sábado, 16 de marzo de 2019

CAPÍTULO 130: UN NUEVO AMANECER

Abro los ojos lentamente. Algo desubicada. Veo entrar algo de luz por la ventana, aunque las cortinas apenas dejan pasar nada. Le veo. Le veo y sonrío. Sonrío tanto que se me ha desencajar la mandíbula. Está plácidamente dormido. Me muerdo el labio inferior, ahora que no me ve.

Todavía no me puedo creer lo que pasó ayer. Lo de los sobres. Lo de la carta. Todo. Ha vuelto a empezar todo. Donde lo dejamos. Esa mañana me desperté y desaparecí y ahora no puedo dejar de mirarle. Era todo mucho más fácil, y me empeñé en complicarlo. Los dos lo hicimos, es cierto, pero yo más. Respira profundo, de lado, con su brazo izquierdo sobre mi cintura. Hemos dormido abrazados toda la noche yo creo. Le observo, su cara entera. Me encanta esa barba, recortada, tan bien cuidada y, a la vez, con ese punto de descuido. Me encanta su boca, sus labios. Su nariz me parece tan perfecta. Y sus ojos. Aún estando cerrados, me encantan. Cuando los tiene abiertos, me atrapan. He sido tan imbécil. Es la persona que estaba esperando todo este tiempo. Tiene que serlo. No sé lo que va a pasar, pero si sé que no voy a volver a complicarlo. No puedo hacerlo. Se merece que sea fácil. Y quizá yo también me lo merezco.

Repaso en mi mente las fotos de ayer y lo que escribió en ellas. No quiero moverme porque no quiero despertarle. No le importa que haya fotos nuestras en las revistas. No le importa nada. Le importo yo. Nunca me lo habían dicho tan claro. Nunca había sido tan fácil. Esa es la clave de todo. Es fácil. Me atrevería hasta ir a la playa de la mano con él. Quizá necesite algo de tiempo. Tendré que explicárselo… pero estoy harta de esconderme. Quiero ser normal, con alguien normal, hacer lo normal…

Ayer cenamos aquí, en la terraza, como antes. Como en el principio. Las mismas risas, pero más cómplices. Menos vergüenza. Nos conocemos. El tiempo que he pasado trabajando con él, le he conocido. A Rubén le va a encantar que le llame para decirle que vuelve. Porque… volverá verdad? Me asalta la duda de repente. Quizá no quiere trabajar conmigo por no arriesgarnos a estropearlo. Pensándolo bien, sería lo mejor. Si lo pienso otra vez, lo único que quiero es que esté en su sitio. Me da seguridad. Tanta que soy capaz de todo en cada concierto. No puedo pedirle algo así, pero supongo que tendremos que tener esa conversación.

Me agobio por momentos al plantearme eso. Me gustaría tanto seguir la gira con él, cuando fuésemos a Latinoamérica… Dios, todos los días con él, sería perfecto. Igual terminábamos por cansarnos o desgastar la relación… o igual no… o igual trabajar juntos es lo más fácil.

Vuelvo a mirarle atentamente. Respira tan profundo que hace un leve sonido de ronquido. No puedo evitar reírme al ver como, al hacerlo, mueve la cara como si se hubiera escuchado él mismo. Intento aguantarme la risa, pero no puedo. Veo como abre un ojo lentamente, me está viendo reírme, pero no puedo parar, creo que tengo un ataque de risa.

-Bonita forma de despertarme… - balbucea poniéndose boca abajo pero con su cabeza girada para mirarme – te ríes de mí? – pregunta con los ojos cerrados –

-Jajajajajaja – no puedo parar de reírme todavía – claro que no! – exclamo – es que eres tan… - abre un ojo y me mira medio sonriente – hasta durmiendo eres gracioso…

-No habré hablado no? – dice volviendo a cerrar los ojos – a veces digo cosas… - le miro sorprendida – en arameo, según mi hermana…

-Jajajajajajaja! – estallo en otra carcajada – has roncado… - abre un ojo y me mira – pero muy poquito… - digo riendo – y te has medio despertado al escucharte…

-Qué romántico todo… - balbucea todavía medio dormido – puto tabaco…

-Yo también fumo y no ronco, así que no pongas esa excusa… - digo de forma chulesca –

-Que no ronca dice… - dice irónico mientras sigue con los ojos cerrados –

-Ronco? – digo sorprendida –

Sonríe y abre uno de sus ojos, mirándome, y niega levemente con la cabeza.

-Respiras profundo, pero no roncas… - dice mirándome – al menos lo que recuerdo y anoche… que te quedaste durmiendo en seguida… - sonrío y aparto la mirada –

-No roncas… - digo sin mirarle – ha sido solo un momento pero me ha hecho mucha gracia… - digo riéndome –

Veo como se incorpora y se apoya en su brazo, mirándome. Se acerca a mi boca y me da un beso. Le miro sonriente, igual que él a mí.

-Me encanta despertarme así… - acaricia mi pelo – escuchándote reír…

-Ay Hugo… - digo avergonzada –

-Me dijiste que me ibas a dejar ser todo lo ñoño que quisiera no? – le miro fugazmente y sonrío – Mmmm…. – se estira y se abraza a mi cuerpo, colocando su cabeza entre mi hombro y mi pecho – qué vistas tengo desde aquí… - dice con tono guasón, voy desnuda. Me hace reírme –

-Hugo, tú no te cansas… - digo notando como su mano me acaricia el costado –

-Cansarme? – pasa su pierna por encima de mí – de esto? – él también está desnudo – ni de coña…

-Ni desayuno ni nada? – pregunto riéndome hasta que comienza a besarme el cuello y la risa se transforma en leves gemidos –

-Mi desayuno ya lo tengo yo aquí… - Repta por mi cuerpo hasta llegar a mis pechos y se detiene en ellos, me encanta que haga eso –


Me dejo llevar. Como anoche, después de cenar. Los golpes del cabecero volvieron. Y creo que van a volver ahora también. Me encanta que sea tan sexual, igual que yo. Tan pasional. Hacemos una mezcla… no sé cómo he podido estar meses sin tener esto con él. 

1 comentario:

  1. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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