Me acuesto en la cama sin poder parar de revivir esas
imágenes. No puedo parar de pensar en Hugo corriendo hacia esos coches que
estaban empezando a arder y cómo Jose me agarraba para que no fuera tras él.
Por qué iba tras él? Automáticamente, he sentido la necesidad de ayudar a
alguien y, con Jose y los demás, nos hemos puesto a ayudar a salir de los
coches a la gente. Pero mi mirada no se apartaba de Hugo, cada x segundos. Le
he visto romper esa ventanilla trasera y sacar a ese bebé.
Me doy la vuelta en la cama, intentando borrar esos
pensamientos, pero de nuevo viene a mi mente él, plantado en el capó del coche,
gritándole a la gente que se fuera, y como una bola de fuego de otro coche, ha
hecho que perdiera el equilibrio y cayera al suelo. Ni Jose ni nada ha podido
pararme. He salido corriendo, esperando ver cómo se levantaba. Mi corazón iba a
mil al ver que no aparecía. He esquivado los coches, quemándose, dándome igual,
hasta que lo he visto, tumbado apoyado en sus codos, con cara de entre pánico y
sorpresa. Le hablaba y no me respondía, solo miraba al frente sorprendido.
Recuerdo su cara al verme y como, al parpadear y ver que era
yo, se ha levantado automáticamente y me agarrado de la mano, empezando a
correr. Cuando nos hemos encontrado con tanta gente, ha habido un momento que
mi mano se ha soltado y, al mismo tiempo, he notado un pinchazo en el tobillo.
Todavía no puedo correr tan rápido, solo trotar, falta poco para poder hacerlo,
en 1 mes estaré bien, pero todavía no. No podía levantarme con todas piernas
por en medio, hasta que una mano me ha agarrado y me ha levantado.
Era él. Me ha levantado y el pie todavía me dolía, no podía
correr y le he dicho que se fuera. También era consciente de todo el
combustible que había y que eso era susceptible de explotar. Pero no solo no se
ha ido, sino que me ha agarrado en brazos y ha comenzado a saltar por encima de
los coches. Como si lo único que le importara es que los dos saliéramos de
allí. No él, sino los dos.
El momento de tirarnos al suelo y escuchar la explosión… es
el más sobrecogedor que he sentido en mi vida. Me he agarrado a él con mucho
miedo, más que en toda mi vida. Cuando nos hemos levantado y he mirado hacia
atrás, no podía tragar, ni respirar, durante unos segundos.
Me pongo boca arriba, respirando hondo, cruzando mis manos
por detrás de mi cabeza. Cuando ha empezado a dar órdenes para apartar coches,
me ha parecido tan seguro de lo que hacía… tan resolutivo… tan decidido… que
tenía que ayudar. Tenía que hacerle caso, a pesar que me dolía el pie. Ahora
mismo ya no me duele. Seguramente he dado un mal paso, pero el dolor se ha ido
mitigando hasta desaparecer. Suspiro cuando le he visto correr de nuevo hacia
los coches que ardían. Un perro. Casi se quema vivo por sacar un perro de un
coche. Sinceramente, creo que no he conocido a nadie tan bueno como él.
Me pongo boca abajo, agarrándome a la almohada. Hoy ha dado un paso adelante. Ha dejado atrás todo y se ha unido a nosotros. Como dice él, algo simbólico. Lo que me ha contado de que le ha parecido ver a su padre… me hace emocionarme y tener ganas de llorar ahora mismo. No las reprimo. Me pongo a llorar al pensar en ese abrazo. En los abrazos de hoy. Necesitaba abrazarle desde hace mucho. Qué error cometí yéndome aquel día. Y qué claro tengo que eso ya no tiene solución. No me merecería tener tanta suerte. La desaproveché en su día… y no va a volver.
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminar