Tras comer en el hotel, nos hemos quedado dormidos, sin
habernos dado ni tiempo de hacer nada. Ha sido instantáneo. Estamos agotados.
Lógico y normal. Llevamos un ritmo desde ayer que, la verdad, es insostenible.
Abro los ojos y noto un dolor intenso en la pelvis. Me
encojo un poco. Es un dolor que conozco. Cojo el móvil, es de día, supongo que
por la tarde. Las 6 de la tarde para ser más exactos. Llevamos 3 horas
durmiendo, qué barbaridad. Me levanto y, al dar un paso, noto que el dolor es
un poco más intenso. Camino al baño, sabiendo qué es lo que puede ser, pero sin
recordar si me tocaba o no.
Al sentarme, efectivamente. Hasta he manchado un poquito la
braguita. Si pudiera escucharse en todo lo que me estoy cagando por dentro,
llamarían a los GEOS pensando que aquí hay una célula terrorista. Un pinchazo
más intenso me hace quejarme en voz alta, aunque no quería, porque no quiero
despertarle pero… qué hago ahora si no tengo ni una compresa ni un tampón ni
nada por el estilo?
Aparece en el baño Hugo, asomando su cabeza y, cuando ve que
estoy sentada en el baño, se aparta y cierra la puerta.
-Perdón! – grita –
-Hugo, pasa! – digo en voz alta y escucho de nuevo la puerta
abrirse –
Me mira interrogante y vuelvo a sentir una punzada abajo que
me hace retorcerme en el baño.
-Qué pasa? – pregunta asustado acercándose un poco a mí –
-Puta regla… - maldigo en voz baja – ay Hugo, deja de
mirarme que me da mucha vergüenza – digo al ver que está mirando hasta mis
braguitas manchadas –
Se da la vuelta automáticamente. Sonrío sin querer al ver lo
respetuoso que siempre es, no solo conmigo, sino con todo el mundo.
-Puedo hacer algo? – pregunta de espaldas –
-Arrancarme el útero y los ovarios – digo sin pensar y le
escucho reírse –
-No me quería reír cielo… - dice tapándose la boca, le veo a
través del espejo –
-Es que hasta se han manchado… - digo mirando las braguitas
– qué asco, de verdad…
-Malú, que es una cosa natural… - dice mientras sigue de
espaldas –
-Si la tuvieras todos los meses, no hablarías así… - digo
indignada – es que encima el primer día me duele hasta de doblarme… - digo
quejándome –
Hugo se gira un poco hacia mí y veo que me mira con algo de
preocupación, supongo que por mi cara de dolor. Sentada en el váter, con las
bragas manchadas y por los tobillos. Lo más sexy del mundo vaya. No puedo
levantarme porque entonces ya si que se convierte en una película gore.
-Espera – dice saliendo del baño a toda prisa dejándome
descolocada –
Tras unos segundos, aparece con algo en la mano y le miro
extrañada. Me mira con gesto triunfante. Una compresa y un tampón. Le miro con
gesto de sorpresa y estupefacta.
-Soy el mejor novio del mundo? – pregunta de forma chulesca
–
-Novio? - sonrío y sonríe algo avergonzado, pero empiezo a reírme y vuelve a mirarme - Pero tú por qué llevas eso en la maleta? – pregunto
extrañada –
-Cosas de tener la maleta grande y que mi hermana me la pida
para irse de viaje… - sigue con su tono chulesco – no sé si son los que usas o…
- me enseña el tampón y me aguanto la risa – que a ver, que yo le he comprado a
mi hermana tampones y tal… en el súper… y compresas… - se traba, parece que
ahora ya no está en plan chulesco, sino avergonzado – pero que no sé cuáles
utilizas tú…
-Hugo… - agarro la compresa – me vale esto de momento… -
sonríe –
-Quieres que vayamos a tu casa? – le miro sorprendida – por
lo de… - señala las braguitas y me quedo algo avergonzada – que no pasa nada
eh? Puedes ir a casa y yo voy al súper a comprar lo que necesites y…
-Hugo… - río levantándome del váter y subiendo mis braguitas
– tú has sido siempre así o has ido aprendiendo? – me mira como sin entender
nada –
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminar