CAPÍTULO 113: INJUSTA

El concierto se desarrolla con varios fallos por mi parte, subsanados y apenas perceptibles para el público, pero no estoy todo lo concentrado que debo. Cato no se despega de mi lado, me susurra “tranquilo” de vez en cuando, cuando ve que Malú me mira con ganas de matarme.

-Hugo, no se notan los fallos – dice Cato mirándome – los está notando ella simplemente…

Eso es lo que me preocupa. No debería notarlos, pero no puedo estar concentrado. Mi hermana me manda whatsapps que leo entre canción y canción. Los niños están bien, Laura con alguna contusión, pero mi hermano está en quirófano. Parece que tiene una fractura en la pierna y algo más, que no sé lo que es. No puedo contestarle, no me da tiempo al tener que estar atento a todo. Hablo con Cato y le cuento y me hace gestos para que me tranquilice.

Cuando el concierto finaliza, cojo el móvil rápidamente. Estoy a muchos kilómetros de Madrid, en Albacete. Escribo a mi hermana que estoy de camino, que ahora la llamo.

-Vete tío… - dice Cato agarrándome del hombro –

-No, tengo que ayudaros a recoger… - digo negando con la cabeza –

-Hugo… - me agarra por los dos hombros – vete con tu familia… - dice dándome una palmada en la mejilla en modo cariñoso – necesitas que te acompañemos alguien en el coche? – niego con la cabeza – todo irá bien tío, seguro…

Asiento agradecido y me apresuro en bajar las escaleras y salir corriendo hacia el coche, pero me encuentro con Malú, justo bajándolas.

-Tú de qué cojones vas? – me empuja hasta bajar las escaleras del todo –

-Malú… - escucho la voz de Cato detrás de ella, pero le hace caso omiso –

-Eres el peor profesional que he conocido en mi vida… - dice mirándome con odio, haciéndome que la mire de la misma manera – qué pasa? Que has estado follando demasiado como para pensar no? – la miro serio, apretando la mandíbula, no se merece ni que me explique – eres un mierda… - trago saliva, no pienso contestarle – un mierda que no sabe separar lo profesional de lo personal… - veo que casi todo el equipo está escuchando la conversación, a gritos por su parte – te juro que…

-Te lo dije una vez… - le corto, no estoy dispuesto a escuchar nada más – y te lo vuelvo a decir… - la miro con la mayor frialdad que puedo - eres la persona más injusta que he conocido en toda mi puta vida… - digo con lágrimas en los ojos –

Me mira con gesto algo sorprendido. La dejo allí, plantada, y salgo corriendo hacia la salida, sin mirar a nadie, sin mirar atrás. Mi sitio ya no es este. Mi sitio está en ese hospital donde no sé qué está pasando con mi hermano.

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-Joder Malú… - oigo a Cato a mi espalda y me giro indignada –

-Pero tú has visto el caso que me hacía? – digo gritando – me estaba puteando!

-Su hermano ha tenido un accidente de coche con los niños! – grita Cato y todo el mundo, a mi alrededor, deja de hablar – le ha avisado su hermana 10 minutos antes de empezar y se ha empeñado en quedarse para no joderte el concierto… - miro a Cato con un gesto de sorpresa increíble y una culpabilidad inmensa aparece – están operando a su hermano y ni siquiera sabe cómo está… - Cato sigue gritándome – y a ti lo único que se te ocurre es decirle que es un mierda… - niega con la cabeza mirándome – increíble Malú… - alza sus manos – increíble…

Cato desaparece de mi vista, dejándome allí plantada, con Sol a mi lado tapándose la boca de la impresión que le acaba de dar la noticia.

He vuelto a hacerlo. He vuelto a juzgarle. He vuelto a desconfiar de él. He vuelto a pensar lo peor que podría pensar de alguien. Una vez más y, en el peor momento. Sol me mira y niega con la cabeza, con gesto de desaprobación, igual que Rubén, mi hermano y el resto de la banda. Todos piensan igual. Todos piensan que mi forma de comportarme con Hugo es la peor forma que he tenido jamás con nadie. Y no se equivocan. Jamás he tratado tan mal a nadie.