lunes, 11 de marzo de 2019

CAPÍTULO 101: MI SITIO


Escucho el público rugir. Ya estoy en mi posición, en mi sitio, a la derecha del escenario. Todos los músicos preparados y el vídeo que hemos preparado, comienza. El sonido parece perfecto, todos me alzan el pulgar en señal que todo está bien. Oigo los gritos con el vídeo y casi puedo imaginarme lo que puede estar sintiendo ella ahora mismo. Tiene que irle el corazón a mil. Me va a mí, y no voy a cantar…

Acaba el vídeo, se apagan las luces, el sonido de su micro está preparado y comienzo a oírla. A oírla entre gritos. El sonido ambiente es ensordecedor. Lo bajo un poco instintivamente, para que esté más cómoda. Entonces el foco la enfoca. Puedo verla bajar las escaleras y noto como el corazón todavía me va más rápido. Lejos de ti es la canción con la que arranca.

No me hace ningún gesto, con lo cual creo que todo va bien. Cuando la veo caminar firme de un lado a otro o hacer movimientos, noto hasta… ¿excitación?. Cojones Hugo, céntrate. No es el momento de esto. Cojo aire fuerte, intento no mirarla demasiado, aunque tengo que hacerlo por si me marca algo.
Cuando termina la canción, se gira para coger el pie de micro y me mira, haciéndome un gesto con el pulgar arriba, se lo devuelvo. Qué sonrisa más tonta. Cuando suena contradicción… nah, ya no puedo pararlo. Me duele la entrepierna, y no por las patadas que me han ido propinando, sino porque vaya tela. Se ha soltado y se ha puesto a bailar de una manera que… yo escucho a la gente de las primeras filas gritar y no me extraña. Con las guitarras comienza a mover las caderas de manera descontrolada y, por un momento, se queda moviéndose así mirándome. Alzo una ceja y sonríe de forma pícara. Acaba de hacer eso? Me falta oxígeno pero en el cerebro… está en otro lado completamente.

Afortunadamente. Repito en mi cabeza. Afortunadamente, contradicción termina. Gracias Dios mío. Pero comienza “me quedó grande tu amor”. Una canción que recordaba de hace muchos años y de algún concierto… la recordaba emotiva… pero soy una montaña rusa ahora mismo. Ahora resulta que no estoy excitado, sino que emocionado. Se gira hacia mí y me hace uno de sus gestos que ya entiendo. Hago lo indicado y ya no se gira.

Cuando termina la canción, retoman lo que me contó Jose que hacían en giras anteriores. Terminaban la canción los dos juntos, él con la guitarra y ella mirándole. Emotivo cuanto menos. Sonrío al mirar a Víctor me mira de reojo y me hace un gesto como de llorar y le hago una peineta.

El concierto va avanzando sin sobresaltos, sin problemas. Me sorprendo con la capacidad que tengo de solucionar los problemas que pueden ir surgiendo de forma rápida. Llega “Desprevenida” y me mira de vez en cuando pero sin hacerme señales. Miro instintivamente todo, comprobando que está todo bien, hasta que creo que es por otra cosa. Escucho algún gritito de las primeras filas y veo como Malú canta la canción con una gran sonrisa en la cara. Qué quiere decir con eso? No lo entiendo. La canción dice muchas cosas que creo que habíamos dejado ya claras… no me molesta, para nada… pero me descuadra mucho.

Desaparece de la escena, la veo pasar por delante de mí, y, sin mirarme, dejarle el micro a Víctor. Se va a cambiar de ropa mientras la música sigue. Allí estoy yo, con mi rayada.

La siguiente es ciudad de Papel. Subida a unas escaleras, con un vestido en el que vamos a proyectar tantas cosas referentes a ella, que va a ser un espectáculo visual. De hecho, la gente graba más que en ninguna otra canción, al menos esa es la sensación que tengo. Ni una orden de sonido por su parte, por lo tanto, todo va bien.

El concierto continúa. Está feliz. Está inmensamente feliz. Va de un lado a otro, con su pie ya recuperado, saltando, corriendo. Entre encadenada a ti y caos, escucho por los cascos su voz. Se ha ido al micro que está en contacto conmigo.

-Por qué me oigo mejor que nunca? – pregunta y la miro y está riéndose –

-Porque soy un enchufado – respondo por el micro por el que puede oírme –

Veo como se va para adelante riéndose justo antes que empiece Caos. Río sin poder evitarlo, creo que me está escuchando reírme porque se ríe al comenzar a cantar y me hace un gesto para que pare. Paro de reírme en cuanto veo como vuelve a moverse por todo el escenario y trago saliva de nuevo con sus movimientos. Qué bien me lo estoy pasando, pienso irónicamente notando dolor en la entrepierna.

Llega un momento clave del concierto. Todos los secretos. Sé que esta canción es, quizá, una de las más importantes que va a cantar hoy.

Todos los músicos alineados y ella sentada en el centro. El nudo en la garganta aparece nada más empezar a cantar. Miro de reojo a Víctor y parece que está también emocionado. A mi izquierda, Vero con Sol miran atentamente. Ni una señal. Creo que, conforme está cantando, le daría igual no escucharse. Está cantando como si estuviera en su habitación, en su cama, después de haber llorado durante horas.

Tras la canción, veo como bebe agua y puedo ver como se seca algunas lágrimas. Ha llorado cantando, justo lo que parecía. Y creo que mucha gente escuchándola, también. Yo he soportado la tormenta como he podido… pero ha sido muy emocionante.

-Hay momentos en la vida… - la escucho hablar y subo el volumen de su micro, me mira de manera cómplice y sonríe – que son buenos… - habla caminando por el escenario – y ahí es fácil… muy fácil estar… - remarca – pero, en los momento malos… - sonríe mirando al suelo – te das cuenta de quién va a estar contigo hasta el final… - se oyen gritos, muchos gritos, de apoyo o no sé muy bien de qué – yo tengo una familia… - sonríe – que fue la que tuve cuando nací… - se alza de hombros – y luego tengo una familia de varias personitas… - sonrío, sé que viene el dúo – que están en las buenas y en las malas… y que, a veces… - hace una pausa – hasta cuando más negro se ve todo… - sonríe – hacen que llueva alegría…

Los gritos son ensordecedores. Todos saben quien va a salir. Ahí está, Alejandro, con su guitarra. Abraza a Malú, se coloca el micro ayudado por Víctor, se miran de manera cómplice, con los músicos todavía alineados a su alrededor.

Comienza a cantar Malú, que mira a Alejandro que está sentado a su izquierda. Voy ajustando todo para que se les escuche de forma adecuada, sin poder evitar moverme al ritmo de la canción. Al fondo, imágenes de ellos dos, del videoclip e inéditas. En cierto momento, la figura de Paco se mantiene unos segundos, justo para que ellos dos salgan justo delante de él. Sonrío al verlo y al ver como Cato me alza un pulgar al ver como se ha visto perfecto. Sonrío y entonces, sin querer, me acuerdo de él. De mi padre. De Algeciras, sin querer. La miro cantar y me da una sensación de nostalgia, mezclada con pena, con alegría, con un montón de cosas que no puedo evitar retener en mis ojos. Una mano se posa en mi hombro y me asusta hasta que me giro. Vero se ha metido en mi sitio, sabiendo lo que ocurre. Sonrío de medio lado y noto como aprieta mi hombro en señal de apoyo y entendiendo lo que me está pasando. Me seco las lágrimas en un gesto casi imperceptible y me concentro de nuevo.

La canción termina con una guitarra sonando. Malú y Alejandro se dan un gran abrazo. Los aplausos son ensordecedores. Veo como Malú se ha emocionado y me mira. Supongo que ve que yo también estoy así y me mira sorprendida y me alzo de hombros. Sonríe.

-Gracias Alejandro… - dice Malú con voz emocionada – por todo… tú ya lo sabes… - Alejandro se ríe algo emocionado –

-Cuidenmela – dice con ese acento medio Español, medio de Miami que tiene – mi hermana ha vuelto… - sonrío al escucharle – el ruido pasa… siempre te lo dije… - se oyen gritos, muchos gritos - te quiero hermana…

No dicen nada más. Se abrazan y es un momento emocionante. Vero y Sol están a lágrima viva. Incluso diría que Jose, ese tipo que me dio una patada en los huevos hace unas semanas, también se ha emocionado. Sonrío al verles y ver cómo se despiden.

De nuevo otro cambio. Al pasar por mi lado me hace un leve gesto y asiento como que estoy bien. La siguiente parte es piano y ella. Quizá mi parte favorita del concierto, no por nada, sino porque no tengo que ajustar casi nada, solamente disfrutar y estar atento por si Rubén o ella necesitan algo.
Empieza todo con “Oye”. Oye… maldita sea.

1 comentario:

  1. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar