miércoles, 13 de marzo de 2019

CAPÍTULO 114: ACELERA


Piso a fondo, sé que estoy yendo muy deprisa, tampoco quiero matarme. Durante un tramo, siento que voy a perder el control del coche, así que sosiego la velocidad, aunque el escaso tráfico, me hace tener más ganas de acelerar e ir más deprisa. Tengo el móvil conectado al coche. De repente, suena. El nombre de Malú sale en pantalla. Siento una sensación entre pena y asco inexplicable. 

Evidentemente, cuelgo, sin darle opción a nada. Su modus operandi, es ahora el mío.

Todavía no puedo creerme las cosas que me ha dicho delante de todo el mundo. Supongo que Cato se habrá encargado de contarle lo que ha ocurrido, pero, a decir verdad, me la suda.

El móvil comienza de nuevo a sonar. Mi hermana. Rápidamente doy al botón verde y hablo por el manos libres.

-Ro – contesto sin apartar mi vista de la carretera –

-Hugo, dónde estás? – pregunta con voz desesperada –

-De camino – respondo –

-Hugo, los niños están bien, solo asustados… - relata algo más sosegada – Laura va a tener que pasar la noche aquí para vigilar unas contusiones que tiene, aunque le han hecho una ecografía y parece que está todo bien – trago saliva –

-Jose – digo rápidamente – dime qué pasa con Jose… - mi voz suena a desesperada –

-Le han operado… - dice con algo de temor – tenía la tibia rota… - resoplo – le han hecho un TAC cerebral Hugo… - trago saliva – creían que podía tener algo pero nos han dicho que parece que no, aunque hay que repetirlo mañana…

-Joder Ro… - digo con un nudo en la garganta – qué cojones ha pasado?

-Un hijo de puta iba borracho y se ha saltado un stop – dice mi hermana con voz emocionada – iba bastante rápido y el golpe se lo ha llevado Jose…

Resoplo y llevo mi mano derecha a mi pelo, tirando de él por la rabia que me está dando.

-El otro no se ha hecho nada y ha intentado salir corriendo pero había testigos… - sigue relatando, haciéndome crecer todavía más mi rabia – Hugo, por donde vas?

-Estoy cerca – digo intentando calmarla –

-Mamá está muy nerviosa… - dice con cierto tono emocionado – han tenido que atenderla por una crisis de ansiedad – respiro hondo y noto un nudo en la garganta – a los niños hay que llevárselos esta noche a casa y…

-No te preocupes Ro, yo me encargo de los enanos… - digo seguro – están bien de verdad?

-Ilesos Hugo… - dice y resopla – no me creo que lo estén… pero ilesos…

-Joder… - resoplo –

-Hugo, conduce tranquilo vale? – mi hermana habla con voz más dulce – solo quiero que llegues, sea cuando sea… - noto como se emociona –

-Tranquila enana… - digo notando la emoción en mis ojos – en nada estoy allí…

Cuando cuelgo el teléfono, miles de lágrimas se me agolpan en los ojos. Podría haberlos perdido a todos. Mis niños. Mi hermano. Mi cuñada. Mi familia joder. Podría haber sido como lo de mi padre, de repente, sin esperarlo, un golpe tremendo que hubiera terminado por hundirme para siempre, sin duda. Todavía no sé cómo está exactamente mi hermano… pero, por lo que me ha dicho Ro… igual está estable… aunque jodido…

Necesito hablar con alguien y pienso en Bea sin querer. No sé por qué la estoy llamando, no tenemos tanta confianza pero quiero llamarla. En otras circunstancias, llamaría a Malú, pero no, no pienso llamarla, no pienso cogerle el teléfono, no pienso hablarle en mi puta vida.

El teléfono de Bea suena pero no lo coge. Son las 2 de la mañana. Normal. Estará durmiendo supongo. Resoplo. Todavía me queda una hora de camino. Tengo que serenarme y, sobre todo, concentrarme en no dormirme, porque estoy muerto.

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar