El piano de Rubén comienza a sonar. Observo que todo esté
bien. La voz de Malú comienza a sonar.
-Oye, te echo de menos – se sienta al lado de Rubén - no
sabes cuanta gente preguntan inocentes por ti – me mira y pienso que va a darme
alguna seña, pero no, solo me mira - Oye sé que estás escuchando – trago saliva
y aparto la mirada - aún lo sigo intentando me busco en el desastre que fui –
respiro hondo y cierro los ojos durante unos segundos - Cuantas veces me
pregunto cuál hubiera sido el rumbo, cual sería la ciudad – vuelvo a mirarla y
está mirando hacia el público, menos mal, no podría resistir ahora mismo otra
mirada así sin venirme abajo - que me veo hablando sola y aún así quiero
excusarme – ha vuelto a mirarme y he vuelto a apartar la mirada - y me cuesta
más creerme, toda la verdad – la intensidad aumenta, no sé si mirarla o no,
pero, si no la miro, no podré saber si necesita algún ajuste o no - No sé
encajar que ningún tren traiga tú abrazo – su voz suena un poco rota - no sé
esperar en el andén de este desorden – la miro y mira hacia el público - puedo
saber, puedo entender y reencontrarme – la veo negar con la cabeza y con los
ojos cerrado - pero tú boca está en la piel de cualquier nombre – me mira,
justo ahora, justo en este verso - sigo sintiendo el fuerte impulso de llamarte
– da un sutil golpe sobre el piano, con el puño cerrado. Rubén la mira y… y yo…
tengo un nudo en la garganta - sigo temblando – hace su típico “quejío” que
termina de partirme el alma - como quién hace y deshace, el amar y el
desarmarse – se escucha como coje aire, a punto de llorar - el amar y el desarmarse.
No sé cómo tomarme esto pero… creo que se está disculpando
conmigo. A su manera. No puedo evitar mirar hacia Vero, a mi izquierda, que se
seca las lágrimas sutilmente y me mira de reojo. Aparto la mirada enseguida y
aprieto la mandíbula… no sé si puedo seguir aquí, de pie, o necesito sentarme…
Mira hacia el público y suelta un “oh”. Miro yo también y absolutamente todo el
palacio alumbra con las luces de sus móviles la escena. Sonrío emocionado.
-Oye, como te encuentras – vuelve a comenzar a cantar y no
puedo evitar mirarla - yo siéndote sincera, no he podido siquiera mirar las
fotos – espera, acaba de cambiar “quitar” por “mirar”. Me sonríe algo
avergonzada y aparta la mirada hacia el público. Se refiere a las fotos. A esas
fotos que acabaron con todo? - Oye, y es que después de tanto – la miro
atentamente y sigue mirando hacia el público - de ser abrigo y frío, de
habernos aprendido a amar – me mira y, esta vez, no le aparto la mirada - Me has
sabido a tantos sueños, te he besado tantos miedos, hemos visto tanto mar –
sonrío sin querer y, esta vez es ella la que aparta la mirada, cierra los ojos
y baja su cabeza - que me veo hablando sola y ahora sí quiero excusarme y me
cuesta más creerme toda la verdad – la intensidad vuelve a subir y mi piel de
los brazos se eriza - No sé encajar que ningún tren traiga tu abrazo – ya no me
mira, solo canta con los ojos cerrados - no sé esperar en el andén de este
desorden – da otra palmada sobre el piano, esta vez suave, con la mano abierta
- puedo saber, puedo entender y reencontrarme – niega de nuevo con la cabeza -
pero tú boca está en la piel de cualquier nombre – vuelve a mirarme justo ahora
- sigo sintiendo el fuerte impulso de llamarte – nos miramos y aprieto la
mandíbula para aguantar un poco la emoción - sigo temblando… como quién hace y
deshace, el amar y el desarmarse – abre los ojos hacia el público – el amar y
el desarmarse...
Cojo aire fuerte, ha terminado la canción. Sé que esa ha
sido su manera de disculparse del todo conmigo. Me mira con algo de vergüenza y
me hace un gesto como de “súbeme el micro un poco más”. Asiento y lo hago. Ese
gesto de vergüenza ha terminado por confirmarme que esa canción… me la ha
cantado a mí? Joder… lo que me faltaba. Yo que lo tenía tan claro ya. Que tenía
tan claro todo lo referente a ella. Y ha vuelto a desarmarme por completo.
La parte del piano sigue con Ángel Caído y con Devuélveme la
vida, pero yo sigo en bucle con Oye. Nadie va a sacarme de ese bucle hasta que
esta parte del concierto no termine.
Afortunadamente, viene Toda. Tampoco me viene muy bien esto
ahora, porque verla bailar así tampoco es… llevar esto de forma tranquila. Así
que va a ser siempre así? En los ensayos ya intuía que iba a ser intenso pero
no así. No de esta manera.
Los timbales. El micro en el escote. Todo para abrir la
siguiente canción. Puede parar de una vez? Además es que cuando estaba con los
timbales, me estaba mirando. La madre que la parió, yo no sé si me está
intentando decir algo o no, pero esto no me lo hagas jefa, hija mía.
Suena vuelvo a verte y de nuevo miradas por su parte. Sin
señas, sin sube o baja mi micro. No. Solo miraditas. Ya me da por alzar las
cejas porque no sé qué significa esto, si es algo que va a pasar siempre, si es
simplemente complicidad con el técnico de sonido de turno o es conmigo. Porque
vamos a ver… vuelvo a verte y me lanza miraditas? Niego con la cabeza mientras
sigo concentrado.
Otro cambio de ropa, esta vez con un vestido algo más…
provocativo. Saxo y trompeta tienen mucho protagonismo. En esta me tengo que
aplicar bien. Aquí si me hace señas, pero no con gesto enfadado, solo alguna
seña sin más, sin parar de bailar. Le hago caso en todo lo que dice. El resto
de músicos no dice nada, salvo Rubén que alza su pulgar hacia arriba al ver que
les estoy mirando. Pues si que me hemos encajado bien.
La presentación de los músicos es bastante divertida. Hasta
que llega al staff.
-Un aplauso también para sonido, monitores y enchufes
varios, Hugo Romero! – grita muerta de risa al escuchar que la gente grita –
Menos mal que estoy escondido, que no pueden verme. Menos
mal. Ni corto ni perezoso, tras terminar la presentación y agradecimientos al
resto del equipo, le digo por el micro un “te voy a matar”. La veo reírse.
Llega Aprendiz. La he escuchado en los ensayos y he flipado
al verla y escucharla tan de cerca. Me causa mucha impresión verla así,
emocionada, solo con el piano de fondo, con la voz tan de dentro… Al acabar,
los aplausos, los vítores, todo aparece. Y también sus lágrimas. Saldría a
abrazarla si fuera de impulsos, pero soy mucho de pensar las cosas. Bueno, a
veces no, pero, esta vez, tengo que pensármelo bien para no liarla.
Blanco y negro, primera parte cantada por el público. Subo
sonido ambiente. Todo lleno de globos blancos y negros. Impresiona. Me mira
durante unos segundos, algo emocionada y le sonrío y le alzo un pulgar. Asiente
riéndose y sigue mirando al público hasta que canta ella. Queda precioso, la
verdad.
El concierto está llegando a su fin y se avecina su discurso
final antes de la última canción. Va a ser intenso. Rubén toca de fondo y Malú
comienza a hablar. Vero se pone a mi lado y vuelve a tocarme el hombro. La miro
medio sonriente y, sin que se note mucho, le pregunto qué tal y me responde con
un gesto de “ha sido todo muy fuerte”. Pues si. Lo ha sido.
-Madrid… - habla con la respiración algo entrecortada – os
juro que hubo momentos en los que pensé que nunca más vería esto… - se escuchan
gritos y veo como se emociona todavía más – que nunca pisaría más esto… -
señala al escenario – veros hoy aquí, en el arranque de esa gira que vosotros y
yo teníamos pendiente… - resopla al escuchar como la vitorean – no voy a hablar
mucho más porque voy a terminar llorando… - se ríe – hay gente que me ha
ayudado mucho a llegar aquí… - se gira hacia mí, y hacia Vero y Sol – ellos
saben quienes son… - sonríe – mi equipo, mis amigos… mi familia… - se gira
hacia el público – y vosotros… - hace una pausa porque los gritos son
ensordecedores – sin vosotros no hubiera podido… - dice emocionada – gracias
por haber creído siempre en que esto – vuelve a señalar al escenario – era lo
más importante de todo… - trago saliva intentando bajar el nudo de la garganta
– gracias por no dejarme caer… - hace un parón, sí, ha roto a llorar aunque de
forma contenida – gracias por no dejarme sola…
Está llorando así que bajo su micro. Lo bajo por humanidad.
Que no la escuchen.
-Malú, no llores… - le hablo por mi micro – te he bajado el
micro, cuando puedas seguir dímelo y lo subo – digo de forma tranquila –
respira hondo… - me mira y, de repente, se ríe y niega con la cabeza – va, no
llores más… - digo hasta de forma tierna. Asiente y me mira de nuevo y hace un
gesto para que vuelva a subir el volumen –
-Madrid! – grita – nos queda una y lo sabéis… - dice
arrancando los gritos de la gente – esta canción habla de la libertad de que
cada uno sea como quiera ser y esté con quien quiera estar sin que le señalen
ni le juzgue nadie… - gritan todavía más – así es como pienso y así es como
pensaré siempre, que no se os olvide… - sonrío y miro a Vero. El zasca ha
sonado a kilómetros de distancia – Nos volveremos a ver pronto! – grita –
Me hace un gesto como que ha terminado y preparo todo para
el último tema. Como una flor.
Saltamos hasta el staff, hasta yo, que tengo que estar
controlándolo todo. Da igual porque Víctor me agarra, y si Víctor te agarra, no
es fácil soltarse. Nos mira y estamos saltando, se descojona. Menos mal que
Yaiza le hace los coros porque apenas puede cantar de tanto reírse al mirar a
nuestro lado.
Todo termina, las luces se apagan, el sonido se silencia y…
fin. Vítores de la gente que, poco a poco, comienza a marcharse. La escucho
gritar bajando las escaleras y no puedo evitar reírme. Está feliz, lo ha
disfrutado, y parece que todo ha salido perfecto. Dejo todo apagado y bajo al
backstage, cuando la gente se vaya, nos pondremos a recoger. Un gran trabajo
por delante todavía, pero bueno. No soy consciente todavía de donde he estado
ni lo que he hecho. El sitio donde quería estar, pero multiplicado por 10000.
El sitio donde siempre quise estar. Mi sitio.
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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