Ha pasado una semana. No se ha puesto en contacto conmigo.
Las fotos publicadas, la prensa hablando sin parar de mí, poniéndome verde
porque, según ellos, voy con unos y con otros sin control. Como si tuviera que
darle explicaciones a alguien. Fotógrafos de nuevo en la puerta de mi casa. De
nuevo llamándome de todo en las redes sociales. De nuevo gastando bromas sobre
si Hugo será de una ideología o de otra. De nuevo recluída en casa.
Mi madre no ha aprobado lo que he hecho. De hecho, no para
de lanzarme pullitas. No necesito eso, pero creo que, aunque es la decisión más
jodida que he podido tomar, es la correcta. No podía arrastrarle a esto.
Imagínate que se viera perseguido, como yo. No, era demasiado pronto. Fue
bonito. Fue precioso. Fue lo más bonito que podía pasarme. Pero no podía ser.
Es así.
Si pienso en él, me pongo a llorar. Una de esas veces, Sol
está en casa. Está enterada de todo y tampoco ha entendido mi decisión. Al
verme llorar, se sienta a mi lado y me ofrece agua. No dice nada, solo deja que
me desahogue.
-Por qué tiene que ser todo así Sol? – pregunto llorando –
por qué este machaque? – digo señalando el móvil que apenas puedo coger –
-No estás llorando por eso… - dice mirándome y cruzando su
mirada conmigo –
Le aparto la mirada y vuelvo a beber agua. Me conoce. Sabe
que estoy llorando por él. Por el daño que le he tenido que hacer. Mi padre me
llamó el mismo día y me dijo que reflexionara. Que Hugo había ido a buscarme
desesperado a casa y le había jurado por su padre que él no había hecho nada.
Por su padre. Igual que a mí.
Bloqueado en el whatsapp, en las llamadas. No puede ponerse
en contacto conmigo. Podría hacerlo por las redes sociales, pero no lo hace. Y,
si lo ha hecho, es imposible que haya podido verlo de tanto mensaje que estoy
recibiendo. Apoyo de mi gente e insultos del resto. De pronto, siento la
necesidad de ver sus redes. De buscarle.
-No cojas el móvil Malú… - dice Sol cogiéndome la mano – el
programa de la tarde está calentito…
-Déjame Sol… - le aparto la mano y busco su nombre en
Facebook –
Solo una publicación desde hace una semana. Una foto. Una
foto de la playa. Sin comentario, sin texto. Nada más. La publicó ayer. Se me
pone un nudo en el estómago. Significa mucho para mí esa foto. Está esperando.
Significa eso?
-Joder… - susurra Sol y me hace mirarla – mierda… - dice
mirando el móvil –
-Qué pasa? – pregunto extrañada –
-Han hablado con él… - coge el mando de la tele y la
enciende – Malú, esto hay que pararlo…
Hay que pararlo. Después de todo lo que llevo aguantando
desde hace meses… hay que pararlo. Cómo? Cómo lo paro? Esas fotos lo dijeron
todo. Daban a entender una relación. Y ahora han hablado con él. Me prometió
que nunca haría nada que me perjudicase… y va a hacerlo. Va a hacerlo. Una
sensación de rabia me inunda y miro la televisión, con expectación y, al mismo
tiempo, con miedo. De nuevo pienso que va a traicionarme, estoy segura.
Anuncian las imágenes de él. Le han encontrado por la calle.
Y dan paso al vídeo. Trago saliva y Sol me mira negando con la cabeza. Lo único
que me faltaba para ensuciar más mi imagen. Han dicho tantas cosas que pensaba
que no podía haber nada peor. Pero si, que salga él es todavía peor.
-Hugo, tienes un minuto para nosotros por favor? – escucho a
la reportera preguntar mientras veo como camina rápido, con gafas de sol, creo
que por Madrid, no identifico la calle -
-Os vais a matar con tanto cable… - dice agarrando del brazo
a la reportera que le persigue, está a punto de caerse al tropezarse –
No puedo evitar sonreír levemente ante eso. Hasta ese gesto.
Sol sigue mirándome seria.
-Tienes una relación con Malú?
No contesta, sigue caminando mirando al frente. Noto como
coge aire y lo expulsa.
-Desde cuando la conoces? Se están diciendo muchas cosas
sobre ella… - me tapo la cara – estabas ya con ella cuando ella estaba con…
Se para en seco y se quita las gafas sin dejar que termine
la frase. La reportera se queda enfocándole con el micrófono, callada.
-Mira… - suspira – Malú es una mujer maravillosa y todo lo
que se está diciendo de ella me parece muy injusto – miro la televisión con los
ojos de par en par – ella es una mujer soltera y yo también, no comete ningún
delito, es una mujer libre y yo soy un hombre libre – miro a Sol que mira
boquiabierta también la televisión – lo que tengamos o no es cosa nuestra,
sabéis de sobra que ella nunca habla de esto y a mi me habéis pillado aquí, que
no tengo ni idea de cómo funciona esto… - suspira – y podría haceros andar
kilómetros sin deciros una palabra pero entiendo que es vuestro trabajo hacer
esto y lo respeto, por eso me paro a contestaros – habla con un tono muy amable,
sosegado, calmado – pero creo que se está siendo muy injusto con ella, porque solo
es una mujer libre, no es ni es una mujer extraña, ni tiene un carácter
horrible, ni nada de lo que se está diciendo… - miro a Sol con muchas ganas de
llorar ahora mismo – y todo eso lo sabe el que la conoce.
Sol me mira con el mismo gesto que el mío. De sorpresa. No
me puedo creer que, después de haberle hecho lo que le hice, esté hablando así
de mí. Sigo mirando a la televisión, la reportera parece que se queda sin
palabras.
-Entiendo tu trabajo, de verdad… - dice de manera incluso
dulce – y entiendo que esto sea noticia porque Malú es una de las artistas más
importantes de este país… - trago saliva, se me ha secado la garganta – pero es
eso, una artista… que vive de su trabajo… que no habla de su vida… - me tapo la
cara – creo que ya es suficiente con todo lo que le ha estado cayendo estos
meses no? – la reportera no le dice nada – ella puede estar con quien quiera,
cuando quiera y como quiera, porque es una mujer libre… y no ha hecho nada
malo… - le sigo escuchando, con unas ganas inmensas de llorar – y te repito, es
una mujer maravillosa.
Miro la televisión y le veo allí, sonriendo a la reportera.
-Pero desde cuando os conocéis? Estáis juntos? – vuelve a
preguntar como si no hubiera escuchado nada –
-Oye… - dice de forma dulce tocando su hombro – creo que ya
te he dicho suficiente… - le sonríe amablemente – tengo cosas que hacer y me
gustaría llegar a tiempo…
-Claro – responde la reportera – gracias por atendernos –
dice la reportera con un tono un tanto sorprendido –
-A vosotros – responde sonriendo, no mira a cámara, solo la
mira a ella, y comienza a andar de nuevo, poniéndose de nuevo las gafas de sol,
mientras le siguen grabando –
Me ha defendido. Y ha sido amable. Y ha sido contundente. Y
no ha confirmado ni desmentido nada. Ha cumplido su palabra. A pesar de todo lo
que le he hecho. A pesar de no dejarle ponerse en contacto conmigo. A pesar de
todo.
-Malú…
Escucho la voz de Sol mientras escucho el programa donde se
ha emitido la entrevista a traición, por la calle. Le ponen de guapo para
arriba. Incluso algunos colaboradores reflexionan sobre lo de que, en realidad,
yo no he hecho nada malo porque mi “relación anterior” (si se puede considerar
relación) ya estaba terminada. Incluso algunos colaboradores dicen que conocen
a gente que me conoce que dicen que no tengo mal carácter ni nada de eso. Está
dándose todo la vuelta por 2 minutos de entrevista. Siento unas ganas inmensas
de llamarle, de darle las gracias, de verle, de todo… pero no me lo merezco. No
me merezco alguien así. Esa idea no sale ni saldrá de mi mente.
-Malú… - vuelvo a escuchar a Sol – por una vez, no te has equivocado… - la miro y hace un gesto con la cabeza – bueno si, te has equivocado dejándole…
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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