apenas he parado durante el viaje. Llevaba mucho tiempo sin conducir sola, pero lo necesitaba. Necesito entrar a casa de mi padre y dormir. Y que mañana vuelva a ser aquella mañana en la que le conocí. Ojalá, pero es imposible.

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar