CAPÍTULO 118: LO SIENTO

Llego al Palau. Los niños están flipando, les he visto sonreir durante el viaje por primera vez desde hace días. Supongo que he acertado en lo que necesitaban. Al entrar, todos me saludan con un abrazo. Todos. Todos menos ella. Todavía no ha llegado. Veo a Vero. Me acabo de dar cuenta que ver a Vero y Carlota me hace venirme abajo. El abrazo con Vero es tan reconfortante y emocionante que tengo que contener las lágrimas. No dice nada, solo saluda a los niños, les presenta a Carlota y, automáticamente, se ponen a correr y a jugar entre ellos.

-Vero… - digo todavía algo emocionado – me puedes hacer un favor? – asiente haciéndome una carantoña – puedes echarles un vistazo?

-Claro que puedo – exclama – es cierto lo que me han dicho? – le miro extrañado – te vas?

Bajo la mirada instantáneamente, dándole la respuesta. Pone una mano en mi hombro, le miro agradecido y camino hacia Cato. El abrazo con él es intenso. Es como mi mejor amigo aquí, junto con Rubén. Voy a echar de menos esto. Seguro. Mi móvil vibra, lo cojo y frunzo el ceño. Un mensaje de Bea preguntándome si estoy en Barcelona. Después de dos días hablando 4 palabras con ella. Poco más. Es como si supiera lo que hay… y no me importa en absoluto.

“Estoy en los ensayos en el Palau” respondo de forma distante

“Podríamos vernos un segundo? – leo el mensaje con gesto extrañado – necesito hablar contigo”

“Qué haces aquí? – pregunto sin pensar – “

“Dime donde podemos vernos”

Suspiro y le indico cómo puede entrar a la zona del backstage. Le hago un gesto al compañero de seguridad para que le deje pasar. Cuando me ve, me abraza. Me abraza pero no hace ningún gesto para darme un beso.

-Me alegro de que todo esté yendo bien con tu hermano… - dice plantada, apoyada en una valla, apartándome la mirada –

-Bea, qué haces aquí? – pregunto todavía extrañado – no me has dicho que venías, apenas hemos hablado estos días y no es un buen día para colarte ni…

-No – me corta – no he venido por eso… - niega con la cabeza – me contaste que venías y… - carraspea – tenía que hablar contigo…

La miro intentando descifrar que es lo que quiere decirme, pero no lo consigo.

-No me he portado bien contigo Hugo… - dice con gesto apenado – apareciste en un momento en el que… - tuerce la boca – necesitaba olvidarme de alguien pero… - la miro extrañado – Hugo, tú y yo sabemos que esto no va a ninguna parte… - la miro hasta sorprendido – lo de las fotos… te juro que no fui yo, aunque sé que algo te hace pensarlo… - niega con la cabeza – Hugo, he vuelto con mi ex… - ahora si que la miro sorprendido – esta semana no podía apenas hablar contigo por eso… aunque he terminado contándoselo… al fin y al cabo nos habíamos dado un tiempo y… no podía reprocharme nada… - no puedo articular palabra… de nuevo una tía acaba mintiéndome – te aseguro que lo de las fotos no fue cosa mía, de hecho, me costó casi no poder volver con él…

-Pero me dijiste que lo habíais dejado… - digo sin entender nada –

-Si pero… - suspira – no zanjado del todo… - niega con la cabeza – un tiempo… y… - hace una pausa – el tiempo ha puesto las cosas en su sitio…

-Es decir… - digo algo molesto – yo intentando hablar contigo cuando mi hermano estaba en quirófano y tú tirándote a tu ex? – alzo un poco el tono de voz –

-Hugo… - dice intentando calmarme – te juro que no quería hacerte daño… - cierra los ojos cansada – tú y yo sabemos que no era yo a quien necesitabas…

La miro completamente descolocado. Qué ha querido decir con eso?

-Ni tú eres la persona que yo necesito… - dice con gesto culpable – ha estado genial, de verdad… - dice de forma atropellada – eres un tío genial pero… - niega con la cabeza – estoy enamorada de él… - resoplo y sonrío de forma irónica – y tú estás enamorado de otra persona…

-No se te ocurra poner excusas pensando que sabes lo que siento… - digo enfadado – por eso no viniste la otra vez al concierto? – baja la cabeza – ya habías vuelto con él? – asiente sin mirarme – joder Bea… - niego con la cabeza completamente enfadado – por qué mientes? – digo alzando un poco la voz -

-Lo siento, de verdad… - me mira hasta creo que de forma sincera – no quería hacerlo así… - se alza de hombros – pero me he dado cuenta que… - suspira – que solo puedo ser feliz con él… - la miro y siento que entiendo lo que dice – que le quiero… - me mira apenada - nos vamos a Londres… lo que te dije… - cierro los ojos y resoplo – no quería irme sin zanjar esto… - toca mi brazo de forma cariñosa – no te mereces que alguien te diga esto por teléfono…

-Bea… - aparto mi brazo – deja la compasión para otro… - digo algo dolido todavía –

-Hugo… - me mira – te puedo dar un consejo? – la miro y sonrío levemente de forma irónica – lo sé, no soy quién… - dice de forma sincera – pero lo único que puedo decirte es que hagas lo que he hecho yo… - la miro extrañado de nuevo – me di cuenta el día en que vine y le pedí la foto… - sonríe – como la mirabas cuando se iba… y cómo te miraba ella… - trago saliva – no lo dejes pasar… - vuelve a tocarme el brazo pero, esta vez, no la aparto – siento haberte… usado de esta manera… - sonrío irónico –

-Me estoy acostumbrando a eso… - digo de forma irónica –

-Nunca contaré nada de esto… - dice sincera – puedes estar tranquilo… - la miro serio – ni él tampoco lo hará… - aparto la mirada – es un hombre maravilloso… es… - resopla – mi persona… - la miro – y tú tienes la tuya, lo quieras aceptar o no…

Nos miramos unos segundos hasta que Bea va dando pasos hacia atrás, para deshacerlos y darme un beso en la mejilla.

-Espero que todo te vaya bien Hugo, de verdad… - dice sincera – siento esto, de verdad, pero necesitaba zanjarlo… nunca he sido de dejar las cosas a medias…

-Olvídalo Bea… - digo entendiendo que es sincera, pero con tono cansado – que te vaya bien… - nos miramos – y gracias por zanjarlo… - sonrío irónico – creo que has sido la única persona que ha hecho eso conmigo sin yo pedírselo…

Nos miramos de nuevo y, esta vez sí, Bea camina hacia atrás, me hace un gesto con la mano, y sale por donde ha entrado. Me apoyo en una de las vallas. Siento rabia. No por Bea, aunque me jode la mentira… me jode que me usen… pero, pensándolo bien, yo también la he usado a ella. Lo único bueno de todo esto es que he tenido suerte y no es mala gente. Siento rabia porque ha calado lo que me ocurre. Porque ha dado en el clavo. Porque hasta ella se dio cuenta que Malú y yo no somos cualquier cosa.

No quiero sentir esto. No por alguien que es capaz de tratarme como me ha tratado ella. No por alguien que me ha hecho daño tantas veces. No por alguien que me ha dejado tirado. Mi rabia aumenta tanto que comienzo a dar patadas a una valla. La rabia por esto se mezcla con todo lo que ha pasado esta semana con mi familia. Necesito destrozar esta valla, partirla en dos, hacerme hasta daño. Sigo en ello hasta que unos brazos me cogen por la espalda.

-Para Hugo… - es la voz de Cato – Para… - me revuelvo y consigo soltarme – tío, qué pasa?

Le miro con rabia, no puedo evitar mirarle también a él así. Pego la última patada a una de las vallas y desaparezco. Me meto en el baño. Necesito entrar al baño. Una arcada enorme me viene y acabo echándolo todo, metido en ese váter. Es como si alguien me hubiera dado una paliza. No solo Bea me ha mentido y ha vuelto con su ex, que es casi lo que menos me importa y casi me lo esperaba, sino que me ha dicho tantas verdades con respecto a Malú, que no puedo soportarlo. La quiero. Estoy enamorado de ella. Y odio sentir esto. No quiero sentirlo.

-Hugo… - la voz de Rubén aparece en el baño – Hugo tío, estás aquí? Cato dice que has salido corriendo… - suspiro –

Suspiro de nuevo y abro el baño. Me encuentro con Rubén, que me mira con el ceño fruncido. Me apoyo en el lavabo y me miro al espejo. Siento tantas ganas de romperlo. Tantas ganas de darle un puñetazo al espejo y que deje de reflejar lo que veo. Pero, en cambio, las lágrimas aparecen de repente, sin querer. No quiero llorar joder, qué me pasa? Demasiadas emociones, demasiadas cosas esta semana. Demasiados sentimientos, y todos malos. No puedo gestionarlos.

-Tío… - dice Rubén poniendo una mano en mi espalda – has vomitado? – asiento lentamente – qué ocurre?

Me alejo de él y corto el llanto. Me voy a una esquina y me apoyo en la pared. Escucho como camina hacia mí.

-Qué necesitas? – pregunta comedido –

-Desaparecer… - digo sollozando – salir de aquí Rubén… - comienzo a llorar apoyándome en la pared – no puedo seguir aquí…

-Es por Bea? – pregunta y me hace reir levemente – la he visto antes hablar contigo…

-Ha vuelto con su ex… - digo parando de llorar y girándome hacia él – y lo peor es que no me importa… - sonrío irónico –

-Joder… - dice mirándome – entonces?

-Entonces qué Rubén? – digo alzando la voz – tú también lo sabes… - digo dando por hecho que todo el mundo se ha dado cuenta, igual que Bea, que Malú es demasiado importante para mí – no puedo trabajar con ella… - comienzo a llorar de nuevo y me dejo caer por la pared, apoyando mi espalda, hasta sentarme – no puedo Rubén… - digo sin mirarle, escondiéndome entre mis brazos – y los niños… - lloro más amargamente – llevo una semana sin dormir, se despiertan, gritan… - digo agobiado – no puedo con esto…

-Eh… - se sienta a mi lado – Hugo… - pasa su mano por mis hombros – cálmate… - habla tranquilo… - lo de los niños tiene solución… les he visto jugar con Carlota y están entretenidos… - sonrío sin querer - estás seguro de irte?

-Y qué quieres que haga? – le miro llorando – hasta Bea se dio cuenta… - Rubén me mira sorprendido – tú también verdad? – resopla y asiente – el otro día, cuando me gritó… cuando me dijo todas esas cosas y fue tan cruel… sin preguntar… - trago saliva intentando serenarme – no es la persona que conocí… - niego con la cabeza – no necesito algo así en mi vida… - me tapo la cara – tan complicado… tan… doloroso - le miro y me está mirando con gesto comprensivo – no le cuentes esto a nadie… - hace un gesto asintiendo – no os voy a dejar tirados, hay dos semanas hasta el próximo concierto y ya sé de gente que puede hacer lo que yo hago…

-No – me corta – te aseguro que no va a ser lo mismo…

Le miro y me mira con gesto algo emocionado. Termina abrazándome, sentado a mi lado en una esquina del baño. Vuelvo a llorar, no puedo evitarlo. No sé cómo voy a poder hacer este concierto. No tengo ni idea.