domingo, 24 de marzo de 2019

CAPÍTULO 143: EL MICRO


El rugir del público me hace subir más mi nivel de adrenalina. Está a mi derecha, en cuanto salga lo veré. Suspiro sabiendo que eso va a ser así. Hace dos semanas pensé que sería la última vez que le vería y ahora… ahora hasta tengo la sensación que estaría toda mi vida con él. Espera, acabo de pensar en eso? Tan pronto? Malú, no es pronto, te quiere y le quieres. Hasta casi se nos hace tarde.
Cato me mira y me marca que tengo que salir en breve y asiento. Me mira sonriente, sabe que estoy feliz, me conoce desde hace años. A decir verdad, casi todo mi equipo me conoce desde hace años. Y creo que nunca he estado así. Nunca he roto tantas barreras como con él. Esto de quedarme en la sala hasta casi pocos minutos antes. Eso de saltarme el ritual y no importarme. Todo eso da igual, lo único que necesitaba para estar segura cuando salgo a cantar era estar feliz. Y lo estoy.

El concierto comienza y, para variar, el sonido es excelente. Miro varias veces hacia Hugo, que me mira sonriente pero concentrado. Cuando llega contradicción, llega mi primer baile provocativo. Mi primer movimiento descontrolado de caderas. Le miro y me mira.

-Tú quieres que me de un infarto verdad? – escucho que me habla por el micro y me río –

Sin dejar de bailar, me voy al micro que hay en el escenario, tras los músicos, y que tiene contacto exclusivo con él.

-El infarto te va a dar en el hotel… - digo de forma provocativa, justo antes de volver al centro del escenario –

No dice nada, solo le he escuchado resoplar. Me hace gracia provocarle y, sobre todo, me hace gracia saber que puede hablarme cuando quiera.  

Llega desprevenida. Literalmente, es la canción que le cantaría todo el tiempo. Él lo sabe. Me sonríe cuando le miro y comienzo a cantar.

-Me pilló desprevenida tanta vida de repente – le miro de reojo y le veo sonriendo - Me pilló tan indefensa tu verdad tan inconsciente – sonrío mirando al frente - Justo abrazas mi necesidad de abrazo – hago un gesto como de abrazo - Y me rompes las ventanas, y apareces de un portazo – le vuelvo a mirar y creo que me guiña un ojo - Hoy no entiendo de destino, ni pretendo hacerlo… - comienzo a marcar el ritmo con mis pisadas - Pero llegas entregando tus maneras – me vienen a la cabeza tantas situaciones en Algeciras que no puedo evitar sonreír - Inventando una salida, regalando primavera – sonrío al recordar que sí, que nos conocimos en primavera - Desnudándome los miedos cada vez que me persigues cuando doy la vuelta – recuerdo esa primera noche en su hotel y cómo me agarró varias veces del brazo como intentando que no me fuera - Y no esperas, y te acercas a mi boca – recuerdo ese primer beso y sonrío mirándole - Y deshaces mis cajones, y me vuelves aún más loca – sonrío haciendo un gesto de locura - Desnudándome con prisa la intención, y acorralando a mis derrotas – escucho los gritos de la gente y como cantan conmigo –

Cojo el micro y me paseo por el escenario, aprovechando para mirarle de nuevo. No me habla, no quiere desconcentrarme, pero sé lo que me diría ahora mismo.

-Oportuna coincidencia, hoy tu abrazo sabe a casa – es casi la frase de la canción que más definiría lo nuestro… por una coincidencia… ahora su abrazo es como si volviera a casa… - consiguiéndome tan libre, desmontando mi coraza – hago un gesto como de quitarme algo del pecho y le miro, vuelve a guiñarme un ojo sonriendo - Justo besas mi necesidad de beso – sonrío ampliamente - Y me muerdes las verdades, y me gritas en silencio – recuerdo el tiempo que estuvimos sin hablar y cómo sabía que, probablemente, me estaba esperando - Hoy no entiendo de destino, ni pretendo hacerlo – vuelvo a comenzar a bailar la parte del estribillo - Pero llegas entregando tus maneras, inventando una salida, regalando primavera – le miro de nuevo y sonrío - Desnudándome los miedos cada vez que me persigues cuando doy la vuelta – pongo el micro en el pie - Y no esperas, y te acercas a mi boca – vuelvo a recordar ese primer beso - Y deshaces mis cajones, y me vuelves aún más loca – vuelvo a hacer un gesto de locura - Desnudándome con prisa la intención, y acorralando… acorralando a mis derrotas

Las acorraló. Entre paredes. Cada vez que me abrazaba a él apoyada en una pared, estaba acorralando a mis derrotas.

-Pero llegas entregando tus maneras – canto con menos música esta parte - Inventando una salida, regalando primavera – sonrío - desnudándome los miedos cada vez que me persigues cuando doy la vuelta – sonrío y alzo mis brazos para que todo el mundo los mueva conmigo - Y no esperas – muevo los brazos a un lado y a otro y veo a todo el mundo hacer lo mismo - Y deshaces mis cajones – sigo haciendo lo mismo - Desnudándome con prisa la intención y acorralando a mis derrotas – le miro y sigue mirándome sonriente - Pero llegas – sigo moviendo los brazos, con una sonrisa de oreja a oreja - Desnudándome con prisa la intención y acorralando… - le miro y sonrío - a mis derrotas…

Toca cambio de vestuario justo ahora. Camino hacia la salida del escenario y, de repente, escucho que me habla.

-No se puede ser más guapa, lo sabes no? – me río bajando las escaleras y le miro guiñándole un ojo – si si… tú ríete… - sigue hablando mientras me cambio – pero tu abrazo también me sabe a casa, que lo sepas…

Resoplo al escuchar eso. Me lo comía a besos ahora mismo, pero tengo que seguir. El concierto avanza y mis bailes también. En uno de ellos, en el centro del escenario, con el pie de micro como compañero de baile, le escucho.

-Me vas a hacer eso después? – me río – me estoy hasta mareando… - me giro para mirarle, muerta de risa –

Me encanta esto. Me encanta estar bailando y riéndome a la vez, sabiendo que hay alguien que me está mirando atentamente. Aunque en el público también sé que hay mucha gente que me mira y me graba. Por un momento, pienso en que puede que haya gente que se esté dando cuenta que miro mucho hacia él… pero no me importa. De repente descubro que no me importa.

Y llega “Oye”. El momento piano con Rubén se ha convertido casi en tan intenso como Aprendiz. En cuanto empiezo a cantar, mi mirada no puede evitar dirigirse hacia él. Me lleva la canción a momentos que no me gusta volver. A momentos dolorosos. Mientras Rubén toca el piano entre medias, escucho su voz.

-Jefa… - le miro – yo también sigo temblando… - sonrío – no llores cielo, sigue, que lo estás clavando…

Veo como Rubén le mira y me mira a mí y sonríe. Creo que no le ha dado al mute y lo han escuchado todos. Sonrío mirándole, creo que acaba de darse cuenta y pone un gesto de apuro que me hace sonreír, pero rápidamente, vuelvo a meterme del todo en la canción. También sigue temblando dice. Creo que voy a temblar toda mi vida cada vez que me acuerde de lo nuestro.

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar