Fumo en la parte de fuera que puede hacerse. Todavía quedan tres
horas para el concierto, necesito fumar mucho, necesito aire después de esa
conversación. Vero se está encargando de mis sobrinos.
No sé cómo agradecérselo
después de este día de mierda.
Escucho la puerta y me sorprende ella. Vero se acerca a mí
con los ojos un tanto rojos. La miro atento, expectante.
-Dice que anula el concierto – suelta de repente, apoyándose
en la barandilla conmigo –
-Cómo? – pregunto sorprendido mirándola –
-Te acuerdas de su ataque de ansiedad en su casa? – me mira
– pues similar… - la miro y mi gesto es de absoluta culpabilidad – qué ha
pasado?
-Vero… - digo con voz cansada – me he pasado, lo sé… -
suspiro – está bien ahora? – Vero niega con la cabeza –
-Ya te he dicho que dice que no quiere dar este concierto… -
la voz de Vero suena dura, como enfadada – qué cojones pasa Hugo? – me mira –
de repente estáis bien y, de repente, te presentas aquí con una tía, os lleváis
a matar… - resopla –
-Es largo de explicar Vero… - suspiro apartando la mirada –
aunque supongo que Malú te habrá contado algo…
-Hugo, yo te entiendo vale? – dice mirándome – pero no le
hagas a los demás lo que no quieres que hagan a ti…
Nos quedamos mirándonos unos segundos y, justo cuando voy a
hablar, se gira y desaparece de mi vista. Me apoyo en la barandilla, pensativo,
muy pensativo. Como si mis piernas no conectasen con mi cabeza ni con mi
corazón, de repente, estoy en la puerta de su camerino. Sol abre la puerta
resoplando y, cuando me ve, se asusta.
-Hugo… vete… - dice negando con la cabeza –
-Déjame pasar Sol… - digo mirándola – está ahí?
-Hugo mira… - suspira – os entiendo a los dos vale? –
suspira de nuevo – pero que Malú no pueda ni cantar no puedo entenderlo… - bajo
la cabeza sintiéndome mal no, lo siguiente – no quiero que lo empeores más… -
la miro suplicante – voy a avisar que se cancela el concierto…
-Sol – la agarro del brazo para evitar que se vaya – déjame
hablar con ella… solo 1 minuto… - Sol suspira – si luego sigue sin querer salir
ahí… - suspiro yo – avisas a quien quieras…
Sol me mira, analizándome como con rayos x, hasta que
resopla, bajando la cabeza, y me hace un gesto para que pase.
Entro al camerino casi sin mirar a Sol, cerrando la puerta
detrás de mi. Malú está de espaldas, sentada en una silla, con la cabeza hacia
abajo, el pelo cayendo y las manos apoyadas en la cabeza, con los codos en la
rodilla.
-Malú…
Mi voz le asusta. Ha pegado casi un salto en la silla. No se
gira, pero veo como sus manos se dirigen a sus ojos, como secando sus lágrimas.
-Malú, antes me he pasado mucho… - digo con voz totalmente
culpable – no tenía que haberte dicho todo eso…
-No has dicho ninguna mentira… - dice sollozando –
-Si… - digo confesando – he dicho cosas que no pienso en
realidad… - suspiro – Malú, cómo vas a suspender el concierto?
-Eso da igual… - se gira hacia mí – total, iba a ser tu
último no?
Nos miramos un segundo, solo un segundo, pero no puedo
soportar esa mirada triste. Aparto la mía y me siento en una silla.
-Malú… - suspiro – tú sabes por qué no puedo seguir
trabajando contigo…
Me mira automáticamente, como sorprendida. Me mira y no
aparta la mirada hasta que lo hago yo.
-Suspender el concierto no es zanjar las cosas… - digo sin
mirarla – siempre nos quedará algo pendiente si lo haces… - digo con cierto
tono de emoción – tienes que salir ahí y hacer lo que sabes… - me mantengo
sentado en la silla, sin mirarla – y yo haré lo que sé para que todo te salga
bien… - la miro y me está mirando con lágrimas en los ojos – huir no es la
solución Malú… - me levanto de la silla – te espero fuera para hacer la prueba
de sonido vale?
Me reprimo, tengo ganas de abrazarla, de algo… pero me
reprimo. Nos miramos un segundo y bajo la cabeza abriendo la puerta. Me quedo
mirándola, con la puerta abierta, durante un segundo, hasta que salgo y cierro.
Sol espera fuera. Me alzo de hombros.
-Entra y mira a ver si ha cambiado algo… - digo sin mirarla,
sintiéndome muy culpable – lo siento Sol… - digo mirándola – no he escogido el
mejor momento ni el mejor lugar…
Me marcho caminando hacia el escenario, a buscar a mis sobrinos. Cuando subo al escenario, les veo en la pista, jugando con Carlota y vigiladas por Vero y por más gente del equipo. Resoplo y me siento en la banqueta del piano de Rubén. Se me ha ido de las manos por completo. Le he dicho tantas cosas que no pienso que esto ya no tiene solución. Pero lo que más me jodería sería provocar que suspendiera esto por mi culpa, porque no pudiera soportar el dolor que le acabo de causar. Le prometí que nunca le haría daño. Y no lo he cumplido. Llevo tiempo sin cumplirlo.
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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