Estoy hasta mareado. Joder. Qué polvazos. Cómo me pone, haga
lo que haga. El cabecero sufre. Sufre mucho. Hasta ella lo ha golpeado varias
veces contra la pared. Es igual que yo. Igual de sexual. De bestia a veces. Con
un punto tierno, pero bestia a la vez.
Miro el techo mientras acaricio su espalda. Se ha hecho un
ovillo a mi lado, con su cabeza apoyada en mi hombro. Ayer pensaba que esto no
era buena idea, que toda esta parafernalia no iba a servir de nada o que le iba
a asustar o abrumar mucho. Pero no. Le encantó. Le encantó tanto que no podía
parar de llorar. Me dio tanta ternura verla así.
Me da igual que esto se terminara por sus dudas aquel día.
Me da igual todo lo que ha pasado estos meses. Lo único que me importa es que
esto era mucho más fácil de lo que pensábamos. Es volver a retomar lo que
terminó por varias razones. Entiendo las suyas. Mucha presión mediática durante
mucho tiempo. Mucho miedo a ser el centro de las miradas. Mucha inseguridad, no
solo hacia la prensa, sino hacia todo el mundo. Tiene muchas inseguridades,
muchos miedos. Y, a pesar de eso, ayer vino aquí. Me quiere. Sonrío sin querer
cuando recuerdo esas palabras. Me quiere y la quiero. Hay algo mejor de tener
algo recíproco?
No va a ser un camino de rosas, está claro. Tengo que
adaptarme a lo que ella necesite, poco a poco… si por mi fuera, me iba a la
playa con ella o paseaba por la calle de la mano. Pero supongo que eso ahora es
demasiado y tiene que ser poco a poco. No se ha dormido, lo sé porque me
acaricia el abdomen, despacio. No hablamos.
Me muero por decirle que se olvide de mi renuncia. Que
quiero irme de gira con ella, las 24 horas del día, los 7 días de la semana…
pero… y si se agobia? Y si prefiere que no trabajemos juntos? Me lo he pasado
tan bien estos meses y, sobre todo, este último mes, a pesar de haber tenido
problemas. Es mi trabajo soñado. Con la persona soñada. Suspiro sin querer y
alza su mirada hacia mí. Vale, me ha pillado pensando demasiado.
-Qué piensas? – dice mirándome – no mientas… - sonrío –
-Tenemos conversaciones pendientes no? – digo algo temeroso
–
-Si… - se abraza a mí de nuevo – por cuál empezamos? – noto
que no quiere hablar ella primero, así que tomo la iniciativa –
-Quieres que vuelva? – pregunto de forma automática y alza
de nuevo su mirada – a tu derecha… - digo mirándola de forma tierna –
-Quieres volver? – pregunta mirándome, sin hacer muchos
gestos –
-Pues… - suspiro – por un lado pienso que igual nos cargamos
esto estando todos los días juntos y discutiendo, lo más seguro… - se ríe sin
mirarme – por otro lado pienso que estar todos los días contigo, viajar a todas
partes, y ver lo que haces… - resoplo – me encantaría…
-Pues voy a avisar a Rubén para que deje de estar tenso –
dice automáticamente, girándose y cogiendo el móvil –
-Pero Malú… - me río – ya está? – me mira extrañada – no hace
falta hablar nada más?
-Tú quieres volver y yo quiero que vuelvas… - me mira
sonriendo – lo más fácil no?
Sonrío ampliamente, incluso sorprendido por su respuesta, y asiento.
Aparto la mirada para no mirar su móvil. Creo que se ha dado cuenta del detalle
porque se ha reído después de mirarme.
-Puedes mirar mientras escribo eh? – dice escribiendo –
mira, este mensaje le va a alegrar la vida al equipo –
-No, pero no lo irás a mandar al grupo no? – digo asustado
al ver que si – pero qué vas a decir?
Sonríe de forma pícara y me lo enseña antes de enviarlo.
“Chicos, Hugo no se va, el enchufado vuelve. Ya estáis
tardando en preparar una fiesta para la semana que viene”
Suspiro aliviado al ver el mensaje. Me mira riéndose y lo
envía.
-Qué te pensabas que iba a escribir? – me mira y me alzo de
hombros – chicos, el enchufado y yo hemos follado tantas veces que le he
convencido para que vuelva – dice en forma de broma –
-Malú! – exclamo algo avergonzado – joder… - se ríe – se me
caen los ojos si pones eso…
-Jajajaja! – exclama dejando el móvil sobre la cama – mmm… -
vuelve a abrazarme, acurrucándose a mi lado – me quedaría aquí todo el tiempo…
-No tienes hambre? – pregunto de forma dulce, sonriendo
mientras acaricio su espalda –
-Un poco… - dice sin soltarse – sin desayunar que me tienes…
- se hace la indignada –
-Tu desayuno y tu rosa… - digo pensativo y se incorpora,
mirándome ilusionada – anda, déjame que llame al servicio de habitaciones… - me
incorporo un poco para coger el teléfono –
Justo cuando voy a llamar, llaman a la puerta. Me giro y
miro a Malú que me mira extrañada. Pusimos el cartel. Vuelvo a escuchar dos
golpes en la puerta y me activo, poniéndome los calzoncillos y una camiseta.
-Esperas a alguien? – pregunta Malú buscando su ropa –
-Yo? – pregunto incrédulo – a ti, pero ya estás aquí… -
sonríe mientras se pone la camiseta – métete en el baño anda… - me mira
sorprendida – no vayan a ser las de la limpieza que se meten en cuanto abres la
puerta
Camina a mi lado y, antes de meterse al baño, le doy un
cachete suave en el trasero. Se ríe levemente y cierra la puerta. Carraspeo y
abro la puerta de la habitación, solo una rendija. Veo un señor trajeado que sonríe
levemente. Me sorprendo y abro un poco más la puerta.
-Hola caballero – dice con sus manos atrás – verá… - noto
cierto tono de vergüenza en su voz – hemos recibido alguna queja de las
habitaciones de la planta en cuanto a… ciertos ruidos… - alzo mis dos cejas
sorprendido y tengo que reprimir una carcajada, aunque escucho perfectamente la
de Malú en el baño – simplemente quería avisarle que, si pudieran hacer algo
menos de ruido…
-Claro claro… - contesto avergonzado del todo – disculpe no…
- trago saliva – no sabía que se escuchaba tanto…
-No se preocupe… - dice sonriente – puede poner la tele o
música… - susurra dejándome descuadrado – para que no se escuche tanto… -
intento no reírme – siento molestarle, pero es el protocolo del hotel cuando se
recibe alguna queja…
-Lo entiendo perfectamente… - hablo de forma comprensiva,
aunque flipando en colores –
-A su disposición caballero… - asiente y se marcha,
dejándome con cara de póker. Asomo la cabeza y miro hacia la izquierda, por si
alguien ha escuchado esta conversación, pero parece que no –
Cuando cierro la puerta, Malú abre la del baño con un ataque
de risa de estos que tiene ella, que comienza a reírse como en silencio, como si estuviera afónica, y luego
estalla en una carcajada. Efectivamente, acaba de llegar la carcajada. Se
agarra la tripa y se arrodilla en el suelo.
-Malú joder… - intento reprimir la risa – en la vida me ha
pasado esto…
-No puedo parar… - dice sin parar de reírse –
-Jajajajajaja! – estallo yo también en una carcajada y me
arrodillo a su lado – que follamos muy alto jefa… - digo entre risas –
-Cállate! – exclama secándose las lágrimas – no me hagas
desayunar aquí por favor… - dice suplicando mientras sigue arrodillada, solo
con su camiseta y sus braguitas –
-Pfff… - la miro con deseo – me apetece tanto seguir
haciendo ruido… - digo en tono lascivo –
-No no – se levanta como un resorte, todavía riéndose –
vístete, que este ritmo es insostenible…
-Si si… - digo acercándome a ella por su espalda –
insostenible va a ser no querer comerte entera con ese cuerpo…
-Basta – me señala con un dedo – o quieres que los vecinos
nos echen del hotel? – alzo una de mis cejas – de todas maneras, esas quejas
son de gente amargada que no folla…
Se da la vuelta y se agacha, poniéndose sus mallas de ayer. Resoplo. Me va a costar no hacer ruido. Me va a costar y mucho.
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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