Llegamos al hotel con la cena ya preparada. Hemos ido al
japonés de la primera vez, a llevarnos comida para cenar. Comida para un
regimiento, porque no ha parado de pedir cosas por teléfono y llevamos 3
bolsas.
-Malú, esto no es mucha comida? – digo dejando las bolsas
sobre la mesa –
-Con la regla me da hambre, pasa algo? – pregunta un tanto
arisca –
-Bueno… - digo en voz baja – me voy a coser la boca hoy… -
salgo a la terraza a coger aire, lleva toda la tarde respondiendo de forma
borde –
Me enciendo un cigarro y escucho como se acerca por detrás.
-Gordo… - dice con voz dulce – lo siento… - se abraza a mí,
por la espalda. Sonrío y acaricio su brazo – es que me duele…
-Y no te has tomado nada? – me giro para mirarla de frente y
niega – quieres un ibuprofeno y cenamos? – asiente – y nos acostamos prontito y
te quedas durmiendo aquí? – señalo mi hombro y asiente sonriendo – hacemos eso
si no me vuelves a putear con el wasabi como aquella vez…
-Jajajajajajajaja! – estalla en una carcajada y me abraza –
cuánto me reí… - dice mirándome – es que eres… - me agarra la cara y deja un
beso sonoro en mis labios -
Sonrío y voy preparando la mesa en la terraza. Tras la cena,
veo como se levanta y se apoya en la barandilla, encendiéndose el cigarro de
después de cenar. La observo, está como pensativa.
-A ver… - la abrazo por la espalda – qué pasa?
-Nada – responde rápidamente –
-Te duele? – pregunto poniendo una mano en su vientre y
niega parcialmente con la cabeza – quieres dormir?
-Yo soy de las que tiene muchas ganas… - arqueo mi espalda
para intentar mirarla pero me aparta la cabeza, aunque noto que está medio
sonriendo –
-No entiendo… - digo intrigado –
-Con la regla Hugo… - alzo mis cejas – que soy de las que las
hormonas me hacen tener muchas ganas… - dice con tono de vergüenza… - y también
muy mala hostia…
-Jajajajaja! – río a su espalda – pero eso lo tienes
siempre… - se gira mirándome seria y aprovecho para dejar un beso en sus labios
– así que… - digo acariciando su cintura – tienes muchas ganas…
-No he dicho ahora… - dice mirando al suelo – digo que me
suele pasar que…
-Que te pones más cachonda de lo normal… - recibo un buen
manotazo por su parte – y más agresiva… - digo tocándome el brazo – au… - me
quejo y me mira de reojo – a ver… - me agacho como para mirarla pero me evita
la mirada – dime qué quieres que hagamos…
-Hugo… - resopla algo avergonzada – yo que sé… - sigue sin
mirarme –
-Date la vuelta… - digo de forma sensual – agárrate a la
barandilla…
-Hugo aquí no… - dice al notar que me pego a ella por
completo, apoyando mi barbilla en su hombro derecho –
-No voy a hacer nada… - dirijo mi mano a su pelvis –
imagínate esto en la ducha… - mi voz suena ronca –
-Joder… - susurra agarrando mi mano y llevándola a su zona
clave –
Hago algo de presión y noto como ahoga un gemido, flexiona
sus piernas, como notando mucho placer.
-Quieres? – pregunto pegado a su oído –
-Pfff… - resopla y se gira, quedando frente a frente – en la
ducha? – pregunta mordiéndose el labio sin mirarme –
-Si… - agarro su cintura – donde tú quieras…
Me mira y su gesto de deseo me da el sí. Su gesto y que me
agarra la mano y tira de mí hasta dentro de la habitación. Antes de llegar al
baño, la agarro de la cintura y se gira. Comenzamos a besarnos frenéticamente.
Pensaba no hacer nada después de la conversación en su casa. Lo último que
quiero es que esté incómoda… pero parece que quiere. Al entrar al baño, mira la
ducha y me mira un tanto cortada.
-Tienes que estar cómoda… - digo acariciando su pelo – sino
no lo hacemos… - digo de forma dulce –
-Es que esto es nuevo… - dice cortada y asiento – me… - me
mira fugazmente – me quito el tampón o…
-Claro… - respondo de nuevo de forma dulce – Malú… - me mira
– para mí también es nuevo… - digo intentando que se relaje – pero, la verdad…
- me acerco a ella y cuelo mis manos por su camiseta – me apetece mucho…
-Y a mi… - contesta mirándome con mucho deseo – joder… -
niega con la cabeza – no me puedo creer que vaya a hacer esto… - sonríe y
sonrío mirándola mientras me quito la ropa y enciendo la ducha –
Es una ducha alargada, no un pie de ducha, con las paredes
que no están frías por el material que se ha usado. La misma que aquella semana
usamos varias veces. Me asomo y la veo, ya desnuda, muy cortada, mirándome.
-Ven… - le hago un gesto con la mano –
Se acerca lentamente y agarro su mano de forma delicada para
que pase dentro. Hago que se meta más hasta llegar al chorro de agua, que cae
por su pelo, empapándolo, y, con él, todo el cuerpo. Sonrío tiernamente al ver
que sigue muy cortada, aunque sonríe. Cojo el gel y hecho un poco en mi mano.
Le hago un gesto para que salga de debajo del chorro y se dé la vuelta. Al
darse la vuelta, con el gel en mis manos, comienzo a frotar sus brazos, su
abdomen… y sus pechos…
-Dios… - susurra –
-Están sensibles, lo sé… - digo refiriéndome a los pechos y
asiente – no aprieto, tranquila… - resopla al notar de nuevo mis manos por sus
pechos, solo acariciándolos, sin apretar – espera… - me giro para coger algo
más de gel – abre las piernas… - digo con voz ronca pegado a su oído –
Obedece y comienzo a enjabonar sus muslos, me dirijo a su
trasero, deteniéndome un poco notando como empieza a soltar pequeños gemidos,
hasta que llego a su pelvis. Masajeo la zona despacio, con mi pecho rozando su
espalda, sin tocar exactamente donde debo, escuchando como respira de manera
acelerada y se agarra a la pared como puede.
-Te quiero… - susurro apoyando mi barbilla en su hombro y
suelta un pequeño gemido –
-Y yo… - susurra moviendo sus caderas, rozando con su
trasero mi entrepierna –
-Estás… - susurro – cachonda? – sigo rozando su pelvis sin
llegar al lugar adecuado –
-Mucho… - gime – joder, tócame ya… - alza un poco la voz –
Dicho y hecho. Poso mi mano de nuevo en su entrepierna, en
el lugar adecuado, y suelta un gemido que me hace temer que vuelva a subir el
de recepción a llamarnos la atención.
-Silencioso… - susurro – que nos echan… - hablo con voz
ronca mientras sigo tocando la zona de forma suave –
-Que nos echen… - contesta gimiendo – joder Hugo… - con su
mano izquierda se agarra a mi cuello, echando la cabeza hacia atrás y dejando
que comience a besarle el cuello –
Mientras con la mano derecha masajeo la zona despacio, mi
mano izquierda se posa en uno de sus pechos. Despacio. Tengo que controlarme,
no quiero hacerle daño. Le gusta. Creo que le gusta porque está gimiendo mucho,
aunque en un tono muy bajo, como susurrado. Hago más presión con mi mano
derecha y hago movimientos más específicos, escuchando como aumenta el tono de
sus gemidos. Mueve sus caderas, como pidiendo más. Se le ha olvidado todo, está
como siempre, ya no está cortada, está desatada. Su mano derecha se dirige a mi
entrepierna y comienza a hacer movimientos, pero la agarro y la pego a la
pared, haciendo que vuelva a gemir cuando devuelvo mi mano derecha a su
entrepierna. Primero ella, luego ya veremos.
-Hugo… - gime – siento mucho así… - mueve sus caderas
rozándome – Dios… - gime de nuevo – hazlo más rápido…
Sonrío y resoplo. Me pone tanto verla así. Mi mano derecha
se mueve más rápido y con mayor intensidad. Veo como apoya su frente en la
pared, mientras gime. Gime ahora un poco más alto. Me ha dicho que siente
mucho. Está todo más sensible. Va a hacer falta muy poco para que se corra, al
menos eso creo.
No me equivoco mucho, porque al poco de acelerar el ritmo,
sus gemidos van en aumento de nuevo. Agarro su pecho izquierdo de nuevo, con
cuidado pero haciendo algo más de presión. Me la quiero comer ahora mismo. Yo
también estoy muy cachondo.
-Me voy a correr Hugo… - dice entre gemidos – no pares…
No contesto, solo acelero un poco más. Se agarra de nuevo a
mi cuello y llega. Lo noto porque le tiemblan las piernas, gime más profundo y
arquea su espalda. Tarda más de lo normal en dejar de gemir, en dejar de
estremecerse. Creo que ha sido bastante intenso.
-Dios… - gime levemente – la he liado un poco… - mira hacia
abajo y veo a lo que se refiere –
Sonrío y hago que se ponga de nuevo debajo del chorro del
agua. Me mira. Me mira mordiéndose el labio inferior, todavía con la
respiración algo entrecortada.
-Bien? – pregunto comedido –
-Bien? – pregunto irónica – qué intenso… - cierra los ojos –
joder… - mira mi entrepierna y sonrío – ven aquí… - veo como intenta agacharse
pero se lo impido – pero por qué no me dejas nunca? – pregunta indignada
volviendo a mi altura –
-Porque quiero que te tumbes – me mira extrañada –
-Aquí? – asiento – Madre mía… - susurra –
-Boca arriba – le ordeno y me obedece, apoya su cabeza en la
zona algo más elevada, por donde salimos de la ducha –
Salgo de la ducha y agarro el condón. Cuando me ve se
sorprende.
-Estoy con la regla… - ríe –
-Ya… y la podemos liar igualmente si lo hacemos sin esto –
me mira incrédula – te he dicho que he leído mucho… - se ríe y se tapa la cara
– estás cómoda? – asiente -
Me tumbo sobre ella, con el agua cayendo sobre mis piernas y
las suyas. Me mira con mucho deseo pero sin terminar de creerse lo que voy a
hacer. Me introduzco en ella sin ningún tipo de dificultad. Gime de forma
sonora y me mira sorprendida. Gimo levemente y sonrío.
-No te da cosa? – pregunta gimiendo mientras comienzo a
mover las caderas –
-Lo que me da es ganas de follarte… - contesto de forma
lasciva. Me mira con la boca entreabierta, como sorprendida – hacerte el amor…
- rectifico de forma graciosa –
-Idiota… - se ríe hasta que vuelvo a moverme y comienza a
gemir de nuevo – se siente mucho así Hugo… - dice entre gemidos –
-Está más sensible… - digo con voz entrecortada – si te hago
daño dímelo… - asiente mirándome con cara de deseo de nuevo –
Pongo mis manos en la zona más rugosa del suelo que impide
que nos resbalemos, e imprimo un ritmo más rápido. La veo gemir con los ojos
cerrados, gime muy alto, pone sus manos en mi cuello para sujetarse. No es la
postura más cómoda del mundo, pero de pie puedo hacerle daño. Me pone mucho el
sonido de la ducha mezclado con gemidos. Y con nuestras pelvis chocando. Ese
sonido me vuelve loco.
-Dios Hugo… - me mira – creo que llego otra vez… - dice
entre gemidos –
-Espera… - me apoyo solo con una mano y con la derecha,
vuelvo a estimularla –
-Joder! – exclama – ahora si… - gime – sigue… - se agarra a
mi cuello de nuevo –
Nuestros rostros se quedan a escasos centímetros. Me estoy
muriendo, aguantando como puedo, pero no puedo más cuando comienza a besarme.
Me besa con tanta pasión, que mis caderas se mueven todavía más rápidas. Mis
pies se apoyan en el borde de la ducha, en la parte del chorro. Deja de besarme
y comienza a gemir más fuerte, arquea la espalda de nuevo y dejo de estimularla
con la mano derecha, apoyándola de nuevo en la parte rugosa y, ahora sí,
aumentando la velocidad a un nivel casi insostenible. Siento como se corre. De
nuevo su cara al hacerlo, me hace correrme a mí, segundos después, todavía
notando sus contracciones intensas.
Apoyo mi frente en la suya, todavía sintiendo las corrientes
por la espalda. Su respiración entrecortada se entremezcla con la mía. Nos
besamos de nuevo, de forma lenta, moviendo nuestras lenguas al compás. Sigue
con sus manos en mi cuello, acariciando ahora mi nuca y mi pelo mojado. Cuando
dejamos de besarnos, su forma de mirarme me atraviesa. Me mira con un gesto tan
bonito… sonrío al mirarla.
-Hugo… - susurra – estás loco… - ríe –
-Me vuelves loco – digo rápidamente – que no es lo mismo… -
sonríe avergonzada –
-Ala… - susurra un tanto avergonzada al mirar hacia abajo.
Me hace sonreír de ternura al verla así –
-Mejor aquí no? – digo incorporándome –
-Madre mía… - susurra mientras mira al suelo y a mi
entrepierna –
-Anda ven… - le doy la mano y la levanto – no te caigas… -
resoplo – es como si hubiera hecho 1000 flexiones… - digo riéndome y escucho
como se ríe –
Veo como sigue mirando al suelo de la ducha, todavía
manchado, y a mi entrepierna. Sonrío y la llevo debajo del chorro, agarrando el
mango de la ducha y esparciendo agua para limpiarlo todo. Me limpio yo también
con algo de gel y se lo doy a ella, que me mira ahora de nuevo cortada.
-Un día te voy a dar algún bocado cuando pones esa cara… -
digo mirando su gesto tan tierno, mirando al suelo mientras se enjabona –
-Calla – se queja avergonzada –
-Mírame anda… - alzo su barbilla y dejo el mando de nuevo en
el enganche – para repetir o nunca más? – pregunto juguetón –
-Tú que crees? – me mira riendo y aparta la mirada
automáticamente, pero vuelvo a agarrar su barbilla para que me mire –
-Es que eres tan bonita… - vuelve a intentar apartar la
mirada avergonzada – déjame que te lo diga joder… - digo haciendo que se ría –
te quiero
Nuestros rostros están bajo el agua, pero mantenemos
nuestros ojos abiertos, mirándonos. Me encanta ver como le cae su pelo mojado
por los hombros. Sonríe al escucharme. Se lo he dicho tantas veces en 24 horas
que va a terminar por pensar que soy un disco rayado.
-Y yo te quiero a ti…
Su tono de voz es tan tierno que me voy a derretir. Pasa sus
manos por mi cuello de nuevo y besa mis labios. Nos besamos despacio, bajo el
agua, durante un momento. Al separarnos, me sonríe, me sonríe ampliamente. Me
contagia y así nos tiramos unos segundos.
Su gesto cambia de repente y se queda como pensativa. La
miro interrogante y le hago un gesto para que me diga qué pasa.
-Me puedes traer… - dice de nuevo avergonzada – unas
braguitas y…
La beso sin dejar que termine. Me mira avergonzada pero
sonriente. Agarro una toalla y, todavía con el pelo empapado, salgo del baño
hacia su mochila. No puedo evitar sonreír al verme así. Tenemos tanta confianza
que hasta que me deja rebuscar en sus cosas. Cojo una braguitas, el pijama… y
las compresas y los tampones, no sé lo que prefiere, así que lo cojo todo y
entro de nuevo al baño. Al verme entrar, se le escapa la risa. Debo estar
gracioso con la caja de tampones y compresas y sus braguitas en la mano.
Maaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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